Hace más de un mes acabó la campaña electoral. Luego vino el tiempo suplementario del largo conteo de resultados que sirvió como espacio para continuar con las especulaciones mediáticas y los acomodos políticos. Acto seguido ha empezado el calentamiento de la campaña presidencial de 2011. Todavía estamos en la pretemporada: nuevas especulaciones, cálculos políticos, el voceo de alianzas por concretarse y otras que van oficializándose. Sin duda hacia fines de diciembre y durante los meses de verano previos a las elecciones se elevará mucho más la temperatura de la campaña. En este entretiempo, conviene hacer algunas reflexiones acerca de la actuación de los medios de comunicación en esta última contienda, ya con cierta distancia.

Me concentraré en la campaña electoral limeña, a la cual he seguido de cerca. Algunas reflexiones pueden tal vez aplicarse a otras partes del país, sobre todo si tenemos en cuenta que los medios que dicen ser nacionales (impresos, electrónicos y audiovisuales) tuvieron un sesgo marcadamente centralista en su cobertura. No obstante, queda abierto el campo para ser complementado con análisis regionales específicos.
Los medios: espacios y actores activos de la política
Como es sabido, las campañas electorales de estos tiempos se libran sobre todo desde los medios de comunicación. Parafraseando a Rosa María Palacios, los líderes políticos ya no se dirigen a sus electores en los mítines; los mítines son espacios para bailar y cantar cumbias y otros ritmos elaborados para la ocasión. Los líderes se dirigen a sus electores desde los medios, en particular, desde la televisión. 1 Entran a tallar entonces otros elementos en la decisión de los votantes: el carisma de los candidatos, la novedad y la empatía que generen con los electores (“yo soy como tú”).

Con ello no pretendo restarle racionalidad a los votantes; si algo ha caracterizado la campaña en la capital han sido los espacios para la expresión de propuestas, y cuando menos en las principales ciudades del país, los candidatos han utilizado masivamente por primera vez recursos electrónicos (webs, redes sociales) para difundir sus ideas y generar adhesiones. Iniciativas públicas y privadas se han ocupado también de dar mayor información a los electores sobre los candidatos, sus propuestas, trayectoria política, equipo de trabajo y sus bienes, así como de realizar una suerte de “vigilancia electoral” para una contienda limpia. 2 Luego de las elecciones ha sido también notable el esfuerzo de diversos periodistas, entre ellos Rosa María Palacios y Augusto Alvarez Rodrich, en explicar y mantener una actitud vigilante en el largo proceso de conteo de votos.

Los medios no son solo los espacios donde los candidatos proponen, debaten y critican a sus contrincantes, son más bien actores activos en la política. Los medios proponen una agenda temática y visibilizan o no determinadas problemáticas, hechos y actores del acontecer social.

Vistas así las cosas, parecería el país de las maravillas. Sin embargo, esta contienda también ha mostrado un alto grado de intolerancia hacia la diversidad política, rumores que sin ninguna necesidad de confirmación son tomados como verdades por el simple hecho de ser enunciados y claras campañas mediáticas en contra y a favor de determinados candidatos. Es decir, ha mostrado también lo peor del periodismo nacional.
Y es que los medios no son solo los espacios donde los candidatos proponen, debaten y critican a sus contrincantes, son más bien actores activos en la política. Los medios proponen una agenda temática y visibilizan o no determinadas problemáticas, hechos y actores del acontecer social. Esta agenda pública (agenda-setting) de los medios se establece desde las portadas de los diarios y sus titulares; desde un zapping a las noticias o desde el recuento noticioso radial: no es necesario leer un periódico completo, ni ver o escuchar todo un programa informativo. Es la frecuencia en que aparece un tema en los medios la que genera a su vez que este se conciba como relevante por los ciudadanos. Entonces, los medios no solo visibilizan determinados temas e invisibilizan otros, sino que establecen también una particular prioridad para cada suceso reportado (en minutos al aire, en espacio en el papel, en el orden de presentación de las noticias).
Más importante aún: los medios otorgan marcos interpretativos (frames) específicos para contextualizar a cada actor, que influyen en la recepción e interpretación de las noticias. Elframing tiene que ver con los atributos que se otorgan a una situación presentada: qué se presenta como causa y qué como efecto, a quién se atribuye responsabilidad, si lo que se presenta se enmarca en una evaluación moral o en una recomendación de acción, si se encuadra dentro de una posición manifiesta a favor o en contra de lo presentado o desde una corriente de pensamiento dominante o no, favoreciendo determinados puntos de vista (Entman 1993).

