El artículo trata sobre las memorias femeninas en Ni Una Menos. Bajo un esquema ensayístico, se propone entender a Ni Una Menos como una “comunidad afectiva e imaginada”, es decir, como un colectivo que reúne experiencias asociadas a la violencia de género sin que ello dependa de la presencia física de sus integrantes y que se ampara en el reconocimiento en común. Este concepto de comunidad se construye en diálogo con las memorias colectivas, las batallas por las memorias latinoamericanas, y con los testimonios virtuales que se revelan en el núcleo del colectivo. Para darle un sentido comparado e histórico al vínculo entre memoria y violencia, se plantea un tránsito social y político en la región que parte del Nunca Más con dirección al Ni Una Menos. Antes que explicar las dinámicas de organización y movilización de Ni Una Menos, se busca dar cuenta de una comunidad que cuestiona profundamente el modelo patriarcal vigente, y que además, en su despliegue, articula un nuevo pacto social basado en el reconocimiento individual.
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