Burgos, Raul. Los Gramscianos Argentinos: Cultura y política en la experiencia de pasado y presente. Buenos Aires: Siglo XXI, 2004.

De las varias posibilidades de narrar la compleja y desgarrada historia de la izquierda latinoamericana, Raúl Burgos ha elegido el camino de la historia intelectual. Con esta opción, nos relata cómo un grupo de intelectuales de la izquierda argentina exhibió la voluntad explícita de intervenir en la política desde el campo de la cultura. El importante libro de Burgos da cuenta, en efecto, del itinerario intelectual y político del grupo Pasado y Presente, que fuera liderado por el pensador socialista argentino José María Aricó.

La historia que narra Burgos se inicia en la ciudad de Córdoba en 1963 con la creación de la revista Pasado y Presente, y cuya línea editorial trajo como consecuencia la expulsión de un puñado de jóvenes militantes del Partido Comunista Argentino. 1 La narración culmina con la muerte de José Aricó en Buenos Aires en 1991, año que coincide además con el cierre del ciclo histórico abierto por el populismo y la derrota en aquellos años de las fuerzas de izquierda “revolucionarias” y “socialdemócratas” en Argentina y toda América Latina.

El autor centra su análisis en la marca que definió a este grupo: la difusión del pensamiento del comunista italiano Antonio Gramsci. 2 Pero también lo hace en la renovación del pensamiento y formación socialista de varias generaciones de intelectuales de izquierda en América Latina, entre las décadas de 1960 y 1980, cuando Aricó dirige la edición de losCuadernos de Pasado y Presente que, con sus 98 títulos, llevaron a los ámbitos políticos y culturales latinoamericanos la posibilidad de acercarse a textos y polémicas clásicos del socialismo, muchos de ellos hasta ese momento inaccesibles. Asimismo, desde México, el mismo Aricó coordina la Biblioteca del Pensamiento Socialista que, bajo el sello editorial de Siglo XXI, edita y traduce críticamente la obra fundamental de Marx, en especial El Capital y losGrundrisse.  3

El fundamento de la experiencia de Pasado y Presente se articuló, entonces, alrededor de la certidumbre de que el marxismo podía constituir la base teórica en la producción de un proyecto de transformación socialista, aunque adecuado a las características de la sociedad argentina y latinoamericana. Para ello, sometieron la ortodoxia marxista a una reevaluación radical, sirviéndose de la capacidad crítica del pensamiento de Antonio Gramsci. En efecto, el grupo fundador de Pasado y Presente desarrolló una nueva propuesta de transformación social cuyo razonamiento básico fue el modelo de articulación organizacional de las clases subalternas propuesto por Gramsci, como la vía más realista para representar las energías de las masas en su lucha constante por modificar las relaciones de fuerza del bloque dominante.

Sin embargo, este pensamiento gramsciano fue interrumpido por el golpe militar de 1976, el cual abre una brecha en el derrotero de la izquierda intelectual argentina que se exilia principalmente en México, por entonces el país que más se benefició del exilio socialista latinoamericano, y que lo convierte en el centro intelectual de la izquierda latinoamericana en los 70 y 80.

El resultado fue que en Argentina, primero, y México 4 y Brasil 5después, se instituyó un paradigma de matriz gramsciana cuya base fue la radical interrelación entre cultura y política, y del papel fundamental que podía asumir en este contexto la noción de hegemonía en la configuración de un proyecto socialista.

El estudio de Burgos señala que los gramscianos argentinos transitaron por distintas posiciones teóricas y políticas. Se inician entre los años 60 y 70 bajo la certeza de que la transformación revolucionaria vendría definida por la temática gramsciana de hegemonía. Posteriormente, entre fines de los 70 e inicios de los 80, en el intermedio del golpe militar y el exilio mexicano, el grupo posiciona en el debate de la izquierda el concepto de democracia que los lleva a valorar la democracia política y la construcción institucional en torno de temas como “pacto social”, “reforma política” y “gobernabilidad”. Todo ello en el marco político de los procesos de transición democrática en Argentina, que los aproxima al eurocomunismo entonces en auge, así como a las propuestas socialdemócratas de América Latina.

Sin embargo, este viraje no puede interpretarse, nos advierte Burgos, como la abdicación de los compromisos socialistas del grupo (en especial de José Aricó, Juan Carlos Portantiero e Emilio de Ipola), sino como el esfuerzo de un sector de la izquierda argentina por construir un camino que haga viable el tránsito de la sociedad autoritaria hacia formas más democráticas de gobierno. Fue ese perfil predominante, aunque heterogéneo, con que el grupo Pasado y Presente, a su regreso del exilio mexicano, participó de la experiencia presidencial de Raúl Alfonsín.

