El 26 de septiembre de 2010, se llevaron a cabo elecciones legislativas para la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, ocasión en la cual se renovaron los 165 escaños de la Asamblea y se eligieron los 12 diputados para el Parlamento Latinoamericano. La importancia de estas elecciones va más allá de determinar la composición de la Asamblea para los próximos cinco años, aunque esta en sí marca un cambio interesante, ya que la oposición no participó en las elecciones anteriores de 2005, dándole al oficialismo casi 100% de los curules. Pero estas elecciones sirvieron también como una especie de plebiscito sobre las reformas legislativas implementadas por el gobierno de Chávez durante los últimos diez años, y representaron una primera mirada a la división espacial de los votos a favor y en contra del gobierno actual.

Elecciones del 26-S: los actores, los resultados y las implicaciones para la Asamblea Nacional
Los competidores para las elecciones parlamentarias se dividieron en tres grupos principales. El oficialismo consistía en el partido del gobierno, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), más otras agrupaciones afiliadas con el chavismo. La oposición, que está organizada bajo el nombre Mesa de la Unidad Democrática (MUD, o la Mesa), incluía a los partidos políticos tradicionales, como lo son Acción Democrática (AD), el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei) y La Causa R (LCR), así como a algunos partidos nuevos, la mayoría de ellos formados a base de escisiones de los partidos tradicionales, como Un Nuevo Tiempo (UNT) y Convergencia. Finalmente, el tercer grupo principal consistía en el partido Patria Para Todos (PPT) junto con otros pequeños partidos regionales que no estaban ni con el oficialismo ni con la oposición. PPT en particular mantiene una posición crítica de los dos lados.

Estas elecciones sirvieron también como una especie de plebiscito sobre las reformas legislativas implementadas por el gobierno de Chávez durante los últimos diez años, y representaron una primera mirada a la división espacial de los votos a favor y en contra del gobierno actual.

Cabe destacar de forma breve las características principales de las campañas realizadas por los tres competidores. El oficialismo dependía mucho de la imagen de Chávez; una foto de él aparecía casi siempre al lado de cualquier foto del candidato para la Asamblea, muchas veces siendo más grande que la del candidato mismo. En las calles y las carreteras de Caracas, afiches del PSUV promovían al “Pueblo para la Asamblea,” pero este lema muchas veces iba acompañado con la imagen de Chávez, dejando cierta incertidumbre sobre quién iba a representar al pueblo: ¿la Asamblea Nacional o solamente Chávez?
Por otro lado, las campañas de la oposición y de PPT reflejaban su clara posición en contra del chavismo, pero no fueron mucho más allá de eso. Es decir, ofrecieron muy poco a cambio de los votos que buscaban, reforzando la crítica que los acusa de no querer nada más que recuperar el poder que perdieron cuando Chávez fue elegido por primera vez. Al mismo tiempo, la naturaleza mixta del sistema electoral —con algunos diputados elegidos de manera nominal 1 y otros a través de listas— fomentaba que, a pesar de promover a los candidatos de la Mesa de una manera más uniforme, cada partido de la MUD también realizara su propia campaña, con consignas y propuestas distintas. Así que, mientras los afiches de AD proclamaban que “Ahora te toca a ti votar blanco” (el color del partido), UNT prometía “Unidad y cambio” dentro de la Asamblea. En Miranda, Copei promovía la imagen de Enrique Mendoza, ex gobernador del estado, como símbolo del partido, mientras María Corina Machado, quien tiene afiliación informal con el partido Primero Justicia (PJ), colgaba afiches con su cara y las de otros ciudadanos sonriendo y asegurando que “Somos mayoría”. Es decir, a pesar de tener una mesa supuestamente “unida”, los partidos de la MUD se diferenciaban claramente, y hasta sus mensajes de oposición no concordaban mucho entre sí.