Un frame del que ciertamente Lourdes Flores no ha podido distanciarse en diez años y de contienda en contienda es el de ser “la candidata de los ricos”. Por su parte Susana Villarán fue encuadrada en diversos marcos interpretativos, desde lo “caviar” y “pituco” hasta la “izquierda radical” incluso cercana al terrorismo.

En efecto, podríamos decir que en el último mes de campaña la agenda común de los medios de comunicación fueron las elecciones. Sin embargo, una similar proporción cuantitativa de cobertura a esa coyuntura política de ningún modo se tradujo en un enfoque homogéneo de los diferentes protagonistas de la contienda. En otras palabras, se podría decir que algunos candidatos jugaron de locales y otros de visitantes dependiendo de las preferencias electorales de cada medio.
Los frames, además, no solo se refieren al contenido manifiesto de cada texto, son los marcos interpretativos más amplios, presentes en nuestra cultura, en nuestros sentidos comunes, a los que la prensa recurre para encuadrar sus noticias (Reese 2003). Dicho de otro modo: el framing se vale no solo de lo que es dicho sino de aquello que se presupone como marco para entender el contenido explícito de cada noticia. Un frame del que ciertamente Lourdes Flores no ha podido distanciarse en diez años y de contienda en contienda es el de ser “la candidata de los ricos”. Por su parte Susana Villarán fue encuadrada en diversos marcos interpretativos, desde lo “caviar” y “pituco” hasta la “izquierda radical” incluso cercana al terrorismo.
Los medios entonces no solo señalan sobre qué pensar sino también buscan definir, con mayor o menor éxito dependiendo de la experiencia y otras fuentes de conocimiento de los lectores, cómo pensar el conocimiento sobre la realidad que se genera desde las noticias. Por tanto, el framing es un ejercicio de poder, debido a que la elección de uno u otro encuadre afecta nuestra comprensión del mundo político (Reese 2003).
Un espectro mediático conservador
Vayamos ahora a Lima metropolitana y a la etapa post-Kouri de la contienda electoral. Por primera vez en varios años tuvimos a dos candidatas con propuestas serias entre las cuales optar, más allá de las preferencias de cada quién; candidatas con equipos de trabajo, planes de gobierno y la suficiente trayectoria política y experiencia en cargos públicos para gobernar. En términos relativos a lo que usualmente puede verse en la política peruana, y a pesar de los errores políticos atribuibles a cada una de las candidatas, no había motivos para preocuparse por un “salto al vacío” en el voto por una u otra opción. Sin embargo, la campaña mediática se centró en el miedo, en el enfrentamiento, en especial en las últimas semanas, en las que se intensificó la campaña y su cobertura mediática.
Si bien hay opiniones encontradas acerca de los sesgos de los medios, considero que la campaña, salvo algunas contadas excepciones, se movió dentro de un espectro mediático conservador y favorable al statu quo. Este sentido conservador de los medios favoreció claramente a Lourdes Flores y a Unidad Nacional. El giro fue particularmente notorio a partir del momento en el que despegó el crecimiento de Susana Villarán, se empezó a saber más de ella y sus propuestas, su afinidad ideológica y alianzas políticas —por ejemplo con el MNI—, y pasó de ser “atractiva” para los medios (muy “telegénica”) a resultar “peligrosa” para la democracia.

La oposición mediática a Susana Villarán recurrió a activar sentidos comunes del miedo presentes en nuestra sociedad para invalidar su candidatura. Estos sentidos comunes fueron tomados como verdades, activando temores latentes en nuestro imaginario; por ejemplo, la asociación entre el pensamiento de izquierda y grupos terroristas, de la izquierda y el comunismo.

