Factores territoriales
Las características derivadas de las elecciones en Ayacucho para elegir presidente regional, consejeros regionales y alcaldes provinciales y distritales son, en algunos aspectos, muy similares a las que se pueden observar en las demás regiones del país. Ya existen, a pocas semanas de las elecciones, diversos análisis y opiniones que resumen algunas conclusiones principales comparando las diferentes realidades regionales. Varias de las sugerencias adelantadas nos remiten a elecciones anteriores, lo que permite conocer las principales tendencias del electorado. Al significativo debilitamiento de los partidos de alcance nacional y, en consecuencia, la carencia de militancias definidas, se suma el desolador escenario organizativo, con ausencia casi total de movimientos sociales; de otra parte, se constata nuevamente la proliferación de lo que se ha denominado “franquicias partidarias”, es decir, el aval de partidos nacionales inscritos a candidatos regionales que podrían convertirse en caudillos de nuevo cuño. Por último, se ha resaltado en los análisis que en muchas regiones el voto ha sido “contra el Estado”, tal como se ha comprobado en Puno, Ucayali, Madre de Dios, Cajamarca y Pasco, regiones donde se avizora la potenciación de conflictos sociales.

Quizás lo más resaltante es […] la débil capacidad organizativa de la sociedad civil, que, ante la ausencia de partidos representativos verdaderamente constituidos, canaliza sus demandas de manera muy fragmentada.

Quizás lo más resaltante es, tal como se ha señalado numerosas veces, la constatación desde la década pasada, y no solo a consecuencia del conflicto armado interno, de la débil capacidad organizativa de la sociedad civil, que, ante la ausencia de partidos representativos verdaderamente constituidos, canaliza sus demandas de manera muy fragmentada, y solo aparece en la agenda pública a raíz de algún conflicto o alguna reivindicación puntual y muy localizada.
Es así como las principales organizaciones y gremios de la sociedad civil, activos en décadas pasadas, hoy prácticamente no tienen presencia política significativa. En el caso de Ayacucho, el Frente de Defensa, la Federación Campesina, la Federación de Barrios, el mismo Sutep, los gremios universitarios y los gremios profesionales son actores muy secundarios en la vida política regional. Hace una década solamente, la Federación de Cocaleros del Valle del Río Apurímac (VRA), en contra de las medidas de interdicción del cultivo de coca, y los docentes del Sutep, opuestos a algunos dispositivos gubernamentales, organizaron paros y movilizaciones que convocaron a un amplio sector de la ciudadanía. Incluso las dos instituciones más representativas de Huamanga están hoy día en crisis: la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, intervenida por una agonizante Asociación  Nacional de Rectores, y la Municipalidad de Huamanga, cuyo alcalde enfrenta un proceso judicial.
A estas características del contexto nos parece importante añadir, como referentes centrales a fin de  analizar la situación regional e incluso los resultados electorales, la importancia de dos procesos entrecruzados que signan la región: los enfrentamientos armados en el VRA y, sobre todo, la economía del narcotráfico. Una evidencia contundente respecto a estos dos temas es la aparición recurrente en los medios de comunicación regionales (e incluso a veces nacionales) de noticias referidas a estos temas, de las cuales extraigo dos ejemplos aparecidos en el diario Correo regional el mes de octubre pasado:
Efectivos policiales del Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas de la Dirandro (Depotad) Huamanga detuvieron a 12 personas y decomisaron cerca de 130 kilos de droga e incautaron un fusil con 46 cartuchos y una granada de guerra.
Durante la interdicción los agentes antinarcóticos, al mando del comandante PNP xxx, se intervinieron dos viviendas rústicas, a inmediaciones del anexo Cusicanchi, distrito Tambo, provincia La Mar, departamento Ayacucho.
Y con menor frecuencia pero también recurrente:
El helicóptero MI-17 que fuera atacado desde tierra por presuntos terroristas el último martes en horas de la tarde, en la zona de Paquichari, Valle de los Ríos Apurímac Ene y Mantaro (Vraem), región Ayacucho, recibió al menos 20 impactos de proyectil de arma de fuego de largo alcance afectando el tanque de combustible.
Sería altamente irresponsable hablar de “narcocandidatos” o señalar en concreto que alguno de los electos lo han sido gracias al dinero del narcotráfico. Pero aunque desconocemos el volumen y el valor que tiene la economía cocalera en toda la región, es difícil pensar que no ha podido existir algún tipo de “inversión”, por llamarlo de alguna manera, de parte de quienes están inmersos en esta economía ilegal.
Cuadro 1. Crecimiento demográfico en Ayacucho y Huamanga
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Fuente: Censo de población y vivienda 2007.