Precisamente este viraje constituye el episodio más significativo del grupo de Pasado y Presente, pues luego del retorno del exilio mexicano, promueven la creación del Club de Cultura Socialista. 6 Asimismo, editan la revista Ciudad Futura, en cuyas páginas apuestan por la democratización y modernización de la izquierda argentina, posicionando en el debate político de la transición argentina la construcción de una cultura política socialista que, esta vez, esté indisolublemente comprometida con el avance de las instituciones democráticas, ya que estas debían servir de soporte para la recuperación de un entorno institucional que posibilitara una efectiva y radical profundización de la ciudadanía. 7

De modo general, podría decirse que a través de la historia de Pasado y Presente podemos también comprender los vaivenes del complejo período que se abre con la crítica al estalinismo en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956, y que se cierra entre 1989 y 1991 cuando el llamado “campo socialista” entra en crisis con la caída del muro de Berlín, primero, y la disolución de la superpotencia soviética después. En la Argentina, esta historia está marcada en otra clave por la derrota del “alfonsinismo” y, en América Latina, por la derrota del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua, los acuerdos de Paz en El Salvador del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), así como el agotamiento del modelo cubano como posibilidad revolucionaria.

***

¿Cuál fue el impacto de Pasado y Presente y José Aricó en el Perú? Dejo en palabras de su propio compañero de ruta, Juan Carlos Portantiero, la respuesta:

“La desprovincialización de Mariátegui que Aricó propuso en el Perú de los setenta 8, le permitió recuperar con fuerza una influencia que, desde joven, marcó su derrotero intelectual y político: la de Antonio Gramsci, a quien le dedicó su último libro. Ambas figuras podían hermanarse en una misma preocupación: la de ser autores solitarios de un tipo de marxismo a contracorriente, que buscaba asentarse sobre realidades particulares y expresarse en políticas diferenciadas. En este sentido el revival de ambos autores en América Latina se alimentó recíprocamente: el renacimiento del debate sobre Mariátegui hizo irrumpir en el Perú la figura de Gramsci, a la vez que en el resto del continente la difusión de éste facilitó el descubrimiento de la originalidad del autor de los 7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana”.  9

En efecto, Aricó viene por primera vez al Perú en 1979 invitado por Sinesio López a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica a dictar un seminario sobre Marx y el marxismo. Pero, en palabras de López, “… una vez en el Perú, Pancho [Aricó] sugirió dictar un pequeño curso sobre Mariátegui y postergar las exposiciones sobre el marxismo para otra ocasión. Sus charlas mariateguianas dejaron huellas profundas y, sobre todo, dieron origen a productos valiosos. El más brillante de todos fue, sin duda, La agonía de Mariátegui de Alberto Flores Galindo”. 10

Pero el impacto fue más profundo y se extendió al campo de los intelectuales de izquierda que por entonces “hegemonizaban” las ciencias sociales peruanas y trataban de alejarse del marxismo-leninismo. Basta para ello dar una mirada a los artículos que publicó el propio Aricó en la revista Socialismo y Participación, a las entrevistas que ofrece a la revista Quehacer; pero sobre todo a la influencia que ejerce en intelectuales de izquierda como Sinesio López, Alberto Adrianzén, Carlos Iván Degregori y Rolando Ames, quienes en las páginas de la revista Marka, el Diario de Marka, el suplemento El Caballo Rojo y luego en la Revista El Zorro de Abajo renovaron el pensamiento socialista en el Perú.

¿Qué quedó de toda aquella influencia en el Perú? Al igual que el itinerario seguido por el grupo de Pasado y Presente, podría decirse que en el Perú esta experiencia se agota a fines de los 80 con la trágica derrota de Izquierda Unida. Pero, junto con ella, desaparece también la capacidad que tuvo el pensamiento de izquierda para proponer una lectura crítica y en sintonía con los cambios del país.

Puede que un buen punto de partida para salir de este entrampe histórico sea tomar nota de la última intervención pública de Aricó en el Perú en 1990:

“Yo creo que lo que el Perú no ve, es el mundo. Lo que todavía rechaza ver es el mundo, a pesar de que esta izquierda peruana y la cultura peruana tienen como antecedente a un hombre [Mariátegui] que pudo pensar el Perú, porque pudo entender el mundo. Ese hombre que en su viaje a Europa, conociendo Europa, descubrió el Perú”. 11

De esta constatación han pasado ya 18 años, pero su eco se escucha con la vigencia suficiente como para empezar a deshilvanar lecturas y propuestas que hagan posible nuevamente la construcción de una tradición histórica y un vocabulario de izquierda en el Perú. Vale decir, una izquierda que no sienta que vive en un país que le es extraño, y que se proponga como horizonte estratégico reencontrarse con el país y capturar una vez más el “imaginario popular”; es decir, que pueda constituirse otra vez en un referente de la cultura y política nacional.

De ello depende, claro está, superar para siempre el falso antagonismo entre “reforma” y “revolución”, y apostar desde la izquierda por un proyecto radical que represente los intereses conflictivos de los sectores populares, pero comprometidos sustancialmente con el fortalecimiento y profundización de la democracia.


* Antropólogo. Investigador del IEP.

