La decisión de Argumentosde abordar como tema central en esta edición el pasado, el presente y el futuro de Sendero Luminoso no es ajena al hecho que en los últimos meses hemos sido testigos de acciones y discursos que traían de regreso mucho del fundamentalismo y totalitarismo que caracterizó a los líderes y militantes de Sendero Luminoso. Tampoco lo es a la constatación de que la evidente derrota militar de Sendero Luminoso no se dio de la misma manera en los campos político e ideológico.
En este contexto, consideramos que es necesario difundir investigaciones y generar discusiones sobre lo que fue y sigue siendo, como lo definió Carlos Iván Degregori, un objeto de estudio opaco y elusivo. En esta dirección, son varias las preguntas que no pueden ser pasadas por alto: qué características tiene la conexión que existe actualmente entre Sendero Luminoso y el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef); qué trae de nuevo Movadef en relación con la experiencia previa de Sendero Luminoso; qué tanta influencia han llegado a tener Sendero Luminoso y el Movadef en las universidades públicas, un sector del magisterio y algunas movilizaciones y protestas sociales; o por qué razones, para algunos sectores de jóvenes, el marxismoleninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo puede constituir un referente central para su actividad política.
A estas alturas, ya se han ensayado respuestas a estas y a otras preguntas similares. Sin embargo, no siempre estos esfuerzos han ido acompañados de evidencia y análisis que permita ir más de allá de lo que nos gustaría que suceda en nuestro país o que haga posible trascender intereses extremadamente particulares. Ahora bien, no se trata simplemente de crear o recrear un nuevo campo de estudio para las ciencias sociales. Se trata de contribuir, a través de un mejor conocimiento y de una mayor discusión, a que se planteen preguntas y se busquen respuestas que contribuyan a que el Estado y la sociedad le hagan frente a una organización (altamente disciplinada) que plantea, con gran ambigüedad, que las condiciones actuales no son las de la lucha armada. Y que, mientras tanto, busca inscribirse en el Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones para ingresar al juego político formal.
Con relación a los artículos que componen la sección sobre el pasado, presente y futuro de Sendero Luminoso; el
primero de ellos es un trabajo de Pablo Sandoval que comienza con las siguientes afirmaciones: Movafed es Sendero Luminoso, y el maoísmo de Sendero Luminoso—vía Movadef— busca anclarse políticamente en el espacio educativo porque es en las universidades y en el magisterio donde se encuentra su último bastión. Asimismo, llama la atención sobre le necesidad de mirar la actual presencia de Sendero Luminoso con nuevos lentes, bajo nuevas preguntas y evitando reproducir estereotipos intelectuales porque, para comenzar, el perfil del actual joven senderista no es el de los setentas ni de los ochentas.
El trabajo de Dynnik Asencios ofrece un conjunto de pistas para entender quiénes eran los militantes de Sendero Luminoso y cuáles eran sus motivaciones para ingresar a él desde los sesenta hasta inicios de los noventa. Lo que el autor encuentra es que estas motivaciones fueron cambiando a lo largo del conflicto. Teniendo en cuenta la coyuntura actual, deja planteada la pregunta de qué es lo que hace tan atractivas, para algunos sectores de jóvenes, las propuestas de Sendero Luminoso. Por su parte, a partir de un trabajo etnográfico de varios años en el penal Miguel Castro Castro, Manuel Valenzuela reconstruye la organización social de los senderistas en prisión, su relación con sus familiares y otros internos, sus actividades diarias y sus proyectos políticos. Finalmente Jefrey Gamarra, ofrece una perspectiva algo diferente a las anteriores cuando plantea que en el Perú ha surgido una
nueva generación como resultado de cambios significativos en los procesos de socialización, escolarización y profesionalización. El desafío para Sendero Luminoso y el Movadef radica en que varios de sus planteamientos, tarde o temprano, entrarán en conflicto con algunas de las características más importantes de esta nueva generación de jóvenes.
Con relación a la sección coyuntura, la mayoría de trabajos en esta edición abordan procesos políticos que han ocurrido o vienen ocurriendo fuera del Perú. Así tenemos que, John Polga-Hecimovich y Sofía Vera ofrecen un análisis de las últimas elecciones en los Estados Unidos (presidenciales y congresales). Este trabajo no solo considera los resultados, sino que además examinan lo que fue la campaña electoral y el efecto que las reglas electorales en ese país tienen sobre las estrategias de los principales actores. El artículo de Thais Maingon analiza, principalmente, los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela. Sostiene que pese al crecimiento electoral de la oposición, la hegemonía de Hugo Chávez se mantiene en ese país y que, muy probablemente, la
polarización y la confrontación política seguirán aumentado debido a los intentos del gobierno por controlar la mayoría de espacios institucionales.
A partir de una perspectiva histórica, Núria Sala escribe sobre el escenario político y plebiscitario que se ha abierto en Cataluña a partir de un reclamo multitudinario por el derecho a decidir su destino dentro (o fuera) de España. Este escenario plebiscitario, que no deja de estar vinculado a la grave crisis económica española, ha producido una clara escisión, tanto en los ciudadanos catalanes como en sus partidos políticos, entre soberanistas (defensores del derecho a decidir), federalistas y constitucionalistas. Finalmente, en relación con el escenario nacional, Stéphanie Rosseau afirma que a través de algunos avances importantes en los derechos indígenas que buscan promover la inclusión política de un gran sector de la población peruana, se siguen reproduciendo mecanismos de control de la representación de lo indígena por parte de las élites estatales, intelectuales y políticas. Adicionalmente, en muchos casos se sigue pasando por alto la naturaleza socialmente construida y políticamente
contextualizada de la categoría social “indígena”. Afirma además que esto sería, en gran medida, lo que viene sucediendo con el proceso de institucionalización del derecho a la consulta previa que viene llevando a cabo el estado peruano.
Finalmente, la sección sobre crítica y reseña incluye una entrevista a Elizabeth Jelin realizada por Pablo Sandoval. Entre varios temas, se proponen algunos balances sobre el estado actual de la producción académica alrededor del tema memoria en América Latina.
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