Si comparamos los datos regionales de los dos últimos censos de población, constatamos en la evolución demográfica una dinámica de crecimiento más importante en las provincias norteñas, sobre todo en Huanta, cuyo 45% de incremento poblacional supera ampliamente al crecimiento demográfico de todas las demás provincias, incluida Huamanga, contando actualmente con 93.360 habitantes. Este crecimiento poblacional es especialmente importante en los distritos selváticos.
Cuadro 2. Porcentaje de crecimiento demográfico en las provincias de Ayacucho
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Fuente: Censo de población y vivienda 2007.

Recordemos que, según el último censo poblacional, sobre 612.489 habitantes de población total regional, 50% fue considerada como rural. Por otro lado, vale la pena destacar que de la población total regional, el 69% se concentra en tres provincias norteñas: Huamanga (44%), Huanta (14%) y La Mar (11%). Esta concentración se contrapone a la escasa población de las otras provincias, en las cuales la población rural es mayoritaria.
Es ya hartamente conocida la fragmentación regional desde hace muchas décadas, que se expresa en dinámicas distintas entre las provincias del norte de la región y las tres sureñas de Lucanas, Parinacochas y Paucar, que se articulan con otras dinámicas económicas y sociales, básicamente con las regiones de Ica y Arequipa, como veremos en los datos electorales.
En otras palabras, bastaría, en teoría, realizar una activa campaña proselitista en las ciudades de Huamanga, Huanta y Tambo, los principales centros de concentración de electores, para obtener un alto rédito electoral entre los 330.000 votantes que participaron en el último proceso electoral.
Gráfico 1. Mapa de electores por provincia en Ayacucho
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Los actores en escena
Aunque parezca obvio, es preciso señalar que los dos candidatos que obtuvieron la mayor votación son los que realizaron la mayor inversión en publicidad en ese espacio norteño, sin diferencias programáticas significativas. En efecto, si se revisan los programas de gobierno propuestos por los candidatos, se puede afirmar que se trata de un mero cumplimiento de la formalidad ante el JNE, pues estos programas no solo no presentan un plan priorizado y viable de acciones a realizar, sino que son prácticamente copias de un modelo original, al igual que sucede con tantos “planes de desarrollo” de gobiernos regionales y locales, copiados una y otra vez y archivados sucesivamente por su inutilidad, presentando propuestas comunes para saneamiento básico, educación, integración vial, educación inicial y primaria, etc. En la campaña electoral solo resaltan, entonces, algunos mensajes-consignas generales según la coyuntura del periodo electoral: “por seguridad”, “contra la corrupción”.
La proliferación de candidatos regionales (desde siete en Loreto hasta veinte en Tumbes) demuestra rotundamente la ausencia de partidos sólidos nacionales como intermediarios políticos necesarios, trasladando la representación política a los candidatos regionales, inmersos en dinámicas específicas difíciles de agrupar en una propuesta nacional. En Ayacucho fueron diez las listas presentes en la liza electoral.
Cuadro 3. Elecciones para la presidencia regional de Ayacucho
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Fuente: ONPE.

