Andahuaylas es una de las localidades más activas en el ámbito político. 1 Solo en las elecciones pasadas se presentaron once movimientos políticos regionales ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para buscar su inscripción. 2 Para entender la actual situación política campesina en la provincia de Andahuaylas es necesario dar cuenta de lo sucedido durante la década de 1970. Esta década es importantes para la historia política local, debido a que ocurren dos procesos paralelos relevantes: La llegada a la provincia de la Reforma Agraria y el proceso de toma de tierras dirigido por la Federación Provincial de Campesinos de Andahuaylas (FEPCA), secundado por Vanguardia Revolucionaria (VR).
Para entender la actual situación política campesina en la provincia de Andahuaylas es necesario dar cuenta de lo sucedido durante la década de 1970
La Reforma Agraria se inició en 1969 y “sentó las bases de un movimiento nacional campesino articulado en torno a la demanda por mejores términos de inserción en el mercado y por el acceso a la condición de ciudadanía” (Monje, 1989: 63). Sin embargo, la ejecución de reforma no fue un acto casual, era un tema que interesaba décadas atrás y que se cristaliza en mayo de 1964, cuando Belaunde promulgó la Ley de Reforma Agraria. Aunque para 1968, cuatro años después, la reforma aún no se llevaba a cabo. Para Chirinos-Almanza, el anuncio de la ley se dio “ante una fuerte presión campesina”, aunque no hubo una real intención por “implementar una ley que realmente modificara profunda y rápidamente la estructura agraria” (1975: 48-49). Para ese momento, viabilizar la reforma no pasaba por un tema económico ni técnico, sino político (Eguren, 2006)
La situación cambió con el gobierno de Juan Velasco quien, en junio de 1969, ocho meses después del golpe militar, promulgó la Ley N° 17716, Ley de Reforma Agraria. Entre muchos de sus objetivos, la norma tenía como un punto importante promover la movilización campesina. En ese sentido, la reforma no solo tenía como fin una reestructuración del sistema de tenencia de tierras, a través de “la eliminación del latifundio y minifundio y de toda forma antisocial de tenencia de tierra” (INP 1971, T. 11: 27), o el de incrementar la producción y los ingresos del sector rural campesino; sino que los campesinos tengan “la posibilidad de tomar decisiones en la marcha de la empresa, así como la toma de responsabilidad en la implementación de las políticas a seguir” (Chirinos-Almanza, 1975: 52). Así, se buscaba que se organicen y articulen en empresas asociativas, como las Cooperativas Agrarias de Producción (CAP) o Sociedades Agrarias de Interés Social (SAIS), vistos en ese momento como modelos más acordes a los principios de participación. El propósito entonces era la “incorporación subordinada [del campesinado] a la estructura estatal, de la que históricamente se había mantenido separada” (Matos Mar, 1980: 318). Sin embargo, a pesar de los distintos esfuerzos del gobierno militar por llevar a cabo la reforma, esta no se dio de la misma manera y en igual medida en todas las zonas rurales del país. Andahuaylas fue una de ellas.
Este artículo tiene como fin dar cuenta de las consecuencias que trajo consigo la Reforma Agraria en una localidad a la que llegó rezagada y donde, en medio de su implementación, se dio uno de los procesos de mayor reconocimiento en el país: la toma de tierras de Andahuaylas. Así, se podrá ver cuáles han sido las consecuencias en el ámbito político que a 49 años de promulgada la Ley de Reforma Agraria ha traído esta en dicha provincia.
La reforma agraria en Andahuaylas
Dos años después de promulgada la ley, en 1971, el gobierno militar crea el Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS) con el objetivo principal de articular las distintas organizaciones y ser el nexo entre estas y el gobierno a través de la concientización y movilización política de los campesinos. La oficina provincial del SINAMOS en Andahuaylas fue creada ese mismo año y tenía entre sus principales objetivos “primero, promover la organización campesina, incluyendo no solo a los trabajadores de hacienda, sino también a comuneros o agricultores independientes […]. Segundo, promovería el desarrollo local de las comunidades campesinas mediante la asistencia financiera y técnica” (Sánchez, 1981: 79). SINAMOS buscaba crear asociaciones campesinas para que estas luego integren una liga provincial y así el gobierno tenga una relación directa con las distintas poblaciones. En efecto, entre los años 1971 y 1972 la oficina del SINAMOS logró articular y organizar a los campesinos de Andahuaylas en cuatro asociaciones. 3 Sin embargo, luego de tres años no hizo más. Esto provocó que la reforma promovida por el gobierno comience a ser mal vista por los campesinos andahuaylinos, quienes esperando que la reforma se lleve a cabo veían con incertidumbre y desconfianza su efectiva ejecución.
