A simple vista los resultados electorales de las elecciones regionales y municipales de 2010 no muestran mayores diferencias con respecto a las elecciones de 2006, sin embargo, confirmarían un fenómeno importante: la regionalización partidaria. Los independientes “puros” que dominaron la década de 1990 han prácticamente desaparecido del mapa electoral subnacional —incluso en niveles distritales— y los políticos locales han optado por candidatear en opciones políticas colectivas, es decir, partidos o movimientos regionales que presenten candidatos a gran parte de los cargos públicos en disputa en toda la región (ver Cuadro 1). La regionalización ha creado a su vez ciertos liderazgos locales, los cuales disputan la presidencia regional de forma reiterada y son identificables con cierta etiqueta política específica: seis presidentes regionales lograron reelegirse en primera vuelta y solo uno de ellos fue reelecto con una etiqueta partidaria distinta a la de 2006.

Cuadro 1: Agrupaciones políticas participantes en las elecciones regionales y municipales 2002 y 2010

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Sin embargo, por más que podamos confirmar el fenómeno de regionalización de partidos y movimientos en regiones especificas, sería un error pensar que la mayor regionalización partidaria viene acompañada de mayor consolidación. Tanto los partidos nacionales como los regionales no han logrado consolidarse en ninguna región, con excepción del Callao, la cual cuenta con dinámicas institucionales diferentes al resto de las regiones. De los cuatro movimientos regionales que ganaron el gobierno regional y más del 50% de las municipalidades provinciales en 2006, ninguno logró mantener este porcentaje, y solo uno de estos —Nueva Amazonía en San Martín— conservó la presidencia regional.

La fragilidad institucional de estas agrupaciones se debe en gran medida a que funcionan más como coaliciones de políticos con intereses en común que como partidos políticos propiamente dichos. Estas coaliciones pueden integrase y desintegrarse de elección en elección, y aunque mantienen una misma etiqueta partidaria, no siempre concentran el mismo grupo de políticos. Los partidos, en cambio, son más que coaliciones coyunturales: son coaliciones institucionalizadas, las cuales han adoptado reglas, normas y procedimientos (Aldrich 1995), por lo cual la consolidación de las agrupaciones regionales parece mantenerse en suspenso.

Desde esta perspectiva, partimos del supuesto de que en ausencia de partidos los políticos cuentan con recursos alternativos que sustituyan los bienes políticos que agrupaciones de baja institucionalización son incapaces de proporcionar, como soporte institucional, reputación y recursos materiales. ¿Cómo se compite en elecciones sin agrupaciones sólidas capaces de brindar estos bienes y servicios? ¿Cuáles son los mecanismos institucionales que les permiten a los políticos participar en elecciones?

En este espacio intentaré responder de manera preliminar estas interrogantes apoyado en los casos de Cusco y Puno. Dado que la intención del artículo es describir el funcionamiento de la política electoral en ausencia de partidos, se ha optado por dos regiones donde las agrupaciones muestran mayor debilidad institucional. En 2006, Cusco fue identificada como un posible escenario de consolidación partidaria que cuatro años más tarde terminó fracasando grandemente, mientras Puno ha sido la región con mayores índices de fragmentación y volatilidad política del país.

Una revisión de los casos: Cusco y Puno

En 2006, Meléndez y Vera consideraron que UPP en el Cusco era uno de los partidos con “posibilidades de coherencia y consistencia política” a nivel de su región. Las posibilidades no eran menores; UPP ganó la presidencia regional, la capital departamental y cinco municipalidades provinciales más, y consiguió el segundo lugar en otras seis provincias. Sin embargo, como ha mencionado recientemente Muñoz (2010), las alianzas que hicieron posible el éxito de la agrupación en la región se rompieron rápidamente. En las elecciones de este año, ocho de los trece candidatos a municipalidades provinciales de UPP en 2006 postularon nuevamente a cargos públicos, de los cuales solo dos lo hicieron nuevamente con la agrupación, la cual pasó de obtener el 32,6% de los votos a la presidencia regional en 2006 al 3,3% el presente año, y no llegaron a ganar ninguna municipalidad provincial.

