En el actual proceso electoral parece confirmarse una tendencia iniciada en 2006. Al igual que entonces, dos candidaturas lograron concentrar más del 70% de los votos y desplazar hacia el tercer lugar a quien fuera la segunda fuerza electoral a nivel nacional. Por segunda vez consecutiva, las alianzas de las que el Partido Nacionalista Peruano (PNP) y el Partido Popular Cristiano (PPC) forman parte terminaron concentrando la gran mayoría de votos. Una vez más, el nacionalismo gana por una amplia ventaja. ¿Será este el paso decisivo para una consolidación partidaria subnacional?

En este artículo nos aproximaremos brevemente a los resultados electorales de la primera vuelta, teniendo en cuenta los resultados regionales, provinciales y distritales de los comicios. Seguidamente haremos un balance de las principales fuerzas políticas y sus particularidades electorales, para luego proponer algunas hipótesis sobre sus logros y limitaciones. Finalmente concluiremos con un breve acercamiento a la situación previa a la segunda vuelta electoral.

Arequipa en números

El indiscutible ganador de la contienda electoral a nivel regional fue Gana Perú (GP) con 348.717 votos, equivalente al 47,869% de los votos válidos. En segundo lugar quedó Alianza por el Gran Cambio con 188.867 votos (25,926%). Le siguieron Fuerza 2011 con 83.179 votos (11,418%) y Perú Posible con 63.548 votos (8,723%). El Gráfico 1 brinda un resumen de la contienda electoral e incluye a todas las organizaciones políticas participantes.

Gráfico 1. Porcentaje de votos válidos obtenidos por cada agrupación en

Arequipa para las elecciones presidenciales

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Fuente: ONPE. Elaboración propia.

Tanto Gana Perú como Alianza por el Gran Cambio obtuvieron votaciones que superaban su promedio nacional; por el contrario, Fuerza 2011 y Perú Posible no consiguieron igualarlo. Desde un conteo provincial, Gana Perú logró ganar siete de las ocho provincias del departamento, Fuerza 2011 consiguió ganar en la restante. En el Gráfico 2 podemos apreciar las posiciones alcanzadas por agrupación en las ocho provincias, así como su comparación con el voto nacional.

Gráfico 2.  Comparación del voto provincial, regional y nacional en las elecciones presidenciales

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Por otro lado, haciendo un conteo a nivel distrital, el escenario se transforma radicalmente. Gana Perú logra el primer lugar en 93 de los 109 distritos de la región, mientras que Fuerza 2011 (en tercer lugar) logra 13 distritos, 12 de ellos en la provincia de Caravelí. Alianza por el Gran Cambio solo logra ganar en 3 distritos, pero, como veremos más adelante, eso le resultó suficiente como para posicionarse en segundo lugar, por encima de Fuerza 2011. El voto por Gana Perú es un voto más constante a lo largo del departamento, mientras que, como lo comprobaremos, existen concentraciones específicas en el voto por Fuerza 2011 (Caravelí) y por Alianza por el Gran Cambio (Arequipa).

Arequipa metropolitana: ¿la historia se repite?

A fines de enero, la primera encuesta provincial desarrollada por la Universidad Tecnológica del Perú-filial Arequipa (UTP, 2011a) arrojó que Alejandro Toledo era el candidato preferencial y que Ollanta Humala estaba recuperando un 20% que habría perdido luego de la campaña de 2006. Asimismo, nos mostró a un Castañeda Lossio ascendente en las preferencias (12,4%) y un Kuczynski relegado a un pequeño sector empresarial y acomodado (5,1%). Keiko Fujimori nos hubiera parecido un voto estable, sin miras a subir ni bajar. Casi mes y medio después un nuevo panorama se perfilaba: Toledo había descendido seis puntos porcentuales (19,7%) y Castañeda solo había aumentado medio punto (13,1%), mientras que Humala y Kuczynski habían subido cinco y cuatro puntos porcentuales, respectivamente (25,4% y 9,2%).