SINAMOS buscaba crear asociaciones campesinas para que estas luego integren una liga provincial y así el gobierno tenga una relación directa con las distintas poblaciones
El año 1973 fue crucial para Andahuaylas, el gobierno toma acciones concretas y establece el Juzgado de Tierras, además de crear el Comité Especial de Administración (CEA), instituciones importantes para que la expropiación de las haciendas y la reforma se lleve a cabo. Sin embargo, durante dicho año fue poco lo que estas instituciones hicieron, y mínima su articulación con las cuatro asociaciones creadas por el SINAMOS. Para el año 1974, cinco años después de promulgada, la ley aún no se ejecutaba en la provincia. Para Sánchez, la demora se debió a que “la provincia de Andahuaylas no era de gran importancia económica en relación con otras áreas del país” (1981: 29). Para los campesinos era evidente que los militares que estaban a cargo de la ejecución de la reforma en Andahuaylas tenían vínculos cercanos con los hacendados andahuaylinos, por lo cual trababan la ejecución de la reforma; como señaló un líder local 4 “según nos decían que el director nacional de reforma agraria en Lima era un tal Samanez Concha que era propietario de la hacienda de acá de la Laguna de Pacucha. Entonces todo eso (la reforma) no avanzaba”.
Lo cierto es que para mediados de 1974 los propietarios de las haciendas en Andahuaylas, pese a todo lo avanzado en el Perú, aún se mantenían en control de sus predios y comenzaron a descapitalizarlas, a través de la venta de ganado o el retiro de las maquinarias (Matos Mar, 1980: 167). Esto causó un gran descontento en los campesinos quienes, testigos de lo que sucedía, articulados por el FEPCA, en julio del mismo año iniciaban el proceso de toma de tierras en más de 60 haciendas de la provincia de Andahuaylas.
Vanguardia Revolucionaria, la toma de tierras y la represión del gobierno militar
Paralelamente a la creación del Juzgado de Tierras, el 31 de enero de 1973, en la sala de sesiones del SUTEA, se realizó una asamblea en la que participaron 47 representantes de las cuatro asociaciones campesinas de Andahuaylas y más de 200 campesinos. En esta reunión se funda la Federación Provincial de Campesino de Andahuaylas (FEPCA), cuyo objetivo central era “luchar contra el sistema de servidumbre que ha oprimido a los campesinos durante siglos”, como también “contra el proyecto de reforma agraria que ha sido dictado por personas que no son campesinos y que por tanto no representan sus intereses.”, de modo tal que “la FEPCA declara que la auténtica reforma agraria la harán los propios campesinos” (Sánchez, 1981: 95).
FEPCA fue creada por iniciativa de Lino Quintanilla, Julio César Mezzich y Félix Loayza, personajes que para ese momento eran líderes importantes en la provincia gracias a las distintas acciones políticas que habían tomado, años atrás, en las zonas rurales de Andahuaylas. Los tres tenían como objetivo articular a los campesinos para evitar que la reforma se lleve a cabo en Andahuaylas. Con este fin apoyan y fortalecen la oposición que tenían los campesinos hacia la reforma, no sin antes establecer relaciones con Vanguardia Revolucionaria (VR), organización del que eran militante.
Así, para el momento en el que se da la creación de la FEPCA, ya era un movimiento fuerte –fruto del proceso de concientización política campesina que habían promovido los tres líderes años atrás–; que además tomaron como base las cuatro asociaciones campesinas creadas por el SINAMOS; y se nutría “de las acciones de un campesinado cada día más confiado de su propia fuerza” (Mallon, 1998: 106) y del descontento campesino por el modo de llevarse a cabo la reforma.
La primera mitad del año 1973 fue beneficioso para el FEPCA y sus líderes. A través de protestas a menor escala fueron afianzando su presencia local y los campesinos “reivindicaban sus intentos de organización autónoma, sin el control de los burócratas estatales” (Mallon, 1998: 107). El punto más alto fue la realización de un mitin en el centro de la provincia, en donde reunieron a más de 15 mil campesinos que dejaron en claro el rechazo a la reforma y reafirmaron su apoyo al FEPCA. Para ese momento, la federación ya era una organización consolidada y para los campesinos la reforma ya no era una posibilidad. Ante esta situación, los líderes de FEPCA crean los Comités Democráticos Campesinos para que estos puedan entablar alianzas con otros sectores rurales, además de controlar la acción del Estado. Así, los comités mediarían la relación comunidad-Estado y buscarían la unificación y concientización de los campesinos (Mallon, 1998; Sánchez, 1981). Paralelamente, FEPCA organizaba cursos de capacitación dirigidos a miembros de las comunidades campesinas en los que se discutía temas de formación política; además, VR envío voluntarios para que apoyen con la labor de consolidación de bases y en las tareas de concientización política campesina.
