El día miércoles 18 de mayo falleció Carlos Iván Degregori Caso (1945-2011), quien fuera uno de los más destacados investigadores del Instituto de Estudios Peruanos, dos veces director de la institución y amigo entrañable de todos los que laboramos con él.

Carlos Iván nació en Lima y fue licenciado en Antropología de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), así como Bachelor of Arts, cum laude con mención en Antropología, de Brandeis University (Boston), y Ph.D. en Antropología Cultural de Universiteit Utrecht (Holanda). Se desempeñó en importantes cargos en instituciones prestigiosas de la academia e investigación, en el ámbito nacional e internacional: Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Instituto de Democracia y Derechos Humanos (Idehpucp), Latin American Studies Association (LASA), South-South Exchange Programme for Research on the History of Development (Sephis) y Social Science Research Council (SSRC), entre otras. Asimismo, ha sido docente destacado en las universidades de Princeton, Columbia, Wisconsin, John Hopkins, Libre de Berlín y la EHESS de París; e investigador y autor de numerosos libros, entre los cuales destacan: Jamás tan cerca arremetió lo lejos. Memoria y violencia política en el Perú (2003), La década de la antipolítica. Auge y huida de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos (2001), No hay país más diverso. Manual de antropología peruana (2000) y El surgimiento de Sendero Luminoso. Ayacucho 1969-1979(1990), entre muchos más. Además de su prolífica carrera académica, Carlos Iván tuvo una participación notable en la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Perú (CVR), encargada de develar los años de violencia vivida por el país entre 1980 y 2000.

Como se observa, Carlos Iván desarrolló una copiosa producción académica a lo largo de su vida, sembrada de textos antropológicos y políticos, todos de altísima calidad. Pero, sobre todo, fue un ciudadano comprometido con su país, sus problemas, sus dramas y su enorme riqueza y complejidad. Desde sus múltiples facetas como investigador, maestro, político y defensor de derechos, ha manifestado una misma pasión, amor y honestidad para con su país. Se trató sin lugar a dudas de un ciudadano auténticamente democrático, portador de una enorme solidaridad para con los otros, los más excluidos y vulnerables, todos aquellos que comparten, desde una posición menos favorecida, el diario vivir en nuestras sociedades.

Carlos Iván no fue, pues, un académico refugiado en la sola erudición. Se trató de un pensador en el sentido más amplio del término, que ha enriquecido su reflexión sobre la base de un relacionamiento profundo con los procesos y las personas que le ha tocado compartir, y que no ha rehuido asumir grandes y difíciles responsabilidades cívicas cuando ello fue necesario.

Para el IEP y las organizaciones de defensa de los derechos humanos con las cuales tenía estrecha relación, Carlos Iván Degregori representa lo mejor del mundo académico y del activismo: un intelectual de altísimas cualidades, cuya obra ha sido clave para las ciencias sociales en nuestro país, de influencia y escuela notables. Pero también fue un defensor riguroso de los derechos humanos desde hace más de treinta años, quien desde su condición de académico no ha evadido asumir tareas públicamente por la defensa de la democracia y los derechos humanos.

La Revista Argumentos preparará para el mes de julio un número en homenaje a Carlos Iván Degregori, recogiendo sus más importantes aportes y legado a la vida académica y pública del país.