Para fines de marzo, la última encuesta (UTP, 2011f) nos mostró un panorama completamente distinto: Ollanta Humala se ubicaba ahora en primer lugar, al haber duplicado su intención de voto inicial (43,8%), y Pedro Pablo Kuczynski había dejado de ser el candidato de la clase media-alta para convertirse en la segunda fuerza presidencial en la provincia, luego de haber acumulado votos de Toledo, mientras este caía en picada (pasó de 25,7% a 7,9% en dos meses). Luis Castañeda había dejado de ser el candidato en perpetuo ascenso para terminar con un 5,5% de consuelo y Keiko Fujimori —a contracorriente del argumento del “voto minoritario pero leal”— descendió casi la tercera parte (de 12,21% a 9,8%). Estas tendencias terminaron confirmándose el 10 de abril en las urnas.

Llegado el momento del conteo oficial, nos vemos con un panorama similar al de 2006. El voto por Ollanta Humala (46,6%) difiere ligeramente del que obtuvo en 2006 (47,1%). El voto de la coalición del Partido Popular Cristiano (Unidad Nacional en 2006, Alianza por el Gran Cambio en 2011) vuelve a ganar en los distritos de Yanahuara y Arequipa (Cercado), y esta vez pasa del segundo al primer lugar en José Luis Bustamante y Rivero. Es así que los dos ganadores a escala distrital terminan alcanzando resultados similares al proceso pasado y quedando otra vez en primer y segundo lugar provincial y regional, pero con una significativa diferencia de más de 20 puntos.

Para comprender mejor el destino de los votos haremos un recorrido por las tres organizaciones con mejores resultados: Gana Perú, Fuerza 2011 y Alianza por el Gran Cambio.

El voto nacionalista: voto perdido/voto recuperado

El primer hecho que salta a la vista con respecto al nacionalismo es la evidente equivalencia entre los resultados obtenidos en los comicios de 2011 y 2006. No obstante lo antes señalado, al tomar en cuenta las encuestas de preferencia electoral desde enero de este año (Gráfico 3), podemos constatar un fenómeno de recuperación del voto antes que un patrón de permanencia de este.

Gráfico 3. Evolución de la intención de voto-provincia Arequipa

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Fuente: UTP/ONPE. Elaboración propia.

Es así que, conforme la dispersión de intenciones disminuía (no sabe/no opina), la preferencia por Gana Perú aumentaba casi proporcionalmente. En este sentido, los resultados del nacionalismo estarían condicionados por dos dinámicas: por un lado la volatilidad y fragmentación de su vínculo con el electorado (por ello la dispersión inicial), por el otro una consolidación relativamente estable en el mediano plazo (por ello su reiterado éxito final). Como veremos más claramente con el caso de Islay, el voto nacionalista se explica en parte por una cuestión de demanda (por parte de los electores) y de oferta (por parte de las dirigencias), en las que la ausencia de oferta de las otras agrupaciones políticas jugaron a su favor.

El éxito de Gana Perú se debió a una combinación de factores, como la cohesión partidaria de los candidatos, la afinidad de las propuestas con la opinión pública y, finalmente, a la convergencia de situaciones de conflicto social y la campaña agresiva del aparato político.

Como se dijo anteriormente, existe una relativa disminución del voto nacionalista al compararlo con el de 2006 (0,5%), lo cual nos pone en un escenario de continuidad antes que en uno de cambios drásticos. Sin embargo, esta “ligera disminución” ha tenido como consecuencia un descenso homogéneo en todas las provincias, salvo Islay. Según miembros del propio GP, la campaña partidaria en Islay tuvo las mismas características que en cualquier otra provincia. No obstante, su ventaja de 10 puntos (57,5%) respecto a 2006 (47,3%) se debió a la presencia de dirigentes sociales con discurso “antineoliberal” en el conflicto de Tía María y a las proximidades que ese discurso generó con el programa de GP.

Es así que podríamos establecer relaciones entre el programa de gobierno nacionalista (o la divulgación mediática de sus puntos más resaltantes) y la opinión pública general de los electores. Por ejemplo, para el momento en que la UTP (2011b) ya anunciaba el primer lugar de Humala en las encuestas, simultáneamente se recoge la opinión de los electores sobre si es deber o no de las empresas mineras pagar impuestos a las sobreganancias, a lo que el 90% responde afirmativamente.