Me explico: en esta elección todos los medios tomaron posición en su línea informativa, en la forma de cubrir las noticias, es decir, en aquello en lo que interviene más el control de los directivos y dueños de los medios de comunicación. En el caso de la televisión, esto se pudo observar en el orden de presentación de las candidatas —las dos fueron cubiertas, pero la tendencia general fue presentar primero a Lourdes— y en el tiempo dedicado a cada una, en el número de invitados de una y otra agrupación política (mayor en el caso de Unidad Nacional). Si miramos los principales diarios, es posible decir que Susana jugó de local en La República y de manera mucho más evidente y propagandística enLa Primera. Por su parte Lourdes contó con el apoyo de El Comercio, con estrategias más sutiles; Peru21, de manera más directa; hasta llegar aExpreso Correo, que resultaron hinchas acérrimos.
¿Cuánta gente lee La Primera La República y cuánta El ComercioPerú21Correo ExpresoLa Primera cubre el 1% del mercado de diarios, mientras que La República el 2%. Por su parte, El Comercio copa el 12%, seguido por Peru21 (6%) y Correo (5.4%). 3  Pero además los diarios señalados pertenecen a conglomerados mediáticos, con lo cual esta proporción se magnifica: el Grupo El Comercio es el líder del mercado con 58%, siendo Trome (37%) su diario más leído. El Grupo Epensa, al que pertenece Correo, ocupa el segundo lugar en ventas y lectoría con 26%. El Grupo La República abarca el 10% del mercado, mientras que La Primera tan solo el 1%. Reitero entonces, por la magnitud de la cobertura de cada grupo multimedios, que se trató de un espectro mediático conservador y favorable a Unidad Nacional.
Sin embargo, como los medios son sistemas complejos y no homogéneos, ciertamente hubo espacios de disenso —las columnas de opinión, los programas políticos radiales o televisivos—, en los que las figuras de los periodistas o analistas tuvieron mayor peso y autonomía. Rosa María Palacios y Augusto Alvarez Ródrich trataron de moverse en un terreno, si no imparcial, cuando menos balanceado y crítico a la campaña. El más claro ejemplo de un conductor de televisión favorable a Susana Villarán y opuesto a la línea del canal fue el caso de Jaime Bayly. El Francotirador dedicó íntegramente varios de sus programas a aclarar rumores acerca de Susana y a hacer contracampaña a Lourdes. Más allá de que resultaba monotemático, se trató de un programa de opinión que aportaba también una mirada crítica a la campaña y al papel de los medios y de algunos periodistas en ella. La reacción de los directivos de Frecuencia Latina no tardó en llegar: Bayly fue primero censurado (con un mensaje en pantalla permanente mientras duraba el programa que señalaba que el canal no estaba de acuerdo con sus opiniones) y luego despedido.
El principal exponente de la corriente conservadora fue Aldo Mariátegui, quien se dedicó a atacar permanentemente a Susana y a hacer campaña a favor de Lourdes desde el diarioCorreo. Pero la gran diferencia entre Bayly y Mariátegui es que el segundo no es solo periodista sino también director de Correo. Por tanto, no hubo tarjeta roja para él, sino la cancha libre para exponer su posición política.
Medias verdades y la exaltación de los miedos desde los medios
Además de la gran diferencia en cobertura y magnitud de los medios que tomaron posición por una y otra candidata, considero necesario señalar algunas otras diferencias en el tipo de ataques. Con Susana, la mayoría se basaron en rumores (terrorismo, antisemitismo, la eliminación de programas exitosos de la gestión de Castañeda como los hospitales de la solidaridad, etc.) y en la intolerancia a aceptar en el espacio político a personas con ideas críticas al modelo neoliberal dominante (MNI, Patria Roja) o a propuestas políticas novedosas para el país (la legalización de la marihuana). 4 Más exactamente: la oposición mediática a Susana Villarán recurrió a activar sentidos comunes del miedo presentes en nuestra sociedad para invalidar su candidatura. Estos sentidos comunes fueron tomados como verdades, activando temores latentes en nuestro imaginario; por ejemplo, la asociación entre el pensamiento de izquierda y grupos terroristas, de la izquierda y el comunismo. Pero esta no es una estrategia novedosa ni particular del caso peruano. Actualmente, en Estados Unidos, el periodismo de derecha (right wing journalism) que maneja las mayores cadenas mediáticas de dicho país (como Fox) ha logrado posicionar la siguiente cadena de significantes para invalidar las políticas de su presidente, Barack Obama: socialista=musulmán=terrorista. 5  Aquí la cadena sería un poco diferente, aunque se dirige al mismo miedo global: izquierdista=comunista=terrorista.

Y lo que se observa que cobra cada vez más virulencia es la creciente intolerancia hacia las diferencias de opinión y a todo cuestionamiento al estado actual de las cosas. Intolerancia del Ejecutivo, intolerancia de los grupos de poder reflejada en la prensa dominante, observada día a día en la última contienda electoral.

