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Tesis de licenciatura en Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica del Perú

El fujimorismo como caso de estudio resulta demasiado interesante por dos razones. La primera por su pasado político, ya que actualmente se podría decir que esta es su base ideológica, pues  la legitimidad política del fujimorismo tiene relación con la importancia que le dan distintos sectores de la población a la “pacificación y estabilidad económica” que logró el gobierno de Alberto Fujimori. La segunda,  por la presencia que tuvo en las elecciones del 2011, evidenciado un 20% de voto duro en el ámbito nacional, llegando a obtener en la primera vuelta 23.551% y en la segunda un 48.551% .Esta segunda razón tiene que ver con las posibilidades del partido como una opción viable en la arena política. Si bien esta agrupación política personalista terminó en el 2000 con una crisis política interna, como organización, y externa, en relación a sus lazos con la sociedad; para las elecciones del 2002 y 2006 consolidó a un grupo de congresistas que hasta ahora  están en la arena política, donde se destaca la figura de Keiko Fujimori.

Objetivización del carisma

El fujimorismo desde sus primeras etapas como organización política mostró intentos de rutinización del carisma del líder, considerando que se denominan como “fujimoristas”. Lo dicho resalta la cualidad personalista de la organización, pues no se identifica con el nombre de  ninguna de las diferentes organizaciones  que se crearon, sino que las numerosas organizaciones se identifican con el apellido de su líder tradicional. Considerando que el fujimorismo cuenta con numerosas agrupaciones bajo el mismo liderazgo de Alberto Fujimori, estrategia que puede ser entendida como “divide y reinaras”. Esta agrupación contó con organizaciones distintas que mantenían varias lealtades y no se buscó ponerlas a todas bajo una misma organización, aunque el líder era uno solo, y todos los otros líderes de cada organización quedaban en un nivel más bajo. Esto evidencia que es el líder quien manda y decide, mientras queda solo un pequeño sector de influencia que se encontraba dividido. Por tanto, juntar a todas las organizaciones en una sola llevaría a tener una plana mayor más cerca al líder y con más influencia o capacidad de presión a que si la plana  mayor de líderes quedara disgregada en varios grupos. A la par, esta estrategia le permite reclutar gentes distintas en las organizaciones, como se demuestra con la gran suma de invitados lo cual es característico del fujimorismo desde la creación de Nueva Mayoría hasta la actual Fuerza Popular. Esta estrategia, en suma, confirma el personalismo del líder y su poco interés en la objetivización del carisma en una sola organización.

Conflictos internos

Para argumentar los conflictos internos en el fujimorismo, se dividió en  cuatro etapas el desarrollo histórico de esta organización. La primera refiere al fujimorismo bajo el liderazgo único de Alberto Fujimori en los 90´s hasta su salida del poder en el 2000; la segunda  ubica el periodo de crisis del fujimorismo sin Alberto Fujimori, denominado como el periodo de persecución política por los fujimoristas y entendido como la generación de la mística del discurso fujimorista por algunos analistas políticos. La tercera etapa ubica el  regreso de la delegación de Alberto Fujimori para las elecciones del 2006, donde se pudo observar los primeros indicios de  tensión entre las vertientes fujimoristas “albertitas y keikistas”, las que fueron interpretadas por muchos analistas como división y que nosotros pudimos confirmarla gracias al trabajo de campo y entrevistas realizadas.

La cuarta etapa del fujimorismo refiere a las facciones dentro de la agrupación, “keikistas y albertistas”, que se hicieron evidentes en la organización de este partido para las elecciones municipales del 2010 y  elecciones generales del 2011. Aquí se encontró dos tipos de organización del fujimorismo.  La albertista, la cual resalta en mayor medida la memoria de los aciertos del gobierno de Alberto Fujimori y tiene entre sus miembros a personajes pertenecientes a la alianza primigenia del fujimorismo-Cambio 90 y Nueva Mayoría-  sin olvidar la central delegación de Alberto Fujimori por medio de la presencia de los comandos del chino, formada mayormente por militares retirados y la keikista, que viene  a ser un fujimorismo renovado, donde la cúpula central del partido se redefine alrededor de la nueva lideresa, primando la opinión y ordenes de Keiko Fujimori y al mismo tiempo disminuye la influencia en la toma de decisiones de la cúpula cercana a su líder tradicional. Otro aspecto que diferencia a albertistas de keikistases la presencia de los comandos del chino, conformado por  ex militares del segundo gobierno de Alberto Fujimori, donde hubo la subordinación del ejército a Vladimiro Montesinos. Mientras que los grupos keikistas se manejan con puro civil, por tanto pareciera que Keiko no tuviera ese tipo de elemento militar en su organización, al menos a nivel de la toma de decisiones.

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales del año 2011 marca una etapa  fundamental en la construcción partidaria del fujimorismo y la visualización de los conflictos internos en un nivel más mediático. Keiko Fujimori decide liderar completamente la agrupación fujimorista, excluyendo en cierta medida a la facción albertista de la toma de decisiones del partido, lo que ocasionó conflictos entre las facciones fujimoristas. Al haber solo un liderazgo, los círculos cercanos se reacomodaron a la influencia del líder situacional, Keiko Fujimori, lo que ocasionó la salida de algunos militantes cercanos a Alberto Fujimori, pertenecientes a los comandos del chino.

Esta tendencia de cara al presente muestra el posicionamiento de Keiko Fujimori respecto a su padre y de otro lado estos conflictos de liderazgos no conllevan a cambios en términos del estilo personalista, al contrario, se constata cómo  se fortalece el autoritarismo personalista en la organización del fujimorismo.