Aunque el oficialismo logró la mayoría dentro de la Asamblea Nacional y puede reclamar la victoria de la revolución bolivariana en estas recientes elecciones, la bancada oficialista ya no tiene los números necesarios para seguir implementando leyes que fomentan su proyecto bolivariano sin tener que dialogar y debatirlas primero dentro de la Asamblea.

No obstante esta falta de unidad, con los resultados de la elección del 26 de septiembre la MUD logró de cierta forma detener la inercia institucional que se iba acumulando a favor del oficialismo dentro de la Asamblea Nacional durante los últimos cinco años. El oficialismo sí logró una mayoría simple en cuanto a número de votos; recibió 5.399.574 votos, mientras la oposición contó con 5.312.293 y el PPT con 330.260. Dado el sistema electoral, cuyas peculiaridades consideraremos más adelante, la votación de cada grupo fue traducida a 98, 65 y 2 escaños respectivamente. Aunque este resultado da una ventaja al oficialismo en cuanto a número de curules, le niega también ciertas capacidades legislativas con que contaba antes. Específicamente, con 110 escaños, el oficialismo hubiera podido pasar leyes orgánicas y otras leyes afectando a los poderes Electoral, Judicial y Ciudadano, sin enfrentar ningún obstáculo legislativo. No obtuvo esta mayoría calificada, y de hecho, necesitaría del apoyo de los dos diputados del PPT más diez diputados más de la oposición para obtenerla. Con 99 curules, el oficialismo tendría la capacidad de pasar la Ley habilitante, con la cual la Asamblea delega al presidente el poder de legislar por un tiempo determinado. La viabilidad de pasar esta ley es menos improbable, dado que solo se tendría que conseguir un voto no aliado para activarla. Y aunque ningún diputado no oficialista parece dispuesto a otorgarle a Chávez la capacidad de gobernar sin freno legislativo (PPT 2010, Peñaloza 2010), es evidente que la necesidad de un solo voto para obtener los 99 necesarios podría convertir al PPT en una especie de king maker dentro de la Asamblea. No podrá lograr mucho para sí mismo, pero se convertirá en un jugador determinante para inclinar la balanza a favor de uno y otro bando.
Estos resultados implican que, aunque el oficialismo logró la mayoría dentro de la Asamblea Nacional y puede reclamar la victoria de la revolución bolivariana en estas recientes elecciones, la bancada oficialista ya no tiene los números necesarios para seguir implementando leyes que fomentan su proyecto bolivariano sin tener que dialogar y debatirlas primero dentro de la Asamblea. Por otro lado, como se indicaba antes, la campaña de la Unidad no era tan cohesiva; las identidades partidarias seguían siendo fuertemente distinguidas y las personalidades de sus líderes bien destacadas. Por ende, la unidad de la Mesa dentro de la Asamblea no está garantizada, y no hay nada que impida que ciertas pugnas internas dentro de la MUD surjan, dividiéndola y empujando a algunos a aliarse más cercanamente con un oficialismo más moderado. Que habrá diálogo, entonces, dentro de la Asamblea Nacional parece estar casi asegurado; la naturaleza de ese diálogo, y los resultados que se obtienen a través de ello, están todavía por verse.
Más allá de la Asamblea: las elecciones desde una perspectiva “global”
Se podría argumentar que estas elecciones, que sin duda fueron importantes desde el punto de vista legislativo, también son destacables por otras razones. Primero, después de cinco años en los cuales no había una presencia opositora en la Asamblea Nacional, las elecciones del 26 de septiembre representaron una especie de plebiscito sobre el proyecto bolivariano y sobre los funcionarios elegidos para llevarlo a cabo. Segundo, las elecciones sirven como para echar una rápida mirada a la composición sociopolítica en el país, cuán polarizado se encuentra actualmente y por dónde se concentra esa polarización. Finalmente, las elecciones demostraron de manera contundente las desigualdades perpetuadas por el sistema electoral, que profundiza la ventaja electoral —y por ende legislativa— que tiene la fuerza política principal del país.
Hace varios años, el gobierno venezolano publicó su plan de desarrollo económico y social, llamado el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007-2013), el cual fue elaborado para promover el socialismo del siglo XXI en el país (PNSB 2007). Con una Asamblea que, durante cinco años, no contó con ningún contrapeso a la bancada oficialista, 2  el presidente tuvo el apoyo necesario para promulgar varias leyes orientadas a realizar este proyecto, pero que en realidad sirvieron más que nada para centralizar el poder político y del Estado dentro del Poder Ejecutivo. Como un ejemplo, 3 la Asamblea promulgó la Ley orgánica del Consejo Federal de Gobierno en febrero de 2010, la cual hace que la transferencia de competencias hacia los entes territoriales sea dependiente de un Consejo Federal de Gobierno, que es presidido por el/la vicepresidente(a) de la república. En el fondo, esta ley le da al Poder Ejecutivo la capacidad de quitarle ciertos poderes a los estados y los municipios dependiendo de su comportamiento. 4