¿Cómo opera esta estrategia discursiva? Ella echa mano a medias verdades, las cuales pueden ser lanzadas por diversos actores políticos —la otra candidata, sus voceros, el Ejecutivo, etc.— o “investigadas” por los propios medios para a partir de ellas ir estableciendo una serie de asociaciones que lleguen al objetivo esperado. Esto es, establecer un cierto sentido común desfavorable para Susana Villarán, transformando una oposición entre ideas democráticas diferentes en un antagonismo que amenaza a la democracia. Cuando menos, se busca sembrar la sospecha y que se instale como un miedo: “Es muy posible que gobierne con terroristas y con el Sutep”. En 2006, ocurrió lo mismo con Ollanta Humala; fue encuadrado por diversos medios como un enemigo del orden democrático (y ha seguido siendo presentado así hasta la actualidad).
Veamos un par de ejemplos. Se realizó en diversos medios la siguiente secuencia “lógica”: Susana ha sido parte del Perú Support Group, y el PSG ha apoyado a organizaciones terroristas, en consecuencia, Susana es terrorista. Esta denuncia implicaba una media verdad (Villarán no era miembro sino fue invitada a un evento del PSG) y un dato falso (en efecto, el PSG nunca apoyó organizaciones terroristas) que servían para llegar a una conclusión igualmente falsa (acusar a Susana de terrorista). 6  Un segundo ejemplo es el tema de la política educativa. Susana señaló su compromiso con el avance de la regionalización de la educación, competencia de los gobiernos regionales que ha demorado en ser transferida en Lima. En una argumentación similar a la del PSG, eso terminó por traducirse en: “El Sutep se encargará de la educación”. El Sindicato Unitario de los Trabajadores en la Educación del Perú ha sido enmarcado como el “malo” de la película a lo largo del gobierno aprista, como el responsable de la mala calidad educativa, restándole así responsabilidad al Estado en ese tema. Esa es ya es una verdad instalada; este sindicato es uno de los varios “ perros del hortelano” que fastidian a Alan García. Entonces, nada bueno se puede esperar de él, no lo queremos. No importa cuántas explicaciones dé la candidata: una vez que se instala el filtro del miedo, es imposible ganar con argumentos estas pequeñas contiendas mediáticas, muchas de ellas iniciadas en el diario CorreoExpreso o algunos noticieros (el de canal 5 por ejemplo) y retomadas por otros medios.
Solo dos temas, aunque tergiversados, tuvieron asidero en hechos reales. En primer lugar, un candidato a regidor que tenía procesos legales en curso que no había declarado a Fuerza Social al momento de postular y que fue separado de la candidatura. En segundo lugar, la acusación de faltar a la verdad acerca de sus propiedades, aunque lo que debían hacer optativamente todos los candidatos era declarar la percepción de renta, no de propiedades (si no había renta de por medio). Villarán no lo hizo y fue encuadrada como mentirosa en diversos medios. 7
En el caso de Lourdes Flores, los ataques, que cuantitativamente fueron menos, giraron en torno a dos temas. En primer lugar, su real vinculación con Cataño, empresario acusado por lavado de activos y vínculos con el narcotráfico, del cual ella fue abogada por un largo periodo de tiempo y miembro del directorio de una de sus empresas (Peruvian Airlines), incluso luego de que se documentaran algunos de sus delitos. Es más, como su abogada, logró que Cataño pudiese importar más de 24 mil autos que invadieron nuestras ciudades y Lima en especial, tema que pudo haber sido tomado como caballito de batalla por los medios en una contienda en la que uno de los tópicos centrales de debate fue cómo solucionar el problema de la congestión vehicular. En segundo lugar, los famosos “potoaudios”, que fueron conseguidos ilegítimamente y mostraban una conversación privada de la candidata, que en un momento de ofuscación hablaba acerca de lo poco que le importaban estas elecciones y ser alcaldesa de Lima. Este tema, parte de los golpes bajos de Bayly a Lourdes, rebotó en el resto de medios solo brevemente y sobre todo desde un consenso en el repudio a esta práctica ilegal de grabar conversaciones privadas. 8 La pregunta que quedaría abierta es si no es igualmente repudiable y en el límite difuso de la legalidad el acusar y reproducir sistemáticamente acusaciones a la otra candidata sobre la base de rumores.

La participación activa de los medios en la exaltación de miedos funcionó entonces, sobre todo, en quienes están más conformes con el estado actual de las cosas y por lo tanto en aquellos en los que toda idea de cambio es susceptible de ser revestida de miedo.

