Durante los últimos cuarenta años, los investigadores sobre el desempeño económico de largo plazo de la economía peruana no han podido evitar acudir a más de uno de los trabajos del profesor Shane Hunt. Desde la serie del quantum de exportaciones peruanas desde 1830, pasando por el impacto del boom del guano en el crecimiento de la economía peruana antes de la Guerra del Pacífico, la evolución de los salarios reales durante la primera mitad del siglo XX, o el rol de la inversión directa extranjera antes y durante el régimen militar de 1970, Hunt fue construyendo una manera peculiar de explicar el crecimiento económico de largo plazo del Perú. Sin embargo, para cualquier que quisiera revisar estos clásicos textos, o tenía que buscar alguna amarillenta separata en una biblioteca universitaria, o una edición agotada de una publicación especializada (como por ejemplo alguno de los números de la Revista HISLA), o inclusive algunas publicaciones en inglés que nunca fueron traducidas o publicadas previamente en español. Por ello, contar con un conjunto de diez trabajos de investigación de Hunt sobre la formación y consolidación de la economía peruana en sus casi dos siglos de existencia republicana, agrupados en una sola publicación, representa, en sí mismo, un gran mérito de quienes lo hicieron posible y un placer para quienes vamos a consumirlo repetidas veces en los próximos años.
Contar con un conjunto de diez trabajos de investigación de Hunt sobre la formación y consolidación de la economía peruana […] representa […] un gran mérito de quienes lo hicieron posible y un placer para quienes vamos a consumirlo.
Pero el mérito del libro recientemente publicado no solo radica en agrupar publicaciones dispersas del profesor Hunt. El libro contiene al menos dos textos inéditos (en cualquier idioma) y uno que por primera vez sale publicado en español. De esta manera se puede comprender mejor algunas de las hipótesis de trabajo que fuera construyendo Hunt a lo largo de su carrera. Uno de los textos inéditos es el titulado “Bosquejo de la economía colonial temprana”, el cual había sido preparado por el autor como prólogo del clásico artículo sobre guano y crecimiento, y que, al parecer, al profesor Hunt le pareció en su momento no solo muy extenso, sino que poco robusto debido a falta de información cuantitativa sobre la economía colonial. Así, este bosquejo nunca fue publicado, y hoy sale a luz revisado y corregido. De igual manera, el trabajo sobre la inversión directa extranjera durante el régimen militar (con el polémico subtítulo “Las nuevas reglas de un viejo juego”) es ahora precedido por un ensayo en el que se analiza precisamente el “viejo juego”, es decir, el papel de la inversión directa extranjera en el “antiguo régimen”.
Además de estas consideraciones, que ya permiten catalogar la publicación como una de las más importantes sobre la historia económica del Perú y la región de los últimos años, el libro presenta un ensayo introductorio donde el autor resume e integra todo el trabajo de una manera sencilla e inteligente a la vez. En él, además de adelantar las ideas principales de cada uno de los capítulos del libro, se delinea cómo el autor se inició en el estudio de la historia económica del Perú en la década de 1960. Hunt recuerda que su propuesta de investigación doctoral había nacido en medio de dos olas o modas de investigación que dominaban el mundo de la historia económica norteamericana. Una de ellas alrededor de la contabilidad nacional, donde, a partir de los trabajos de Simon Kuznets (sobre cómo calificar a una nación como “economía moderna”),era necesario contar con cuentas nacionales de calidad que permitiesen analizar de manera objetiva (cuantitativa) las tendencias del crecimiento económico, sus ciclos de expansión y recesión, el rol de las cuentas fiscales y del sector externo, así como la composición del ingreso por la retribución a los factores. Esta obsesión por la contabilidad nacional vino acompañada, sin embargo, por la emergencia de una nueva escuela de investigación en historia económica, el neoinstitucionalismo, que se presentaba con fuerza en la academia de Norteamérica con las investigaciones de Albert Fishlow y Douglas North sobre el siglo XIX norteamericano. La cliometría, como escuela de historia económica norteamericana, alternativa a la europea, nacía con fuerza a fines de la década de 1960. Hunt se recuerda a sí mismo como hijo de estas dos olas. Es curioso cómo estas corrientes de investigación no han terminado de consolidarse en la investigación de historia económica del Perú y América Latina, en parte por que investigar sobre historia económica cuantitativa del pasado no solo no cuenta con recursos de financiamiento, sino que, ciertamente, en una economía como la latinoamericana, los economistas han sido obligados a analizar los temas contemporáneos.