La dispersión geográfica del voto revela que los que más apoyan a la oposición viven en ciertos estados costeños, mientras el apoyo oficialista sigue siendo fuerte en todas partes, pero sobre todo en el interior del país.

Agregando a cambios como este el control actual que tiene el Poder Ejecutivo sobre la Corte Suprema, es evidente que el único espacio que queda dentro del sistema político para quienes quieran oponerse al proyecto bolivariano está dentro de la Asamblea Nacional. Consecuentemente, el hecho de que los resultados de las elecciones del 26 de septiembre obstaculizaran la mayoría calificada del oficialismo dentro de dicho órgano llega a tener un significado importante para el disenso y, por lo tanto, para la democracia dentro del país. Es decir, a pesar de que todos los cambios mencionados fueron presentados por el gobierno como logros importantes para el socialismo del siglo XXI, al parecer, la ciudadanía venezolana (o por lo menos la mitad de ella) no queda muy convencida de que tal modelo deba ser implementado sin ningún freno institucional o debate político.
¿Quiénes, entonces, son los que buscaron aumentar el debate dentro de la Asamblea Nacional? ¿Quiénes siguen apoyando el proyecto del gobierno? La dispersión geográfica del voto revela que los que más apoyan a la oposición viven en ciertos estados costeños, mientras el apoyo oficialista sigue siendo fuerte en todas partes, pero sobre todo en el interior del país.
De la Mesa se puede resaltar que su fuerza fue mayor en los estados de Miranda, Zulia, Aragua, Táchira y Carabobo. Es importante notar que la distribución de las fuerzas políticas dentro de la Mesa correspondió con estados particulares, es decir, que cada partido tenía su bastión regional. Los votos de UNT se concentraron en Zulia; los de PJ, en Miranda y Aragua; los de Copei, en Táchira; y los de Proyecto Venezuela, en Carabobo. Solo AD, que no tuvo ninguna concentración regional específica, llegó a tener una presencia significativa en los estados del interior, siendo la única fuerza de oposición que alcanzó una extensión nacional. Los partidos restantes son bastante regionalizados, recibiendo la mayoría de sus votos de un estado en particular (ver Tabla 1).
Tabla 1
Votación de los partidos principales de la MUD y el PPT (en número de votos)
Elecciones parlamentarias, 26 de septiembre de 2010
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Fuente: CNE

Como se puede notar en la Tabla 1, la mayor fortaleza electoral del PPT se encuentra en el estado de Lara, donde logró casi 60% de su votación total. Para poder matizar esta cifra, la segunda votación más alta del partido ocurrió en Guárico, donde recibió 9% de su votación total. Sus dos curules, sin embargo, vienen del estado de Amazonas, donde sacó por debajo de 7% de su votación total, pero donde sus votos representaron el 42% de la votación estatal.

para el oficialismo como para la oposición. Por un lado, el oficialismo puede poner énfasis en el hecho de que ganó casi dos tercios de los escaños de la Asamblea Nacional. […] Por otro lado, la oposición y el PPT pueden enfocarse en la mayoría de votos que lograron juntos.