En esa línea, quisiera aquí agregar una reflexión de Nugent acerca del orden tutelar, que este autor considera que rige nuestra sociedad: “Una pregunta elemental que cabe hacerse en un régimen democrático es si estamos dispuestos a seguir aceptando ese peculiar razonamiento moral según el cual toda acción puede ser perdonada pero ninguna opinión diferente puede ser tolerada” (2010: 35). Y lo que se observa que cobra cada vez más virulencia es la creciente intolerancia hacia las diferencias de opinión y a todo cuestionamiento al estado actual de las cosas. Intolerancia del Ejecutivo, intolerancia de los grupos de poder reflejada en la prensa dominante, observada día a día en la última contienda electoral. Parafraseando a Nugent: a Lourdes se le perdonaron las acciones pero fue imperdonable la heterodoxia de las opiniones de Susana.
¿Funcionaron estas estrategias discursivas? ¿En quiénes? En este caso, a juzgar por los resultados electorales, se puede afirmar que sí lo hicieron. Como sabemos, el electorado peruano es muy volátil. No hay partidos sino una forma política cada vez más caudillista; no hay tampoco fidelidades ni una participación activa por parte de los ciudadanos en la política. Es justamente eso lo que le da un todavía mayor poder a los medios de comunicación en el país. Una diferencia de más de diez puntos en las encuestas a favor de Susana, producida en gran parte gracias al apoyo de Bayly y su arrastre inicial en otros medios, se redujo luego de dos intensas semanas de contraataques mediáticos a menos de un punto porcentual en los resultados electorales finales. Y esta distancia disminuyó en todos los sectores económicos. Como señala Tanaka en esta misma edición de Argumentos, la diferencia entre la votación de Susana y la de Lourdes es en promedio menor a 10% en distritos de menores recursos (en los que ganó Susana), mientras que la diferencia a favor de Lourdes en algunos de los distritos más pudientes (San Isidro, Miraflores, San Borja y La Molina) es de más del 30%. La participación activa de los medios en la exaltación de miedos funcionó entonces, sobre todo, en quienes están más conformes con el estado actual de las cosas y por lo tanto en aquellos en los que toda idea de cambio es susceptible de ser revestida de miedo.
Hacer política en un mundo de conglomerados informativos
Pero con todo no se logró revertir, al momento de la elección, la tendencia favorable a Susana. Tal vez una semana más hubiera hecho la diferencia, no lo sabremos. La pregunta, sin embargo, sería: ¿a quién benefician este tipo de estrategias mediáticas? ¿A los electores? ¿Los medios estarían cumpliendo una labor pública advirtiéndonos de los “peligros” de determinadas elecciones? Pues no. Lo que hacen los medios de comunicación es defender sus propios intereses económicos y políticos. Dicho de otra manera: es posible que los periodistas crean que lo que defienden es un “voto responsable”, que lo que hacen lo hacen en nombre de la democracia. Pero su libertad de expresión difícilmente se sostiene si se contrapone a la lógica empresarial de los medios en los que trabajan y a sus articulaciones coyunturales con el poder político (imagen 1).
Imagen 1. Caricaturas de Carlín acerca de la censura y despido a Jaime Bayly por los directores de Frecuencia Latina
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Fuente: La República

Esto es particularmente relevante si consideramos que en el Perú, como en la mayoría de países de la región y del mundo, la tendencia de la industria informativa es hacia la conformación de conglomerados mediáticos, que a su vez se articulan a otros conglomerados transnacionales. Entre ellos, el Grupo El Comercio es el de mayor envergadura. Es accionista mayoritario de América Televisión, Canal N y dueño de diversos medios impresos y electrónicos (Peru21, Trome, Gestión, Depor, peru.com), es parte del Grupo de Diarios de América, que reúne a corporaciones como O’Globo de Brasil o El Tiempo de Colombia, y tiene además inversiones diversificadas en otras industrias. La República, Correo, RPP, etc. son también medios que encabezan otros conglomerados. Así, unos pocos dueños de medios pueden terminar ejerciendo un enorme poder político.

Este proceso de consolidación mediática ha probado no ser compatible con la democracia, pues el periodismo deja de funcionar como un guardián de su funcionamiento (watchdog) para servir sobre todo a los intereses de los grupos empresariales que controlan los medios.

