De los distintos oficios que logró ejercer Carlos Iván Degregori (CID) en su vida, hay uno que sin duda le produjo profundas satisfacciones: el de maestro universitario. El quehacer de la docencia lo asumió con vocación y como una opción de compromiso ciudadano con la enseñanza en la universidad pública.
La antropología debía ser entendida como el esfuerzo intelectual que más hizo en el siglo XX por ampliar los límites del concepto mismo de nación, ampliando la “foto de familia” de la “comunidad imaginada” llamada Perú.
Pero sus clases no se reducían a un simple ordenamiento cronológico. Creo más bien que era una sutil invitación a entender la antropología desde otro punto de mira: el del compromiso con su propia realidad.
Gracias a estas lecciones, varias promociones de estudiantes transitamos de la aridez de la discusión puramente teórica a ser persuadidos del papel político que le correspondía a la antropología en la construcción de un país respetuoso de su diversidad cultural.
CID fue de los pocos profesores que acompañó siempre las iniciativas estudiantiles invocando constantemente a la organización y la resistencia.
“Mi ingreso al campo de la antropología y mi desarrollo dentro de él —escribía en la introducción a su tesis doctoral— fue excéntrico, en el sentido literal de la palabra: desde los márgenes hacia el centro”.
Fue […] sensible a la abierta escisión entre estos dos sectores intelectuales […] pues constató que circulaban en redes casi paralelas, que manejaban distinta información, producían sus propios lenguajes académicos y establecían férreas endogamias y clientelas.
- Del periplo huamanguino pueden dar testimonio sus amigos, colegas y ex alumnos Jaime Urrutia, Modesto Gálvez, Carlos Tapia, Isabel Coral, Edith Montero, Juan Ansión, Lucía Cano, José Coronel, Mauro Parihuamán, Juan José García Miranda, Walter Pariona, Jürgen Golte y Hugo Reynoso, los cuales publicaron diversos artículos que pueden encontrarse en el Boletín del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la UNSCH y en la revista Ideología. [/ref] Decide luego, en 1979, regresar a Lima resuelto a incorporarse a la construcción —desde la capital— de un gran movimiento político nacional de izquierda. Se asumía entonces que la izquierda necesitaba reorientar sus estrategias, concentrar sus acciones en Lima e iniciar el ansiado camino de la unidad partidaria. En esas circunstancias, CID se integra a estos esfuerzos en su calidad de destacado dirigente del MIR. 27 Su posición política puede verse con más claridad en Degregori 1981. ↩
- Se reintegra al IEP en 1980 por invitación de Heraclio Bonilla y trabaja en el proyecto “Re-visitando el proyecto ‘Cambios en pueblos peruanos: Valle de Chancay’”. Los resultados de esta participación pueden encontrarse en la segunda edición del libro de Fernando Fuenzalida, Jürgen Golte, Teresa Valiente y José Villarán, Estructuras tradicionales y economía de mercado, publicado originalmente en 1968, pero actualizado en 1982, con el nombre de El desafío de Huayopampa. Comuneros y empresarios, 2da. edición, Lima, IEP. ↩
- Auspiciado por la Universidad de Cornell y dirigido por William F. White y José Matos Mar, este último desde el Instituto de Etnología de la Universidad de San Marcos y el Instituto de Estudios Peruanos. Los informes de CID más sistemáticos de esta experiencia están en Golte, Degregori, Gálvez y Urrutia 1967 y Degregori y Golte 1973. ↩
- Un útil listado bibliográfico puede encontrarse en Rivera Andía 2006. Una reseña interesante puede leerse en Montoya 2005. ↩
- Por ejemplo, Jaime Urrutia, Rodrigo Montoya, Jürgen Golte, Fernando Fuenzalida, Olinda Celestino, Heraclio Bonilla, César Fonseca, Alejandro Ortiz y Humberto Rodríguez Pastor, entre otros. ↩
- Esta propuesta fue liderada por Efraín Morote Best, pero agotó pronto su continuidad por la falta de recursos. Una presentación resumida puede verse en Huertas, Degregori y Casanova 1971. ↩
- Degregori 1992: 10. Este fue un número especial de la revista Allpanchis dedicado a discutir el polémico artículo de Orin Starn, “Antropología andina, ‘andinismo’ y Sendero Luminoso”. ↩
