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Con Coaliciones de independientes. Las Reglas no escritas de la política electoral (Lima:IEP, 2014), el politólogo Mauricio Zavaleta ha entregado a la academia peruana un retrato detallado de cómo se hace política en el Perú del siglo XXI. Dada su rigurosidad e innovación en la interpretación del quehacer político en diferentes regiones del país, el libro  de Zavaleta se ubica en la línea de trabajo inaugurada hace algunos años por Alberto Vergara con Ni amnésicos ni irracionales. Las elecciones peruanas de 2006 en perspectiva histórica (Solar, 2007)  y a la cual pertenecen trabajos relevantes como Demócratas Precarios de Eduardo Dargent (IEP, 2009) y La soledad de la política de Carlos Meléndez (Mitin, 2012), que intentan explicar desde diferentes perspectivas la política en la época post-Fujimori.

A diferencia de otros trabajos que analizan este tema, poniendo en el centro el concepto de partidos políticos, Zavaleta propone distintas categorías conceptuales  para caracterizar el sistema político peruano

El libro tiene como objetivo analizar y explicar el comportamiento de los actores que compiten en las elecciones en el ámbito subnacional,  donde se evidencia de forma mucho más clara la debilidad de los partidos políticos nacionales y muestra la profundidad de las transformaciones políticas ocurridas en las últimas décadas. Asimismo, a diferencia de otros trabajos que analizan este tema, poniendo en el centro el concepto de partidos políticos, Zavaleta propone distintas categorías conceptuales  para caracterizar el sistema político peruano.

Para ello, el autor plantea una doble línea argumentativa. En primer lugar, sostiene que la incapacidad de los partidos para otorgar capital político (administrativo e ideacional) ha restado las posibilidades de estas organizaciones para atraer y aglutinar a los políticos regionales, que buscan sobrevivir organizándose en efímeras coaliciones de independientes, cuya existencia acaba prácticamente el mismo día de las elecciones. El segundo argumento parte por reconocer que, si bien es cierto, las coaliciones de independientes pueblan la mayor parte del panorama electoral regional, existen algunos casos de organizaciones que tienen un mayor nivel de articulación política (“coaliciones institucionalizadas”) y son la base de partidos políticos regionales. Estos surgen en aquellos casos en los que es necesario contar con cierto aparato partidario para superar dificultades vinculadas a la geografía y a la presencia de rivales políticos poderosos.

El desarrollo de estas tesis abarca las cuatro partes del libro. La primera sección aborda el tema de la formación de los partidos políticos y sirve al autor para construir un marco teórico pertinente al panorama político vigente en el Perú, donde la escasez de medios para conformar y garantizar la permanencia de una organización política es generalizada. Mención especial merece el tratamiento del concepto de capital político, entendido por Hale como “cualquier conjunto de activos que puede ser utilizado para generar éxito político” (citado por Zavaleta 2015:30), ya que de este depende que se concrete o no la formación de un partido, así como su posterior desenvolvimiento.

Tanto la ideología como los recursos administrativos son las principales fuentes de capital político y sirven para poner en marcha una organización.

Como bien expone Zavaleta, tanto la ideología como los recursos administrativos son las principales fuentes de capital político y sirven para poner en marcha una organización: la primera otorga identidad partidaria, mientras la segunda permite contar con los recursos y beneficios materiales que nutren las carreras políticas de los militantes; y además, es útil para atraer a nuevos integrantes y garantizar su lealtad. Otro elemento importante que se explica en el libro se refiere a los incentivos exógenos, entendidos como aquellos factores que obligan a los actores políticos a construir organizaciones, ya que de lo contrario verán mermadas sus opciones de conseguir  el poder. Ejemplos de estos factores son las dificultades geográficas, los problemas de comunicación, etc.,  que pueden ser superados si se cuenta con una organización política partidaria.

Estos elementos teóricos dan al autor la base para analizar la existencia de organización política en el ámbito subnacional e identificar los obstáculos que tienen nuestros partidos políticos nacionales para agregar intereses, brindar capital político y convertirse en opciones viables para los actores políticos regionales. El escenario resultante es uno en el que priman las reglas informales, cuya mejor expresión son las coaliciones de independientes.

En la segunda sección del libro se traza la trayectoria política peruana desde la caída del sistema de partidos que vino aparejada con el surgimiento de los políticos independientes, cuyo mayor representante fue Alberto Fujimori. Esta etapa se caracteriza porque las organizaciones partidarias dependen del prestigio de los líderes políticos y son utilizadas únicamente para participar en los procesos electorales. Como ha sido señalado anteriormente, las coaliciones de independientes han sido el mecanismo utilizado por los actores políticos para seguir participando en la vida política electoral, aunque formalmente se presenten bajo las etiquetas de movimientos independientes (que se generalizaron durante los años 90 del siglo pasado) o movimientos regionales (a tono con el inicio del proceso de descentralización el año 2001).