Este proceso de consolidación mediática ha probado no ser compatible con la democracia, pues el periodismo deja de funcionar como un guardián de su funcionamiento (watchdog) para servir sobre todo a los intereses de los grupos empresariales que controlan los medios. No favorece tampoco a la pluralidad de voces: tiende más a tratarse de la reproducción de un mismo mensaje empaquetado para diferentes audiencias. Asunto que convendría mirar de cerca: fortalecer audiencias más críticas respecto de la información que reciben y también un periodismo más independiente de los intereses de quienes manejan los medios.
Con Bayly fuera de juego, sumado a la reciente ola de despidos en El Comercio y a la permanente reducción del apoyo a las áreas de investigación periodísticas, es difícil presagiar un desempeño diferente en la campaña electoral que nos tocará vivir en los siguientes meses. Aparentemente, “el Perú avanza” y continuará haciéndolo al mismo ritmo que ha marcado este gobierno: en una creciente intolerancia y cada vez menor espacio al diálogo, al respeto por la diferencia de opinión, difuminando los límites entre un régimen democrático y un sistema de otro orden, en el que los medios —y sus intereses corporativos— juegan un papel principal.


* Comunicadora social, investigadora del IEP. Agradezco los comentarios de Marisa Remy, Rodrigo Barrenechea y Bruno Monteferri.

Referencias bibliográficas
Entman, Robert. “Framing: Toward Clarification of a Fractured Paradigm”. En Journal of Communication, 43: 51-58, 1993.
Nugent, Guillermo. El orden tutelar. Sobre las formas de autoridad en América Latina. Lima: Clacso, Desco, 2010.
Reese, Stephen. “Prologue- Framing Public Life: A Bridging Model for Media Research”. En Stephen D. Reese, Oscar H. Gandy, Jr., August E. Grant (eds.), Framing Public Life: Perspectives on Media and our Understanding of the Social World. Nueva Jersey: Lawrence Erlbaum, 2003.

  1.  Mesa de discusión de coyuntura política, IEP (07/10/2010).
  2.  Algunas de las iniciativas: Voto Informado, del Jurado Nacional de Elecciones (www.votainformado.pe); Perú Debate, de la Pontificia Universidad Católica del Perú (www.pucp.edu. pe/perudebate); Mesa de Concertación y Lucha Contra la Pobreza (www.mesadeconcertacion.org.pe/elecciones/); Operación Lupita, de Proética (www.proetica.org.pe); y Postula con la Tuya, de la Contraloría General de la República (www. postulaconlatuya.pe/).
  3. Datos de lectoría y ventas del periodo que va de mayo 2009 a abril de 2010. No se cuenta con datos de Expreso. Fuente: KMR. 
  4. Respecto de la acusación del antisemitismo, propalada en el noticiero de Panamericana Televisión, Correo dedicó una nota que tuvo el siguiente título: “Villarán también es una radical antisemita. Otra ‘perla’ de la candidata de FS” (02/10/2010). Disponible en: http://correoperu.pe/correo/nota.php?txtEdi_ id=4&txtSecci_id=80&txtSecci_parent=0&txtNota_ id=447238]
  5. Para profundizar en el tema, ver “El Tea Party perucho”, de Alberto Vergara, en la revista Poder. Accesible en: http://www. poder360.com/article_detail.php?id_article=4674
  6.  Aclaraciones sobre relación entre Susana Villarán y PSG en La República: http://www.larepublica.pe/28-09- 2010/perusupport-group-aclara-relacion-con-susana-villaran-y-rechazavinculos-con-te
  7. El 29 de octubre, luego del señalamiento de propiedades de Susana Villarán, estos fueron los titulares de los principales medios: “Susana Villarán se contradice sobre sus propiedades. En su hora más difícil” (El Comercio); “No dijo la verdad. Susana Villarán había declarado ante el JNE que no tenía propiedades (Peru21)”; “Susana Villarán le mintió a Lima. Ante abrumadoras evidencias de Expreso, reconoce sus propiedades (Expreso)”; “¡La insultó! Guerra sucia de Villarán contra Lourdes” (Correo); “En la recta final. Candidatas favoritas no se dan tregua” (La República).  
  8. El 17 de septiembre de 2010, post difusión de los “potoaudios”, estos fueron los titulares de los principales diarios: “Repudio general al ‘chuponeo’. Red mafiosa sigue operando impunemente” (El Comercio); “Lluvia de ofertas. Candidatos mantuvieron la altura, hubo pocas pullas y el ruido fue en la calle” (Peru21); “’Chuponeo’ pone en riesgo las elecciones. ¿De dónde sale el dinero para esta práctica ilegal?” (Expreso); “Debate soso. No se percibió un ganador” (Correo); “Se impusieron las propuestas. El debate de los candidatos a la alcaldía de Lima” (La República).