Desde esta perspectiva, partimos del supuesto de que en ausencia de partidos los políticos cuentan con recursos alternativos que sustituyan los bienes políticos que agrupaciones de baja institucionalización son incapaces de proporcionar, como soporte institucional, reputación y recursos materiales.

En 2010 surgieron nuevos protagonistas. Jorge Acurio, del Partido Nacionalista en alianza con el Movimiento Pachacutec, ganó la presidencia regional y Máximo San Román logró nuevamente el segundo lugar con un movimiento recientemente creado: el PAN. 1  El tercer lugar lo ocupó el ex alcalde de La Convención (la provincia de mayor población de la región), Hernán de la Torre, que postuló con el Acuerdo Popular Unificado (APU), pero ninguna de estas agrupaciones logró hacerse de más de un tercio de las municipalidades provinciales. Sin embargo, la región parece mantener cierto orden electoral; todas las agrupaciones ganadoras de al menos una provincia presentaron candidato regional y candidatos a varias provincias, mientras el número de independientes se redujo de forma importante con respecto a 2002, en las cuales tres agrupaciones locales ganaron municipalidades provinciales mientras el 2010 prácticamente desaparecieron de las cédulas de votación.
Por otra parte, Puno, la región de mayor fragmentación política del país, y que para cualquier observador de la política regional contaba con pocas perspectivas de generar agrupaciones políticas “consistentes”, ahora muestra un panorama diferente al de las elecciones anteriores. En 2006, el presidente regional ganó con menos del 20% de los votos y su partido solo postuló a tres municipalidades provinciales, en las que perdió aparatosamente; además las alcaldías provinciales fueron repartidas entre numerosos partidos. Este año, el movimiento Raíces ha ganado la primera vuelta electoral superando levemente el 20% (en una elección de 21 candidatos) y se ha hecho de cinco provincias municipales, lo cual es un éxito significativo en una región de tan alta fragmentación. El segundo lugar fue obtenido por Mauricio Rodríguez, del movimiento Aquí, el cual ganó una alcaldía provincial, mientras el tercer lugar fue para el veterano político Alberto Quintanilla, que volvió a perder la presidencia regional.

Regionalización sin consolidación

Visto de este modo, no parecen haber mayores continuidades en los partidos y movimientos que postulan de una elección a otra en las dos regiones, mas sí una tendencia progresiva de los políticos por opciones más colectivas y regionales.

Sin embargo, como mencionamos anteriormente, esta relativa regionalización no parece venir de la mano de la consolidación partidaria, dado que en los casos estudiados el panorama político es en extremo cambiante y volátil. En Cusco, en 2006, UPP tuvo un relativo éxito electoral que cuatro años más tarde se convirtió en un rotundo fracaso: el Partido Nacionalista Peruano PNP obtuvo 8,8% de votos para la presidencia regional, porcentaje que se triplicó a la siguiente elección. Hernán de la Torre, que ganó la alcaldía de La Convención en 2006 con UPP, fue candidato a la presidencia regional por otra agrupación, mientras San Román rompió con Inka Pachacutec y formó su propio movimiento. En Puno, Raíces se ha convertido en la agrupación más exitosa desde la regionalización a menos de un año de su creación, al igual que el movimiento Aquí, que obtuvo el segundo lugar. Avanza País, partido con el cual Fuentes logró ganar la presidencia regional en 2006, desapareció de la región, mientras que el movimiento fundado por el hermano del presidente obtuvo escasos 5% de los votos.