- Impartía también otros cursos: Clase, etnicidad y nación, Interculturalidad y Seminario de investigación de tesis. ↩
- Degregori, Casanova y Gálvez 1971. ↩
- Degregori 1977a. ↩
- Degregori 1995. ↩
- Degregori 1994: 138. ↩
- En el caso de Matos Mar, de sus estudios iniciales en la isla puneña de Taquile al ensayo Desborde popular y crisis de Estado. En el caso de Arguedas, de los estudios iniciales de Puquio hasta sus intuiciones literarias y etnográficas del proceso de cambio cultural que ocurría en Chimbote. ↩
- Luis Calderón (antropología amazónica), María Ponce (movimientos sociales), Javier Ávila (etnohistoria y desarrollo), Pedro Roel (cultura popular), Ramón Pajuelo (comunidades campesinas) y Pablo Sandoval (antropología urbana). Además escriben sus colegas del IEP Jürgen Golte (economía, ecología y redes), Patricia Oliart (género) y Patricia Ames (educación). ↩
- Degregori (ed.) 2000. ↩
- Marzal 1986. ↩
- El recuento autocrítico de esta experiencia puede verse en el folleto que escribe a propósito de una áspera discusión política en la universidad, Reflexiones sobre las sesiones de los consejos de facultad, Facultad de Ciencias Sociales, UNMSM, Lima, 2001. ↩
- Degregori 2000: 2. ↩
- Degregori 2010: 71. ↩
- Degregori 1977b: 61-62. ↩
- Degregori y Sandoval 2010: 19. ↩
- Degregori 2009. ↩
- Esta sensibilidad por los intercambios académicos Sur-Sur formaba parte de su participación entre 2005 y 2009 en el comité consultivo de SEPHIS (South-South Exchange Programme for Research on the History of Development), institución académica holandesa que tiene como meta promover agendas de investigación histórica alternativas de la modernidad y el desarrollo. ↩
- El Seminario Permanente de Investigación Agraria (SEPIA) organiza desde hace 25 años reuniones de discusión descentralizadas sobre temas rurales, agrarios y ambientales. ↩
- Cholonautas-Comunidad Académica Virtual de Ciencias Sociales en el Perú (www.cholonautas.edu.pe) es un proyecto del Instituto de Estudios Peruanos que alienta el uso académico de Internet para mejorar la información y la articulación de la comunidad académica de ciencias sociales en el Perú y el área andina. ↩
- Degregori 2005: 23. ↩
Pablo: CID no buscaba crear una «élite alternativa». Esto es exactamente lo que no quiso. Él trataba de crear conocimiento para que los ciudadanos tuvieran elementos de juicio para asumir plenamente la democracia que es el gobierno del pueblo, de todos.rnPrecisamente por lo mismo el atribuirle intenciones de este tipo es inadmisible. rn
Estimado Jurgen, algunas veces suele suceder que las interpretaciones pueden darse desde el lugar de ubicación y de mira. rnUn saludo cordialrnPablorn
Solo una cosa más. No veo además una contradicción entre la búsqueda de formar elites intelectuales más plurales y aquello que señalas. Gracias por el comentario. rnSaludosrnPablo
He recobrado de mis archivos del 2009 este párrafo del profesor Carlos Iván: rn»En el Perú quienes ingresan a las universidades del país son un sector privilegiado. Quienes terminan las carreras, son parte de las elites intelectuales. Habría que preguntarse qué tipo de elite quiere formar y reproducir la Escuela de antropología como parte de una universidad pública. El objetivo sería una elite alternativa que supere la actual mediocridad en dos sentidos:
«1) que vuelva más plural el rostro de las elites tradicionales, incorporando académicos que provengan de otros grupos sociales y culturales que son los que estudian en las universidades públicas; 2) que sea capaz de producir conocimiento útil desde la antropología.»
No conozco el documento del cual proviene la «cita», pero es evidente que está escrito con la idea de que terminar la educación universitaria es un privilegio. Mi observación al escrito de Pablo es que conduce a una mala interpretación de las intenciones de Carlos Iván. Él buscaba la creación de conocimientos de todos para todos. Ha sido un hombre profundamente democrático y su utopía no apuntaba a la perpetuación de élites de ningún bando en el Perú.