1 Los expulsados serán José Aricó, Juan Carlos Portantiero, Oscar del Barco y Héctor N. Schmucler.
2 Experiencia a partir de la cual José Aricó escribió el libro La cola del diablo. Itinerario de Gramsci en América Latina, Puntos Sur, Buenos Aires, 1988, y Juan Carlos Portantiero, Los usos de Gramsci, Grijalbo, Buenos Aires, 1999.
3 El mismo Aricó publicó en Lima en 1980 su obra teórica fundamental, Marx y América Latina, por el CEDEP y bajo el auspicio de Carlos Franco.
4 Un texto emblemático del impacto y diálogo que aquí se señala es el de Julio Labastida del Campo (comp.), Hegemonía y alternativas en América Latina, Siglo XXI, México DF, 1983.
5 En Brasil, el principal difusor de Gramsci será Carlos Nelson Coutinho. Véase en especial A democracia como valor universal e outros ensayos, Salamandra, Rio de Janeiro, 1984; y Carlos Nelson Coutinho y Marcos Aurélio Nogueira (comps.), Gramsci e America Latina, Paz e Terra, Rio de Janeiro, 1988.
6 Que congregó a lo más graneado del pensamiento de izquierda argentino: José Aricó, Beatriz Sarlo, Carlos Altamirano, Marcelo Cavarozzi, José Nun, Emilio de Ipola y Juan Carlos Portantiero. Véase la Declaración de Principios del Club de Cultura Socialista. En: http://www.clubsocialista.com.ar/sobre_el_club/declaracion_de_principios/index.php
Una lectura más minuciosa de este contexto se encuentra en: Horacio Crespo, Celebración del pensamiento de José Aricó, Ponencia presentada en el Seminario de Historia Intelectual en El Colegio de México, febrero de 2002.
8 Portantiero se refiere a la introducción de Aricó a la edición de Mariátegui y los orígenes del marxismo latinoamericano, Cuadernos de Pasado y Presente, N. 60, México DF, 1978.
9 Juan Carlos Portantiero. “José Aricó: las desventuras del marxismo latinoamericano”. En: José Aricó. La hipótesis de Justo. Escritos sobre el socialismo en América Latina, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999, p. 10.
10 Sinesio López, “Pancho Aricó”. En: Socialismo y Participación, 56, diciembre de 1991, p. 6.
11 José Aricó, “El difícil camino de la reforma democrática”. En: Alberto Adrianzén y Eduardo Ballón (editores), Lo popular en América Latina¿una visión en crisis?, Desco, Lima, 1992, p. 301.


  1. Los expulsados serán José Aricó, Juan Carlos Portantiero, Oscar del Barco y Héctor N. Schmucler 
  2.  Experiencia a partir de la cual José Aricó escribió el libro La cola del diablo. Itinerario de Gramsci en América Latina, Puntos Sur, Buenos Aires, 1988, y Juan Carlos Portantiero, Los usos de Gramsci, Grijalbo, Buenos Aires, 1999.
  3. El mismo Aricó publicó en Lima en 1980 su obra teórica fundamental, Marx y América Latina, por el CEDEP y bajo el auspicio de Carlos Franco. 
  4. Un texto emblemático del impacto y diálogo que aquí se señala es el de Julio Labastida del Campo (comp.), Hegemonía y alternativas en América Latina, Siglo XXI, México DF, 1983 
  5. En Brasil, el principal difusor de Gramsci será Carlos Nelson Coutinho. Véase en especial A democracia como valor universal e outros ensayos, Salamandra, Rio de Janeiro, 1984; y Carlos Nelson Coutinho y Marcos Aurélio Nogueira (comps.), Gramsci e America Latina, Paz e Terra, Rio de Janeiro, 1988.  
  6.  Que congregó a lo más graneado del pensamiento de izquierda argentino: José Aricó, Beatriz Sarlo, Carlos Altamirano, Marcelo Cavarozzi, José Nun, Emilio de Ipola y Juan Carlos Portantiero. Véase la Declaración de Principios del Club de Cultura Socialista. En: http://www.clubsocialista.com.ar/sobre_el_club/declaracion_de_principi os/index.php
  7. Una lectura más minuciosa de este contexto se encuentra en: Horacio Crespo, Celebración del pensamiento de José Aricó, Ponencia presentada en el Seminario de Historia Intelectual en El Colegio de México, febrero de 2002 
  8. Portantiero se refiere a la introducción de Aricó a la edición de Mariátegui y los orígenes del marxismo latinoamericano, Cuadernos de Pasado y Presente, N. 60, México DF, 1978
  9. Juan Carlos Portantiero. “José Aricó: las desventuras del marxismo latinoamericano”. En: José Aricó. La hipótesis de Justo. Escritos sobre el socialismo en América Latina, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999, p.  
  10. Sinesio López, “Pancho Aricó”. En: Socialismo y Participación, 56, diciembre de 1991, p. 6.  
  11. José Aricó, “El difícil camino de la reforma democrática”. En: Alberto Adrianzén y Eduardo Ballón (editores), Lo popular en América Latina: ¿una visión en crisis?, Desco, Lima, 1992, p. 301.