Tanto los movimientos regionales como los partidos políticos no son organizaciones o coaliciones duraderas que puedan proporcionar bienes y servicios políticos de una elección a otra. Si observamos la procedencia de los políticos que han participado como candidatos en 2010 en las agrupaciones más exitosas, constatamos que son coaliciones coyunturales más que grupos medianamente organizados. La mayoría de los candidatos son nuevos postulando a un cargo público o participaron anteriormente como candidatos de una agrupación diferente (ver Cuadro 2). La información presentada podría estar sesgada porque tres de las seis agrupaciones analizadas fueron conformadas recientemente; sin embargo, si nos detenemos en las tres agrupaciones que por lo menos participaron en la elección anterior —PNP, APU y PDR—, estas muestran bajos porcentajes de políticos que fueron candidatos por la agrupación política en 2006. En el caso de APU, ninguno de sus candidatos de 2006 participó nuevamente como candidato en 2010.

Cuadro 2: Procedencia de candidatos a municipalidades provinciales y presidencia regional

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Fuente: JNE. Elaboración propia

Tomando las ideas de Hale (2006) pondremos que tanto políticos como partidos forman parte de una mercado electoral, en el cual los partidos son los ofertantes de bienes y servicios políticos como reputación, base social y organización partidaria que los políticos demandan para afrontar problemas de acción colectiva. En compensación, los políticos renuevan el partido con su propio capital político personal. Sin embargo, es posible que las ventajas que representa un partido, como la provisión de recursos y prestigio político, puedan ser sustituidas por otros medios u organizaciones capaces de suplir de manera parcial o total los recursos políticos partidarios, lo cual permite a los candidatos prescindir de los partidos. Hale llama a estas organizaciones sustitutos a los partidos o lo que aquí llamaremos sustitutos políticos.

Sustitutos y complementos políticos

Los sustitutos políticos pueden ser organizaciones sociales, medios de comunicación, empresas privadas o colegios profesionales, los cuales brindan a los políticos recursos organizacionales pero no proveen —como dice Hale — una etiqueta partidaria, no postulan a candidatos a base de una plataforma común ni intentan controlar la política pública. Sin duda, esta perspectiva es muy útil para explicar la dinámica política de los años noventa, cuando el país estaba fragmentado en múltiples agrupaciones independientes, pero no parece tan adecuada para el contexto actual, al menos no de la forma planteada por Hale. Tanto en Cusco como Puno, donde no existen —salvo el APRA— organizaciones políticas institucionalizadas, los políticos han optado por coaliciones políticas que llevan una etiqueta común pero supliendo la ausencia de organización con diferentes complementos, ya que no sustituyen al partido, sino más bien funcionan como mecanismos complementarios.

De este modo, la competencia política está articulada a base de mecanismos institucionales formales […] y otro tipo de mecanismos institucionales informales que brindan soportes políticos a los candidatos de la agrupación, como medios de comunicación, empresas locales, organizaciones de la sociedad civil o el Estado.

La distinción entre complemento y sustituto no es del todo diáfana, y es una diferenciación gradual. Fuentes postuló y ganó la presidencia de Puno en 2006 con Avanza País, que es incluso dudoso que fuese en sí una coalición de políticos. No es exagerado decir que Avanza País no contaba con ninguna forma de organización en Puno en 2006, y lo único que pudo otorgar al candidato fue la inscripción política. Fuentes tiene una radio en Juliaca, en la cual dedicó un número importante de horas a denunciar al entonces presidente regional David Jiménez. El caso de Fuentes y su radio parece estar más cerca al sustituto que al complemento. Un caso similar pero inverso sería el de Hugo Gonzales en Cusco, quien ganó la presidencia regional a base de su éxito como conductor radial, pero a su vez pertenecía a una agrupación con mayor organización que Avanza País, como lo fue UPP en esa elección.