El 15 de julio de 1974, con la toma de las primeras trece haciendas del distrito de Cocharcas, se da inicio al proceso de toma de tierras en Andahuaylas
Con todo esto, el 15 de julio de 1974, con la toma de las primeras trece haciendas del distrito de Cocharcas, se da inicio al proceso de toma de tierras en Andahuaylas. Este proceso duró hasta noviembre del mismo año, cuando el gobierno, que en un inicio se “mostró tolerante ante esta manifestación de protesta, aceptando que la reacción de la base se justificaba dada la lentitud con la que había avanzado la reforma” (Matos Mar, 1980: 168), cambió de actitud y tomó acciones represivas contra los líderes del FEPCA y VR, ante la amenaza de que se replique en otras zonas y organizaciones como la CCP y VR obtengan réditos políticos que mermen los proyectos oficiales (Matos Mar, 1980). FEPCA quedó desmantelado, sus líderes fueron perseguidos y otros encarcelados, por lo que se desintegra y desaparece.
En palabras de Sánchez (1981), la toma de tierras fracasó. El gobierno ingresa a la provincia con la reforma para “satisfacer la presión por la tierra, otorgando selectivamente su propiedad y manteniendo la organización asociativa contra lo que el campesinado se había levantado” (Matos Mar, 1980: 168). Sin embargo, se debe rescatar que, si bien la toma de tierras fue producto de la búsqueda de reivindicaciones económicas por un gran sector de campesinos de Andahuaylas, también significó para otro importante sector una reivindicación política, ya que se luchaba en contra de la reforma agraria, su demora y sus métodos. De este modo, durante la toma de tierras se evidencia dos grupos con objetivos distintos. El primero, miembros de las cuatro asociaciones, que tenía como objetivo tomar las tierras y administrarlas. El segundo, campesinos capacitados por FEPCA y VR, que tenían algún nivel de liderazgo en las asociaciones y veía en la lucha y toma de tierras un acto político reivindicativo del campesinado. Para ellos la toma de tierras era el primer paso para tomar el poder y desde ahí velar por sus intereses –tal como lo indicaba el lema del FEPCA, “Por la tierra y el poder”–, sin ser mediado.
Los primeros intentos de participación política campesina
Inmediatamente después de la muerte de Lino Quintanilla, 5 en 1979, un pequeño grupo de jóvenes líderes campesinos, llevados por las ganas de enfrentar la reforma que se implementaba y con el fin de organizar un movimiento de origen andahuaylino, decide crear la Federación Campesina Lino Quintanilla Ludeña. Sin embargo, poco tiempo después, la organización se desintegra. El esfuerzo fracasó. Según uno de sus miembros, la poca acogida de esta nueva federación se produjo “porque la bandera objetiva ya no existía. Ya estaba la tierra en nuestras manos. No había por qué luchar, el asunto del poder era algo subjetivo, algo hacia futuro”. 6 En efecto, este otro sector de campesinos capacitados por VR y FEPCA, notó que el momento no era propicio para organizarse políticamente. Esto, sumado a la persecución que sufrieron los líderes de la toma de tierras y la FEPCA por parte del PCP-SL, provoca que la organización campesina se retraiga.
La situación cambió para las elecciones municipales de 1993. En dicho año un grupo de líderes y exlíderes ante el claro dominio de los partidos políticos tradicionales en Andahuaylas, 7 decide, nuevamente, formar una organización política. Sin embargo, esta vez la situación era distinta, la organización tendría como fin participar en las elecciones y así llegar al poder, a la alcaldía provincial. A este nuevo movimiento lo llamaron Chanka-Kallpa y estaba conformado, en su mayoría, por campesinos capacitados por VR y que habían pertenecido al FEPCA.