Precisamente eso es lo que entendí del artículo de Sandoval, que se trata de elites universitarias, lo que usted señala. Puede que usted tenga una idea de elite como intrinsecamente anti-democrático, cuando puede también ser interpretado como algo más plural y democratizador. El documento es un texto que escribiò para el comité asesor el 2009, cuandos e daba un debate curricular, y fue discutido entre profesores y estudiantes. Saludos.
Hay que leer bien a Sandoval para entender mi mentís: «Estaba convencido de la necesidad de fomentar una élite alternativa que renueve el rostro de las élites tradicionales, más limeñas y de clase media o alta, incorporando personas procedentes de otros sectores sociales y culturales, que, al menos en parte, son los que asisten a las universidades públicas.»rnrn
Pero a ver, qué se está discutiendo, la opinión de Pablo Sandoval sobre la elite alternativa, o la creencia de Jurgen Golte de qué cosa es admisible y qué cosa es inadmisible?? Yo me quedo con la opinión de Sandoval, pues al menos es discutible, pero cuando alguién -Golte en este caso- dice que una idea es inadmisible arguyendo qué él tiene la razón en la interpretación de los pensamientos de otro (Carlos Iván en este caso) me parece francamente sospechoso.
Pienso que las élites en el Perú son un elemento importante en la perpetuación de la profunda desigualdad en el país. No encuentro en los escritos de Carlos Iván que yo conozco, ni en las conversaciones que hemos tenido a lo largo de muchos años un indicio de que haya tenido una opinión divergente. ¿Cómo podría tener un provecho al afirmar esto para considerarse sospechoso? Que se me demuestre lo contrario. La «sospecha» no es ningún argumento sino un giro verbal vacío.
Queda claro entonces, que ya existe UN interprete autentico de los pensamientos y acciones del profesor Carlos Ivan. Opiniones de este tipo ocurren cuando se tiene concepciones monoliticas de elite, democracia, pueblo, en fin, de la vida misma. Mas allá de esta «discusion», a mi me pareció interesante este numero de Argumentos pues presenta dos facetas no muy conocidas de Degregori, la de poeta y profesor. Saludos cordiales.
Carlos Ivan siempre fue un excelente maestro, generoso, amable y preocupado por formar buenos antropólogos en Huamanga y en San Marcos. Felicitaciones.
Muchos conocimos a CID, la historia de sus ideas y como éstas se manifestaban en su comportamiento. Él tenía una vocación profundamente democrática y la expresaba constantemente en sus escritos y su forma de ser. Por ello opino que atribuirle la intención de crear élites contradice su vocación.
Expresar esta idea no significa tener un pensamiento “monolítico” en el sentido de “enunciados autoritarios”, solo pongo de manifiesto esto en base a lo que conocí de él y frente a algo que considero una tergiversación de sus ideas en un punto medular de su aporte al conocimiento y sus formas de vivirlo.
Interesante artículo. Fui etudiante de historia en la Universidad de Huamanga y su libro No hay país más diverso es muy bueno. Lo escuché en varias conferencias y siempre fue muy didáctico y profundo. Y dicho sea de paso, no creo que formar «elites intelectuales mas plurales» haya sido un problema para él, al contrario en una país tan argollero y discriminador, sería más bien un avance. Pero bueno, cuando flota la subjetividad es dificil discutir. Atentamente.
¿Crear élites alternativas?… ni la conducta ni los escritos de Carlos Iván aluden dicha tentantiva que le achaca Pablo Sandoval. Pese a ser un hombre de partido, Carlos Iván bregó porque el conocimiento se democratice y pugnó por formar buenos, en todo el sentido de la palabra, antropólogos.
Es curioso ver cómo discuten miembros de una institución de elite en las ciencias sociales en el Perú, pero en todo caso no viene mal la idea de una elite intelectual mas plural ¿o no? ¿o caemos en la tentación de pensar de que no hay elites? Los comentarios serían la delicia de Bourdieu.
Es claro la élite la constituiría Pablito, con sus cohorte por supuesto