Revisemos las agrupaciones de mayor éxito en las elecciones de este año. En Cusco, el PNP hizo una alianza con un movimiento menor y postuló a la presidencia regional a Jorge Acurio, un candidato carismático que fue alcalde del distrito de San Sebastián, donde se considera hizo una buena gestión. Acurio es un arquitecto exitoso que ha trabajado principalmente en proyectos municipales, miembro de una conocida familia acciónpopulista. Es improbable que el Partido Nacionalista hubiera podido obtener el relativo éxito conseguido sin la figura de Acurio, además de un evidente gasto de dinero en la campaña. En este caso, el complemento de la alianza es el propio Acurio, el cual ha logrado proyectarse como una especie de líder regional en relativo corto tiempo. Por otro parte, el PAN de Máximo San Román fue organizado a base del dinero de su empresa: invirtió importantes recursos en su campaña y consiguió candidatos provinciales ofreciendo apoyo económico para las campañas personales de estos candidatos. El movimiento fue inscrito en febrero de 2006 y a ocho meses de su inscripción se convirtió en la segunda fuerza política de la región.

En el caso de Puno, Raíces fue formado por Mariano Portugal, ex alcalde de Puno y candidato en las elecciones de 2006 y 2010 al mismo cargo. Portugal fundó el movimiento a finales de mayo de este año y convocó a personalidades provinciales que pudieran ser candidatos municipales en sus respectivas provincias, principalmente trabajadores estatales. El candidato regional sería tras algunas negociaciones Juan Luque, rector de la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez, el cual es un hombre ligado a sectores comerciales juliaqueños. Luque se ha encargado de la construcción de visibles y modernos pabellones de la sede de la Universidad en Juliaca, la cual se encuentra en la carretera que conecta a la ciudad con Puno. Al igual que el PAN, es un movimiento reciente, articulado a base de personalismos y financiamiento suficiente para colocar publicidad en todas las carreteras que conectan el departamento. Por otra parte, Aquí, igual que Raíces, formalizó su inscripción en mayo y lanzó a la presidencia regional a Mauricio Rodríguez, director ejecutivo de radio Pachamama, la cual es la única con señal regional. La radio de Rodríguez le ha servido como complemento al movimiento, pero sobre todo a él mismo. Como se muestra en los casos del PAN, Raíces y Aquí, creadas el mismo año de la elección, estas no constituyen organizaciones en sí mismas, sino que se encuentran complementadas por recursos alternativos informales.

De este modo, la competencia política está articulada a base de mecanismos institucionales formales (partidos y movimientos regionales) y otro tipo de mecanismos institucionales informales que brindan soportes políticos a los candidatos de la agrupación, como medios de comunicación, empresas locales, organizaciones de la sociedad civil o el Estado.

Colofón

Es improbable que los casos analizados en este espacio puedan sergeneralizados para el resto del país, sin embargo, considero que alumbran de alguna forma los mecanismos alternativos a los que recurren los políticos en ausencia de organizaciones políticas institucionalizadas. Por más que existan ciertos indicios de consolidación en algunas partes del país, la mayoría de partidos, ya sean estos nacionales o regionales, siguen siendo institucionalmente débiles, lo cual crea incentivos a los políticos para buscar estos recursos en canales informales como los arriba observados. En parte, que los partidos y los movimientos sean en su mayoría coaliciones de políticos con complementos políticos crea menores incentivos para la consolidación; la alianza de hoy puede ser menos rentable mañana, por lo cual se buscan nuevas coaliciones cada nueva elección.


* Estudiante del pregrado en Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica del Perú

 Referencias bibliográficas

Aldrich, John ¿Why parties? Chicago: Chicago University Press, 1995.

Hale, Henry Why not parties in Russia. Cambridge, Nueva York: Cambrige University Press, 2006.

Meléndez, Carlos y Sofia Vera  “Si todos perdieron, ¿quién ganó? Los movimientos regionales en la elección de noviembre del 2006”. En Revista Argumentos, año 1, n° 8, diciembre, 2006.

Muñoz Chirinos, Paula “¿Consistencia política regional o frágiles alianzas electorales? El escenario electoral cuzqueño actual”. En Revista Argumentos, año 4, n° 3, julio 2010.


  1.  San Román postuló a la presidencia regional el año 2006 con el movimiento Inka Pachacutec.