Sobre un total de 268.121 votos válidos emitidos, Renace Ayacucho logró superar ajustadamente la barrera eleccionaria para la presidencia regional, al obtener 31,1% de los votos (84.755), frente a 27,69% (74.252) de APP, aunque cabe aclarar que el general Edwin Donayre obtuvo la mayor votación en la provincia de Huamanga (33,95%, 42.426 votos) frente a Wilfredo Oscorima (33,85%, 42.301 votos), oriundo de Cangallo y actual presidente regional candidato a la reelección.
Algunos datos son relevantes respecto a la afiliación de los dos principales votados: Donayre, excomandante general del Ejército y destacado por algunas declaraciones y actitudes altisonantes y semicómicas, postuló al Congreso en 2010 en la lista de APP. Ahora quería ser presidente regional bajo el amparo de la misma franquicia, por no ser, según sus palabras, “un partido político contaminado”. Por su parte, Oscorima también postuló en 2010 en la lista de APP para presidente regional, pero ahora buscaba la reelección al cargo enfrentado a otros nueve candidatos, pero sobre todo al general candidato de APP, a la cabeza de una agrupación propia, Alianza Renace Ayacucho. Dicho sea de paso, en un imaginado análisis simbólico sobre la decisión de voto de los electores, habría que comparar el uso del término “Alianza Renace Ayacucho”, utilizado posiblemente para “jalar” votos por asociación con “Alianza para el Progreso”.
Repitiendo el plato
Es conocido que tanto en su campaña de hace cuatro años como ahora, la entrega de dinero, polos y víveres ha sido parte de la propaganda proselitista de Oscorima, que debe su fortuna a la explotación de salas de tragamonedas en Lima, negocio del cual afirma haberse desligado para dedicarse al rubro inmobiliario. Sin embargo, actualmente, la Sexta Fiscalía Penal Provincial de Huamanga lo investiga por el delito de lavado de dinero proveniente de la explotación ilegal de tragamonedas a través de sus empresas Diversiones y Salones Musicales S. A. C. y Recreativos Wari S. A. C., de las cuales afirma haberse desligado.

Está claro que Oscorima representa un buen ejemplo del político regional recién llegado a la vida política pública […] su éxito electoral radica en la capacidad de inversión publicitaria, en dádivas y en promesas muy concretas en localidades adonde acudió en campaña proselitista.

¿Por qué un empresario exitoso, como Oscorima decide continuar, por otros cuatro años, en un cargo público relevante como es el de presidente regional? No podemos decir simplemente que asume el cargo “como si fuera un negocio más”, y habría que preguntarle al flamante presidente reelecto cuál es su proyecto político; pero está claro que Oscorima representa un buen ejemplo del político regional recién llegado a la vida política pública, al cual no podemos asignarle la categoría de caudillo regional, pues no tiene un discurso o un programa explícito de propuestas viables que generen un mínimo de organización política o el apoyo de sectores organizados de la población. Como tantas otras autoridades regionales, su éxito electoral radica en la capacidad de inversión publicitaria, en dádivas y en promesas muy concretas en localidades adonde acudió en campaña proselitista. Cuando fue candidato regional en 2010, Oscorima carecía de cualquier aparato partidario, por lo que APP debió enviar cuadros desde La Libertad en su apoyo de campaña. 1
Ahora, gracias al ejercicio en el gobierno regional, Oscorima ha sido capaz de solventar un equipo propio de campaña y la Alianza Renace Ayacucho ha ganado las elecciones regionales, cuatro municipios provinciales en la región y nueve distritales en la provincia de Huamanga.
Tal como se comprueba en las mismas elecciones en otras regiones, no podemos simplificar la intención de voto asignándola a una votación “por arrastre”, pues no se constata, en los tres cargos en disputa, una opción en bloque por una misma agrupación, tal como se resume en el siguiente cuadro:
Cuadro 4. Agrupaciones ganadoras por provincia y cargo   2
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Fuente: ONPE.