Proximidad a otras organizaciones sociales

En este punto resaltamos la presencia de la ONG Oportunidades, la cual es importante en el análisis de las facciones dentro del fujimorismo, pues  es una organización keikista, cuyos miembros del consejo directivo pertenecen a la cúpula keikista del partido. Mientras que la vertiente albertista tiene mayor relación con los sectores populares no organizados, donde la imagen de Alberto Fujimori es importante para legitimar al partido Fuerza Popular ante numerosas asociaciones vecinales y clubes de madres. A diferencia de Oportunidades, que contacta con los “emprendedores”, quienes no necesariamente tienen presente la importancia de la imagen de Alberto Fujimori, pues las actividades de la ONG se enfocan en estudiantes, trabajadores y pequeños empresarios de distritos populosos.

Si bien uno de los entrevistados resaltó que Oportunidades no cumple ningún fin político, se puede deducir que esta ONG es un medio de reclutamiento de militantes keikistas, pues los que dictan las charlas y capacitaciones son solo miembros del agrupación fujimorista de la vertiente actual, la cual vendría a ser puramente keikista, donde se resalta la presencia de Julio Gagó en las charlas al sector empresarial.

Contraste entre visión interna y externa

Son tres  los temas discutidos por los medios de comunicación respecto a la organización de este partido. El primero la incapacidad de Keiko Fujimori para romper con el pasado de su padre, ) el indulto a Alberto Fujimori y  la postura del fujimorismo sobre la economía. En este punto se pudo concluir, en primer lugar, que los temas de corrupción, violación de derechos humanos y autoritarismo, a nivel interno de la organización, son considerados como críticas que hacen los adversarios políticos del fujimorismo para descalificarlos como una opción política viable, por lo tanto este punto no es de prioridad en la agenda del fujimorismo. Entonces se trata de  un punto de agenda generada por los medios de comunicación y la opinión púbica más no un problema que el fujimorismo considera que tiene que resolver. En segundo lugar, el indulto a Alberto Fujimori que podría lograr el fujimorismo si llega al poder, si representa un problema recurrente en esta agrupación, no solo es cuestionado por los medios de comunicación, sino que dentro de las redefiniciones que se estaban dando dentro del partido, considerar la posibilidad del indulto a Alberto Fujimori era causa de conflicto dentro del fujimorismo, en especial con los albertitas, pues parte importante de su lucha es la liberación de su líder. Y en tercer lugar, con respecto al modelo económico, el fujimorismo plantea la continuidad del modelo neoliberal que se implementó en el gobierno de Fujimori, al respecto, se resaltar el discurso del emprendedor, pues con este el fujimorismo plantea una doble estrategia de acercamiento a la élite económica y al sector de los PYMES.

Verticalidad de la organización

La construcción partidaria de fujimorismo mantiene su carácter personalista, donde las redes de patronazgo y la centralidad en la toma de decisiones dentro del partido se caracterizan por la verticalidad de la organización. Esto debido a la creación de varias organizaciones fujimoristas y la constante suma de invitados.

El carácter vertical de la agrupación obedece a la lógica de invitados que se expresa en la búsqueda de dirigentes populares o empresarios que tengan capacidad de hacer una campaña vistosa para representar al fujimorismo. Por otro lado, la centralidad en la toma de decisiones se evidencia con la presencia de delegaos encargados de contactar a los candidatos y las decisiones autónomas de la cúpula central del partido, es decir círculos cercanos a Alberto y Keiko Fujimori.

El fujimorismo mantuvo la estructura de toma de decisiones de arriba hacia abajo, donde la cúpula central del partido toma las decisiones y las bases solo acatan, lo que evidencia la ausencia de mecanismos que fortalezcan la organización y que promuevan la democracia interna o la promoción de nuevos liderazgos, pues los vínculos en la organización del fujimorismo se basan en la lealtad al líder tradicional (Alberto Fujimori) y situacional (Keiko Fujimori) y necesitan de su aprobación para cualquier cambio.

El cambio más drástico es la casi completa exclusión de los albertistas en Fuerza Popular. Esta  acción la entiendo como un proceso de posicionamiento de una liderazgo sobre otro  y no tanto como  una estrategia política, pues la exclusión de caras emblemáticas del fujimorismo no es  una estrategia que favorece al fujimorismo. En la segunda vuelta del 2011, Keiko  posiciona una cúpula sobre la otra, lo que ocasionó que numerosas bases a nivel nacional cesaran el apoyo a la candidatura de Keiko. Actualmente se observa lo mismo,  la cúpula albertista se siente traicionada nuevamente, pues al ser un partido personalista, las redes de  poder y toma de decisiones son conformadas por redes de patronazgo  y  al ser modificadas cambian en gran magnitud las relaciones de poder internas, donde se observa exclusión de la toma de decisiones de la  vertiente más numerosa del fujimorismo.

Este posicionamiento del liderazgo keikista puede causar más problemas mientras en este contexto electoral, e incluso después. Los fujimoristas no se ven representados a nivel nacional por su ausencia en la fórmula parlamentaria. Como es típico del fujimorismo, la gran mayoría de candidatos son invitados, la diferencia es que estos nuevos invitados entran de la mano de la cúpula keikista, lo que ocasiona que para la campaña estas personas pongan a nuevo capital humano que los apoye, que no necesariamente son fujimoristas, sino personas que buscan una oportunidad política apoyando a los nuevos rostros. Esto es perjudicial para los albertistas pues ven su trabajo suplantado, lo que genera la continuidad de los conflictos internos en el fujimorismo a menos que Keiko decida democratizar su partido.


Referencias Bibliográficas

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