El oficialismo tiene su fuerza principal en los estados que pertenecen al denominado “interior” del país, incluyendo Delta Amacuro, Cojedes, Portuguesa, Trujillo, Apure, Monagas, Guarico, Barinas, Vargas, Yaracuy y Falcón. Cabe destacar que la ventaja electoral del oficialismo en estas zonas rurales va más allá del hecho de que, al contrario de la oposición, el PSUV tiene una presencia palpable en esas partes, lo que le da al oficialismo una ventaja marcada. Cuenta también el hecho de que la actividad económica de esas partes es dominada por el Estado —controlado actualmente por el oficialismo—. Asociada a esta dependencia estatal y a la falta de presencia de los partidos de oposición se detecta, según Roberto Picón, una “incidencia de presión al elector para votar a favor de alguna tendencia [en este caso al chavismo] en alrededor del 15% de los centros de votación de esos estados” (Picón 2010). Si agregamos a todo esto la sobrerrepresentación que les da a la mayoría de estas localidades el sistema electoral (punto al cual regresamos más abajo), es fácil entender por qué en las zonas rurales al oficialismo le fue tan bien. A pesar de esta ventaja en el interior venezolano, y como se ve en Tabla 2, a la coalición del oficialismo le fue bastante bien por todo el país, demostrando que el PSUV y los aliados que lo apoyan siguen siendo la principal fuerza política en toda Venezuela y no solamente en las zonas rurales.
Desde que se cerraron las mesas a las 18:00 horas del 26 de septiembre y se presentaron los resultados unas ocho horas después, la principal reacción de la oposición y del PPT, frente a la realidad de que pese a lograr la mayoría de votos no lograron la mayoría de los escaños —y de hecho mucho menos—, ha sido de resaltar la naturaleza injusta del sistema electoral venezolano actualmente. Específicamente, con 51% de la votación total, la oposición más el PPT solo obtuvieron el 40% de los escaños, mientras que con tan solo 49% de los votos el oficialismo obtuvo el 60% de los escaños ¿Cómo se explica esta falta de proporcionalidad?
Tabla 2
Votación del oficialismo en comparación con el voto total (en número de votos)
Elecciones parlamentarias, 26 de septiembre de 2010
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Fuente CNE

La sobrerrepresentación del oficialismo en la composición de la Asamblea Nacional proviene básicamente de dos fuentes. 5  La principal de estas es común en cualquier estado federal (Gibson 2004): los estados menos poblados suelen ser sobrerrepresentados porque resulta muy difícil reflejar de una manera exacta las diferencias poblacionales entre estados grandes y pequeños dentro de la legislatura. Además, en el pasado en Venezuela la distribución de escaños seguía una lógica más proporcional en relación con los resultados electorales por partido. La Constitución de 1999 eliminó esa proporcionalidad, un hecho que, dentro de un sistema mixto con circunscripciones fácilmente rediseñadas como el venezolano, puede favorecer a un partido sobre los demás en cierto estado. La combinación de esas dos fuentes incrementó los escaños logrados por el oficialismo, negándole a la oposición y al PPT unos cuantos escaños más (Ojo Electoral 2010).
Para concluir…
Las elecciones del 26 de septiembre son una victoria tanto para el oficialismo como para la oposición. Por un lado, el oficialismo puede poner énfasis en el hecho de que ganó casi dos tercios de los escaños de la Asamblea Nacional, representando una clara señal de que muchos venezolanos apoyan todavía el proyecto bolivariano promovido por el presidente de la república. Por otro lado, la oposición y el PPT pueden enfocarse en la mayoría de votos que lograron juntos, dándoles la capacidad de decir, como lo hizo María Corina durante la campaña, que “Somos mayoría”.
Pero, al fin y al cabo, el 26 de septiembre es un solo día, y lo que viene en los días y meses que siguen puede importar muchísimo más para la oposición y el oficialismo. ¿Se mantendrá unida la Mesa de la Unidad en la próxima Asamblea o primarán los egos y las ideas de los diputados de cada partido que la compone? ¿Tiene la Mesa una estrategia para implementar una vez instalada en la Asamblea? Por otro lado, ¿se verá obligado el oficialismo a promover el diálogo con sus nuevos colegas opositores? O ¿implementará la Asamblea actual la Ley habilitante para que el presidente Chávez pueda cambiar las reglas institucionales y debilitar los poderes de la Asamblea que se inaugurará el 5 de enero de 2011? Son preguntas que aún no tienen respuesta, asegurando que los próximos pasos en el desarrollo de la política venezolana serán sumamente interesantes y, muy probablemente, poco esperados.