Otro aspecto a resaltar de la campaña fue el grado de cohesión partidaria de los candidatos al Congreso con respecto al candidato presidencial. A diferencia de lo apreciado en otras agrupaciones, donde el candidato al Congreso gozaba de un amplio margen de maniobra para deslindar con el candidato presidencial, los candidatos de GP emplearon un discurso de proximidad y proselitismo hacia Ollanta Humala. Dentro de este aspecto también debemos considerar el hecho de que cinco de los seis candidatos al Congreso hayan sido miembros inscritos del PNP, y que el candidato restante haya provenido de una organización que forma parte de Gana Perú.

Es así como —a grandes rasgos— podemos afirmar que el éxito de Gana Perú se debió a una combinación de factores, como la cohesión partidaria de los candidatos, la afinidad de las propuestas con la opinión pública y, finalmente, a la convergencia de situaciones de conflicto social y la campaña agresiva del aparato político. Paradójicamente, fueron causas internas al PNP y GP, sobre todo su falta de consolidación partidaria, las que los obligaron a recuperar (y no a mantener) el voto en una intensa campaña que finalmente les trajo un déficit de 0,5%.

El voto por PPK: “sube, sube… el IDH”

Por otro lado, resulta interesante establecer el patrón del voto por Kuczynski. Se han presentado dos tendencias generales: a) que es un voto urbano concentrado […] y b) que su votación es proporcional al Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la localidad.

Alianza por el Gran Cambio (AGC), contra todo pronóstico, quedó en segundo lugar a escala regional. Luego de haber partido con un 5,1% de intención de voto en enero de 2011, para fines de marzo ya había ascendido 22 puntos porcentuales y desplazado a Perú Posible del segundo lugar (ver Gráfico 3). Ello se debió en parte a la representatividad regional de voceros como Juan Carlos Eguren, actual congresista y candidato electo al Congreso para el periodo 2011-2016. A ello se sumó una exitosa y efectiva campaña —principalmente en universidades privadas— para captar el voto juvenil, un despliegue —en parte espontáneo, en parte planificado— de publicidad en las redes sociales y un masivo mitin de cierre de campaña con la presencia de Pedro Pablo Kuczynski. Como fue mencionado líneas arriba, AGC solo ganó en 3 distritos de los 109, por lo que su relativo éxito con un segundo lugar en el conteo regional podrá resultar confuso. Por lo tanto, debemos tener dos factores a considerar. En primer lugar, estos tres distritos (José Luis Bustamante y Rivero [JLByR], Yanahuara y Arequipa-cercado) concentran el 32% del voto total por AGC (mientras que juntos no llegan al 10% del total de votantes del departamento). Este patrón sigue un rumbo similar dentro de la provincia de Arequipa, donde se encuentra concentrado el 90% de su caudal electoral (cuando la densidad de votos emitidos para la provincia es de 79%). En segundo lugar, es tanta la concentración de votos por PPK, que solo con los votos obtenidos en la provincia de Arequipa (170,503) basta para prácticamente duplicar el total de votos regionales de Keiko Fujimori (88,179).

Por otro lado, resulta interesante establecer el patrón del voto por Kuczynski. Se han presentado dos tendencias generales: a) que es un voto urbano concentrado, ya que el 90% de su caudal electoral proviene de Arequipa metropolitana; y b) que su votación es proporcional al Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la localidad. Por ejemplo, los tres distritos donde PPK logra el primer lugar son a su vez los tres distritos con mayores IDH del departamento (PNUD, 2009). Por consiguiente, conforme el IDH desciende, disminuyen progresivamente los votos de AGC. Así por ejemplo, en la provincia de La Unión, la de menor IDH en la región, termina en cuarto lugar y con 3,35% de votos; su porcentaje más bajo de las ocho provincias. Por otro lado, en la provincia de Arequipa, aquella que goza del IDH más alto en la región, AGC logra el 29% de votos y posicionarse en segundo lugar; siendo que incluso dentro de esta, el voto de AGC baja drásticamente en los tres distritos con menor IDH.