Chanka-Kallpa, fundado a mediados de 1992, buscaba ser la más importante organización política de origen campesino. Su objetivo era crear liderazgos propios, sin recibir influencia de alguna organización limeña
El movimiento, fundado a mediados de 1992, buscaba ser la más importante organización política de izquierda de origen campesino. Su objetivo era crear liderazgos propios, sin recibir influencia de alguna organización limeña. Para esto, el primer paso en el proceso de consolidación era participar y ganar las elecciones provinciales y distritales de 1993. Los resultados de dicha elección fueron favorables para el movimiento, ganó en muchos distritos de la provincia, aunque la municipalidad provincial, la más importante, la perdió por pocos votos. Esto ocasionó inestabilidad en el nuevo movimiento y provocó que los alcaldes electos, nuevos líderes campesinos, se alejaran de la cúpula de Chanka-Kallpa. Además, desde el Estado notaron que dicha organización comenzaba a acumular simpatizantes, por lo que se inicia una larga represión y persecución contra sus miembros y líderes, encarcelando a muchos de ellos. Así, la organización, poco tiempo después de creada, termina desintegrándose y muchos de sus líderes pasan a la clandestinidad.
En 1994 se crea otra organización: Todas las Sangres, que cobra protagonismo y se asume como el único movimiento local de origen andahuaylino. Esto provocó que aquellos simpatizantes y exmiembros que dejó Chanka-Kallpa se plieguen a sus filas. Todas las Sangres ganó las elecciones provinciales y en 1998 fue reelegida.
A pesar de las diferencias, todas estas agrupaciones tienen cosas en común. Congregaron y tomaron en cuenta las demandas de la población campesina y tuvieron entre sus principales líderes a exmiembros del FEPCA o campesinos que habían intervenido en la toma de tierras. Hoy en día estas dos últimas organizaciones son reconocidas como las primeras de origen andahuaylino y las primeras en intentar que campesinos tengan una participación activa en la política local a través de su participación en procesos electorales. Así, todas las personas entrevistadas, muchos miembros de movimientos políticos regionales, no pueden entender el actual contexto político sin remitirse a estas dos agrupaciones y a sus líderes.
Los movimientos políticos regionales
Después de 49 que empezó la reforma y 42 años luego de la toma de tierra, aquellos que formaron parte de la toma de tierras aún siguen manteniendo cierta actividad política. El punto más alto sucedió el año 2000, cuando en la provincia se inicia el proceso de creación del movimiento político más importante para ese momento, Llapanchik. Producto de la articulación de los viejos líderes de Chanka-Kallpa, exmiembros del FEPCA y otros líderes locales, Llapanchik fue el resultado de una gran confluencia de ideas que tuvo como objetivo principal velar por los intereses de la población campesina, promover su participación en la política local y formar nuevos cuadros políticos campesinos. Objetivos similares a los del FEPCA y también los del Chanka-Kallpa. Los resultados de las elecciones municipales del año 2002 fueron positivos para el nuevo movimiento, Llapanchik gana muchos distritos y, sobre todo, la provincia, colocando al primer campesino en la historia de Andahuaylas, Julio Huaraca, como alcalde provincial.
La creación de un movimiento político regional que tenía como principal objetivo atender las demandas de los campesinos por los propios campesinos, fue el resultado de distintas luchas políticas a lo largo de varias décadas
Lo más resaltante es que la creación de un movimiento político regional que tenía como principal objetivo atender las demandas de los campesinos por los propios campesinos, fue el resultado de distintas luchas políticas a lo largo de varias décadas. En palabras de muchos líderes, es a partir del triunfo de Llapanchik que los campesinos vuelven a tomar conciencia, desde la toma de tierras, de la realidad en la que estaban y que vivían a diario. Es con la creación de Llapanchik que las posturas y demandas de los campesinos se cristalizan políticamente.
A partir de ese momento, en Andahuaylas han surgido decenas de movimientos políticos regionales cuyos objetivos son similares a los de Llapanchik, Chanka-Kallpa y hasta del FEPCA. Movimientos regionales como Minka, Kallpa, Fuerza Campesina, entre otros, que aún mantienen entre sus objetivos promover la participación de los campesinos y, sobre todo, reivindicarlo. Y, además, tienen entre sus filas a algunos líderes campesinos que participaron en la toma de tierras o algunos de aquellos jóvenes que recuerdan haber escuchado a Mezzich y Quintanilla cuando llegaba a sus comunidades, quienes hoy en día colaboran o son líderes de los distintos movimientos para buscar que no cese la actividad política campesina en Andahuaylas.
A modo de conclusión
Este artículo tuvo como fin analizar el proceso de Reforma Agraria en Andahuaylas y el impacto que ha tenido en la provincia luego de más de 40 años. Se puede afirmar que, para los líderes y miembros campesinos de las distintas organizaciones políticas presentes, con actividad o no, en Andahuaylas hoy en día, no es posible explicar su actividad sin remitirse a la experiencia de Julio Huaraca, como alcalde provincial y, sobre todo a la participación de los líderes campesinos que tuvieron participación en Llapanchik.