* Candidata al PhD en Ciencia Política en Northwestern University.
Referencias bibliográficas
Consejo Nacional Electoral (CNE). Caracas, Venezuela. <http://www.cne.gov.ve/web/index.php>. 2010
Corrales, Javier. “Impulso, abuso y desuso de instituciones: Venezuela bajo el caudillismo de Hugo Chávez”. Preparado para la conferencia sobre Liderazgo político en sociedades modernas. Veracruz, México, 12-14 de noviembre. 2008
Gibson, Edward L. (ed.). Federalism and Democracy in Latin America. Baltimore y Londres: The Johns Hopkins University Press. 2004
Lander, Luis E. “Decisiones misteriosas: pasado y presente de las circunscripciones electorales”. Revista SIC. Caracas: Centro Gumilla. 26 de abril. 2010
Monaldi, Francisco J. “2 = 2 no son cuatro: por qué con menos votos el oficialismo obtuvo más diputados en Venezuela”. Pro Davinci [Caracas]. 30 de septiembre. <http://prodavinci.com/2010/09/30/2-2-no-son-cuatro-por-que-con-menos-votos-el-oficialismo-obtuvo-mas-diputados-en-venezuela>. 2010
Ojo Electoral. “A proposito de las elecciones parlamentarias del 26-S”. Caracas. 30 de septiembre. <http://www.ojoelectoral.org/admin/informes/APropositoDel26S.pdf>. 2010
Patria Para Todos (PPT). “PPT no apoyará leyes habilitantes.” Caracas. 4 de octubre. <http://pptvenezuela.blogspot.com/2010_10_01_archive.html>. 2010
Peñaloza, Pedro Pablo. “PPT rechaza conceder una ley habilitante a Chávez”. El Universal [Caracas]. 5 de octubre. <http://politica.eluniversal.com/2010/10/05/pol_art_ppt-rechaza-conceder_2060878.shtml>. 2010
Picón, Roberto. Director de Ojo Electoral. Entrevista por correo electrónico. 17 de noviembre. 2010
Proyecto Nacional Simón Bolívar (PNSB). Primer Plan Socialista. Caracas. Septiembre. <http://www.psuv.org.ve/wp-content/uploads/2011/03/Proyecto-Nacional-Sim%C3%B3n-Bol%C3%ADvar.pdf>. 2007

  1. De los 165 diputados, los 3 diputados indígenas son elegidos por nombre y apellidos. De los restantes, 111 son elegidos por nombre y apellidos (de manera “nominal”) y 51 por lista, es decir, por afiliación partidaria. 
  2.  Dos partidos originalmente aliados con el chavismo, Podemos y PPT, se retiraron de la coalición durante los últimos años, sirviendo como una pequeña bancada de oposición dentro de la Asamblea Nacional. Sin embargo, esa bancada no tiene los escaños necesarios para frenar las leyes promovidas por el oficialismo.
  3.  Para más ejemplos, véase Corrales (2008).
  4. Ver los artículos del 1 al 15 de la Ley orgánica del Consejo Federal del Gobierno, promulgada el 20 de febrero de 2010. 
  5. Existe también una tercera fuente que tuvo menos impacto, la de “gerrymandering.” Por cuestiones de espacio, no se explica en este artículo esta tercera fuente. Para mayor información véase Monaldi (2010) y Lander (2010).