Existe por lo tanto una concentración del voto en los distritos urbanos con mejores condiciones de vida —tanto de la “tradicional” clase media de Yanahuara como de la “nueva” clase media de JLByR—, los cuales a su vez se encuentran en la ciudad de Arequipa, la plaza electoral más grande de la región (80% de los votos regionales totales). Esto explicaría el relativo éxito de la agrupación, a pesar de la poca dispersión regional de su voto.

Caravelí: El “sólido norte” fujimorista

El resultado electoral en Caravelí nos puede parecer atípico si lo contrastamos con el voto en las otras siete provincias de la región. Efectivamente, si en las otras provincias de Arequipa Gana Perú es la agrupación que terminó en primer lugar, esta fue desplazada al segundo lugar por Fuerza 2011 en Caravelí (véase Gráfico 2).

En el presente apartado nos enfocaremos en dinámicas de índole institucional y de consolidación partidaria antes que en dinámicas históricas (la derrota de Sendero Luminoso en Caravelí en los noventa, los programas gubernamentales como el Foncodes, etc.) y geográficas (la proximidad a Ica, tradicional bastión electoral fujimorista). Sin despreciar los otros dos enfoques, creemos, sin embargo, que no será posible valorarlos en su integridad sin primero dar un vistazo al “fujimorismo sin Fujimori” de Caravelí en la década de 2000.

La presencia del fujimorismo en Caravelí no se debe simplemente a un factor coyuntural ni a una mera relación clientelar del pasado, sino que, por el contrario, vemos un trabajo sostenido por más de una década.

Primeramente, esta provincia ha contado desde 1998 con gobiernos simpatizantes y vinculados al fujimorismo, a través de las sucesivas organizaciones políticas que se conformaron bajo este (Vamos Vecino, Sí Cumple, etc.). Todos ellos permanecieron activos en política luego de dejar el cargo; de este modo, Aarón Maldonado, alcalde provincial de Caravelí entre 1998 y 2002, terminó como vicepresidente regional en el periodo 2006-2010.  1 Asimismo, José Cárcamo, alcalde entre 2002 y 2006, se mantuvo próximo al fujimorismo, no obstante su candidatura por Unidad Nacional. Finalmente, Camilo Cárcamo ganó la alcaldía provincial para el periodo 2006-2010 desde la organización política Sí Cumple.Constatamos entonces la presencia institucional —de forma sostenida— de líderes fujimoristas por más de una década, además de importantes victorias electorales. Esta presencia ha permitido hacer la función de bisagra con las campañas de diseño nacional. Es así que, por ejemplo, inclusive en las elecciones generales de 2006, la candidatura de Martha Chávez casi triplicó en Caravelí su promedio nacional (pasó de 7,4% a 20,8%). Tenemos entonces un arraigo que no puede explicarse únicamente como un vínculo personalista por medio de una asociación weberiana al apellido Fujimori, como explica Vergara (2007), sino que también es posible que estemos frente a una lealtad partidaria (Levitsky 2011), a una especie de identidad política (con un nada despreciable voto “duro” del 20% de la población), lo que conlleva la presencia más orgánica de un aparato político coordinado y efectivo.En conclusión, la presencia del fujimorismo en Caravelí no se debe simplemente a un factor coyuntural ni a una mera relación clientelar del pasado, sino que, por el contrario, vemos un trabajo sostenido por más de una década dentro de las instituciones y los cargos políticos, además de liderazgos visibles y dinámicos.
Conclusión: después de la primera vuelta
Como hemos podido apreciar, existe una dinámica regional particular por medio de la cual se logran imponer dos sectores abiertamente diferenciados. A ello se suma la heterogeneidad electoral en el norte del departamento y la determinante influencia de las corrientes de opinión nacionales. En ese sentido, la falta de conservación oportuna del capital político terminó llevando a Gana Perú a dedicar sus energías de la campaña a recuperar los votos que Ollanta Humala había ganado cinco años atrás. No obstante, resultaría deshonesto reducir la dispersión inicial a una naturaleza meramente volátil del elector o a una falencia institucional total de las agrupaciones políticas (Cotler et ál. 2009). Por el contrario, vemos que conforme avanza la campaña se van puliendo las demandas y depurando las opciones (Vergara 2011), lo que culmina en un escenario similar al de años atrás. ¿Permanencia estructural? Difícilmente, pero tampoco incertidumbre total.Por otro lado, en el norte del departamento parece tejerse una representación fujimorista más sólida y sostenida a través del tiempo. Paradójicamente, a diferencia de la mayor parte de regiones, en Arequipa Fuerza 2011 tuvo un relativamente bajo porcentaje de votación, inferior a su promedio nacional. Sin embargo, y al igual que el resto del país, los arequipeños tendrán que elegir en segunda vuelta entre Fujimori y Humala. El porcentaje de personas que emitió votos para ambas listas fue de 54,9%, lo que deja un aproximado de 354.000 personas que tendrán que decidirse por uno de los dos candidatos.