Aun cuando las coaliciones de independientes son útiles para la participación electoral de los políticos regionales, estos necesitan contar con sustitutos partidarios.

Ahora bien, aun cuando las coaliciones de independientes son útiles para la participación electoral de los políticos regionales, estos necesitan contar con sustitutos partidarios, es decir vehículos electorales –como empresas privadas, medios de comunicación y operadores políticos, entre otros– que van a permitir a los candidatos construir una imagen pública reconocible frente al electorado y también les brindarán los recursos que requieren para afrontar los gastos de campaña.

La tercera y la cuarta parte del libro están dedicadas a describir los hallazgos del trabajo de campo realizado por el autor. Los casos de Puno y Lima Provincias son útiles para observar la conformación y funcionamiento de las coaliciones de independientes; mientras que los casos de La Libertad y San Martín nos permiten apreciar el surgimiento y desempeño de dos partidos políticos regionales (Alianza Para el Progreso y Nueva Amazonía). Y en todos estos casos se aprecia que el uso de los sustitutos partidarios resulta clave para enfrentar las limitaciones y obstáculos de hacer política electoral sin una organización partidaria.

A lo largo de estas páginas, se nos introduce en el quehacer político regional y se nos presenta a los actores que dan forma a la competencia electoral en un escenario sin partidos. Así, vemos pasar a rectores de universidades, activistas de  las ONG, laicos católicos, empresarios, dueños de medios de comunicación, periodistas, dirigentes de organizaciones sociales, estudiantes, etc., actuando de forma persistente y pragmática para conseguir el poder regional.

Entre los casos tratados en el libro, resalta la reconstrucción y análisis de la trayectoria política de César Acuña y el partido Alianza Para el Progreso, ya que más allá del uso de la Universidad César Vallejo que constituye el eje central del aparato de Acuña y es un factor indiscutible para su éxito electoral, el trabajo plantea la importancia de invertir en la construcción de una organización partidaria para enfrentar y vencer a un opositor poderoso, tal como ocurrió en la Libertad con el Partido Aprista que acabó derrotado de forma sucesiva y en su propia cancha.

Los méritos del trabajo son evidentes; sin embargo, la concentración del autor en los periodos políticos electorales y por ende en los candidatos que son los actores protagónicos en tales coyunturas, le hace perder de vista algunos aspectos que solo pueden encontrarse cuando se analiza la historia política regional. Así por ejemplo, en el caso de Puno, la coalición de independientes integrada por el actual gobernador regional Juan Luque y el congresista Mariano Portugal trasciende las campañas electorales. Los hechos muestran que nos encontramos ante una alianza política surgida en las aulas de la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez, de la cual Luque y Portugal fueron rector y profesor, respectivamente, y continuó durante varios años, pasando del ámbito electoral regional al nacional ya que ambos compartieron el apoyo al candidato presidencial César Acuña: Portugal intentó ser reelegido como congresista, mientras Luque negoció la inclusión de una de sus allegadas en la lista por Puno del ex alcalde trujillano.

La concentración del autor en los periodos políticos electorales le hace perder de vista algunos aspectos que solo pueden encontrarse cuando se analiza la historia política regional.

La cambiante dinámica política también seguirá poniendo a prueba la validez de la tesis que encuentra una vocación de permanencia en los partidos regionales de La Libertad y San Martín. Por lo pronto, Nueva Amazonía no logró sobrevivir a la derrota política en las elecciones regionales del año 2014 mientras Alianza Para el Progreso mantiene su vigencia a pesar de haber participado únicamente en la elección a nivel congresal, ámbito en el que fue clave su alianza con movimientos y políticos regionales.

Como se sabe, el estudio de la política más allá de Lima es un tema pendiente de las ciencias sociales peruanas, y de allí viene la importancia de una investigación como la realizada por Mauricio Zavaleta, ya que contribuye a llenar ese vacío. Ciertamente es necesario profundizar más en la vida política regional abarcando los tiempos no electorales y sumando a este análisis el rol e historia de las redes sociales de los actores vinculados con las actividades económicas ilegales y por supuesto de las universidades regionales, para tener un mapa completo de ese Perú que algunos solo ven tras el velo de los conflictos sociales. Como bien demuestra Coaliciones de independientes, la política peruana es compleja, pero solo estudiándola y entendiéndola podremos afrontar las dificultades de nuestra democracia sin partidos.