Si bien Oscorima ha logrado ser elegido como presidente regional, esta vez no contará con mayoría entre los consejeros regionales, que ahora se reparten entre cinco agrupaciones. Combinando la votación por provincias con la cifra repartidora que asigna el JNE, el gobierno regional tendrá cuatro consejeros de Renace Ayacucho (que obtuvo mayoría en Huamanga, Huanta y Víctor Fajardo), cinco de APP (mayoritario en Lucanas, Parinacochas y Sucre), tres de Musuq Ñan (mayoritario en Cangallo y La Mar), uno de Qatun Tarpuy (ganador en Huancasancos y Vilcashuaman) y 1 de Unidos por el Desarrollo (ganador en Paucar del Sara Sara). Como apreciamos en el cuadro, salvo el caso de Renace Ayacucho en Huanta, ninguna otra agrupación logró ganar en alguna provincia los tres cargos en disputa: presidente, consejero y alcalde.
Mención aparte merece la importante votación obtenida por Musuq Ñan, cuyo candidato regional, Carlos Rua, es oriundo de Huanta y allí reside , y registra en su hoja de vida haber sido asesor en los municipios de Santillana (provincia de Huanta) y Anco (provincia de La Mar) en los años 2009-2010. Si bien su agrupación, de la cual es fundador, representante legal y apoderado, no logró la mayor votación para consejero en la provincia de Huanta, sede de su principal actividad electoral, sí obtuvo los cargos de consejero y además las alcaldías provinciales de Cangallo y La Mar, y las distritales de Chungui, Tambo, Ayahuanco, Canayre y Sivia, todos distritos del VRAE.
Precisamente, el escenario más importante para los electores es el de la elección del alcalde distrital, espacio en el cual los electores conocen cara a cara a los candidatos, y en el cual se expresa la cotidianeidad del vínculo entre ciudadano y gobernante. No es este el espacio para analizar los resultados de las elecciones en los centenares de distritos de la región, pero sí podemos analizar los datos de la provincia de Huamanga, la cual, como dijimos, representa el 36% del electorado regional:
Cuadro 5. Lista de ganadores en elecciones distritales de la provincia de Huamanga
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Fuente: ONPE.

La votación mayoritaria pero ajustada obtenida por APP para presidente regional no pudo superar la votación obtenida por Renace Ayacucho en la mayoría de los 15 distritos de la provincia de Huamanga, que permiten a esta agrupación triunfar en 9 distritos.
Cuadro 6. Agrupaciones ganadoras en las elecciones distritales de la provincia de Huamanga
JU7[1]

Fuente: ONPE.

Si agrupamos por provincia los votos blancos y nulos para el cargo de presidente regional, y los comparamos con el total de votantes de cada región, veremos, tal como se aprecia en el cuadro siguiente, que los más altos porcentajes de B/N se encuentran en provincias del sur, mientras que las tres provincias norteñas con la mayor cantidad de electores consignan los más bajos porcentajes de B/N. Estas diferencias no hacen sino confirmar tendencias iguales en procesos eleccionarios anteriores, y de paso ratificar, para simplificar nuestro análisis, la fragmentación del espacio regional entre norte y sur, pues los candidatos regionales generan mucho menor interés en las provincias sureñas, mientras que en las tres provincias donde el voto se concentra (Huanta, La Mar y Huamanga) el porcentaje de nulos/blancos es menor.
Cuadro 7. Votos en la elección de presidencia regional de Ayacucho por provincias
JU8[1]

Fuente: ONPE

Por último, nos interesa concluir señalando que ningún plan de gobierno inscrito por las agrupaciones que participaron en las elecciones regionales ha consignado alguna acción vinculada con las víctimas y los familiares de víctimas del conflicto armado interno, si bien debemos reconocer el apoyo del gobierno regional actual a la declaratoria del espacio de La Hoyada, en el cuartel Cabitos, como un santuario de la memoria y la creación de una dependencia vinculada a la defensa de los derechos humanos. Pero las reivindicaciones de los afectados por el ciclo de violencia política no forman parte de los discursos y propuestas electorales y las reivindicaciones de los familiares de las víctimas del conflicto armado interno no inciden en la opción de los electores.

* Historiador e investigador principal del IEP.

  1. Barrenechea, Rodrigo (2014). Becas, bases y votos. Alianza para el Progreso y la política subnacional en el Perú. Lima: IEP. 
  2.  El cuadro considera solo los candidatos a consejeros regionales más votados por provincia. Se debe añadir a ellos los consejeros complementarios otorgados por la cifra repartidora.