Para los líderes de Llapanchik y de otros movimientos locales reconocidos no es posible hablar del relativo éxito político que tuvo Llapanchik sin remitirse a la experiencia de Chanka-Kallpa y de Todas las Sangres, organizaciones que ven como los primeros intentos de articulación política local que buscaban hacer política desde y para Andahuaylas. Sin embargo, si hay algo en común a todos los actores es que reconocen el proceso de toma de tierras como el primer momento en el que los campesinos toman conciencia sobre su importancia a nivel local. Así, la toma de tierras, que se inicia con la idea de Quintanilla, Mezzich y Loayza, es vista como una primera gran referencia de la capacidad y agencia campesina.
La no reforma en Andahuaylas trajo consigo la promoción de actores políticos campesinos que hasta el día de hoy están presentes de alguna u otra manera en la política local
Y, a pesar de que con la toma de tierras, como se ha visto, VR ni FEPCA cumplieron con los objetivos planteados, se debe de rescatar la participación de miles de campesinos que buscaban una reivindicación económica y política, debido al lento avance de la reforma agraria en sus localidades. Así, se puede reconocer que un grupo de estos, aquellos que asumieron liderazgo durante la toma de tierras, ve en la política una forma en la que se puede acceder al poder. Poder que para ellos hoy en día se ejerce desde las alcaldías y los cargos públicos locales. Fueron, pues, estos nuevos líderes campesinos quienes décadas después llevaron a cabo los primeros intentos por organizarse políticamente a través de la constitución de organizaciones políticas formales para participar en procesos electorales.
De este modo, retomando el título de este artículo, la tardía llegada de la reforma agraria a Andahuaylas trajo consigo distintas consecuencias inesperadas en la provincia que va más allá del tema económico o que exceden a la reconfiguración en el sistema de tenencia de tierras. La no reforma en Andahuaylas trajo consigo la promoción de actores políticos campesinos que hasta el día de hoy están presentes de alguna u otra manera en la política local.
- Los datos brindados en este artículo son parte de un trabajo de campo realizado en Andahuaylas como parte de mi tesis de licenciatura, titulada “Lógicas y estrategias políticas en el proceso de formación de un movimiento político regional: El caso del Movimiento Independiente Fuerza Campesina Regional (MIFCAR) en Andahuaylas, Apurímac”. ↩
- www.jne.gob.pe ↩
- Las cuatro asociaciones creadas son: Asociación de Campesinos “Pachacutec”, Asociación de Campesinos Revolucionarios (ADECAR), Asociación de Campesinos de “Qorawire” y, por último, la Asociación de Campesinos “Chanca”. ↩
- Exlíder de Chanka-Kallpa y Llapanchik. Exmiembro de FEPCA y participante en la toma de tierras. ↩
- Para mayor información sobre Lino Quintanilla se puede leer: Quintanilla, L. (1981). Andahuaylas: la lucha por la tierra: testimonio de un militante. Lima: Mosca Azul. En este libro se puede conocer detalles sobre la toma de tierras contada por uno de los principales líderes de FEPCA. ↩
- Exlíder de Chanka-Kallpa y Llapanchik. Exmiembro de FEPCA y participante en la toma de tierras. ↩
- Durante la década de 1980 el APRA y Acción Popular eran los únicos partidos que ganaban las elecciones municipales y provinciales en Andahuaylas. ↩
Referencias Bibliográficas
CHIRINOS-ALMANZA, A.. La Reforma Agraria Peruana. Nueva Sociedad (21), 47-64.1975.
EGUREN, F.. Reforma agraria y desarrollo rural en la región andina. Lima: CEPES.2006.
INSTITUTO NACIONAL DE PLANIFICACIÓN. . Plan Nacional de Desarrollo 1971-1975. Lima. 1971.
MALLON, F. E.. ¿Cronica de un sendero anunciado? Velasco, Vanguardia Revolucionaria y «presagios luminosos» en las comunidades indígenas de Andahuaylas. En S. J. Stern, Los Senderos insólitos del Perú. Lima: IEP.1998.
MATOS MAR, J. y José M. La reforma agraria en el Perú. Lima: IEP. 1980.
MONGE, C. La reforma agraria y el movimiento campesino. Debate Agrario(7), 63-101.1989.
QUINTANILLA, L. Andahuaylas : la lucha por la tierra : testimonio de un militante. Lima: Mosca Azul. 1981.
SÁNCHEZ, R. Toma de tierras y conciencia política campesina. Las lecciones de Andahuaylas. . Lima: IEP.1981.
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