En un escenario con poca institucionalización partidaria y con fragmentación a escala subnacional, el endose electoral resulta más que complicado. En este terreno, las fuerzas políticas deberán aproximarse a esos 354.000 votantes indecisos, de los cuales 188.000 —más de la mitad— votó por el mismo candidato: Pedro Pablo Kuczynski.


* Estudiante de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. El autor agradece a José Cornejo, José Salinas, Pablo Quintanilla, Daniel Rodríguez, César Belan e Iván Ramírez por sus sugerencias para este artículo; asimismo, agradece a Jorge Condori y Jorge Bedregal por su colaboración.
Referencias bibliográficas
Cotler, Julio (coord.)
2009    Poder y cambio en las regiones. Lima: IEP, PNUD.2009 Poder y cambio en las regiones. Lima: IEP, PNUD.
Levitsky, Steven
2011  “Se puede tener dudas de Humala, pero de Keiko tenemos pruebas”. Entrevista con Steven Levitsky. En Puntoedu (11-17 abril), p. 4.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
2009    Por una densidad del Estado al servicio de la gente. Lima: PNUD.Universidad Tecnológica del Perú (UTP)
2011a    XVII Estudio de Opinión Pública. Actualidad Política y Económica: Región Arequipa, Enero del 2011. Disponible enhttp://www.utpaqp.edu.pe/descargas/XVII_Encuesta_Opinion_Publica_Arequipa_Enero_2011.pdf
2011b   XVIII Estudio de Opinión Pública. Actualidad Política y Económica: Región Arequipa, Marzo del 2011. Disponible enhttp://www.utpaqp.edu.pe/descargas/XVIII_Encuesta_Opinion_Publica_Arequipa_Marzo_2011.pdf2011c  XIX Estudio de Opinión Pública. Actualidad Política y Económica: Región Arequipa, Marzo del 2011. Disponible enhttp://www.utpaqp.edu.pe/descargas/XIX_Encuesta_Opinion_Publica_Arequipa_10_Marzo_2011.pdf2011d XX  Estudio de Opinión Pública. Actualidad Política y Económica: Región Arequipa, Marzo del 2011. Disponible enhttp://www.utpaqp.edu.pe/descargas/XX_Encuesta_Opinion_Publica_Arequipa_17_Marzo_2011.pdf2011e XXI  Estudio de Opinión Pública. Actualidad Política y Económica: Región Arequipa, Marzo del 2011. Disponible enhttp://www.utpaqp.edu.pe/descargas/XXI_Encuesta_Opinion_Publica_Arequipa_24_Marzo_2011.pdf2011f XXII Estudio de Opinión Pública. Actualidad Política y Económica: Región Arequipa, Marzo del 2011. Disponible enhttp://www.utpaqp.edu.pe/descargas/XXII_Encuesta_Opinion_Publica_Arequipa_31_Marzo_2011.pdfVergara, Alberto
2007   Ni amnésicos ni irracionales. Las elecciones de 2006 en perspectiva histórica. Lima: Solar.

2011 “El sopapo electoral”. En Poder 360° (27 de abril). Disponible en          http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=5462


  1. Aaron Maldonado llegó a ocupar dicho cargo al final del periodo de la primera administración regional de Juan Manuel Guillén y su coalición política Es sabido que una de las principales discrepancias entre Guillén y Maldonado fue la incomodidad de aquel ante la cercanía del dirigente caravileño con Alberto Fujimori, a quien inclusive llegó a visitar en la cárcel.