Leer los trabajos del profesor Hunt permite hacer una pregunta que el profesor Donald McCloskey formuló en la década de 1970: ¿tiene el pasado algo de teoría económica? La (re)construcción de datos en el pasado (como la serie de exportaciones o el ingreso nacional durante el boom del guano) no solo busca tener más y mejores datos, sino también la posibilidad de revisar o (re)construir también la teoría económica. Y esto es, probablemente, el principal mérito de la carrera de Hunt, ya que en sus trabajos uno siempre encuentra hipótesis y preguntas teóricas detrás de su esfuerzo de construcción o reconstrucción de datos. Un clásico ejemplo de esta característica es el debate en el que se embarca Hunt sobre el carácter rentista de las élites empresariales durante el boom del guano, debate en el que, sin embargo, no es claro si Hunt termina criticando o defendiendo el modelo de Jonathan Levin sobre las economías de exportación.
Esta capacidad de hacer historia económica a la luz de un debate teórico se ilustra también de manera muy clara en el trabajo sobre los salarios reales, donde Hunt tiene como cortina subyacente a su investigación el modelo de Lewis de una economía “sobrepoblada” o de muy baja productividad (rural agraria), la que condiciona y frena el crecimiento de la productividad e ingresos en los sectores modernos, salvo algunos, como la minería. De igual manera sucede en el ensayo sobre el desempeño económico de largo plazo de la economía peruana, donde alude una vez más al modelo de bienes primarios y al papel del capital extranjero. En este trabajo, Hunt utiliza incluso hasta consideraciones de ciencia política, cuando formula el concepto de “modelo político consistente” al referirse al régimen de Fujimori en la década de 1990. La “consistencia” del modelo radicaba, de acuerdo con Hunt, en la compleja relación del fujimorismo con los sectores en los extremos de la pirámide de ingresos, los A y E, lo que le permite a Hunt hablar de un modelo populista con consistencia y sostenibilidad política durante el crecimiento económico de los años noventa. En general, es fácil observar cómo el profesor Hunt se aleja de una tradición de investigación histórica en la que se realiza simplemente ejercicios de reconstrucción de datos, sin contar necesariamente con una pregunta o hipótesis sustentada en un marco teórico.
Es de gran valor leer que un investigador de la calidad y trayectoria de Shane Hunt siga formulando una “agenda de trabajo” hacia el futuro. Para formular esta agenda, […] hay un permanente diálogo entre el profesor Hunt que publica esta colección en 2011 y el joven investigador Shane Hunt.
Es de gran valor leer que un investigador de la calidad y trayectoria de Shane Hunt siga formulando una “agenda de trabajo” hacia el futuro. Para formular esta agenda, es interesante notar a lo largo del libro cómo hay un permanente diálogo entre el profesor Hunt que publica esta colección en 2011 y el joven investigador Shane Hunt de los años en que publicó sus primeros trabajos. Y este diálogo resulta por momentos bastante tenso, ya que, por ejemplo, en el texto se cuestiona y revisa algunas estimaciones que por más de tres décadas han sido libremente citadas por los demás investigadores sin si quiera revisar su metodología (como el caso de la estimación del ingreso nacional de 1877).
En conclusión, el libro nos presenta un cuerpo ordenado de diez trabajos publicados de manera dispersa y discontinua a lo largo de casi cuarenta años. En él, el profesor Hunt busca identificar si existe o no un proceso de convergencia entre los sectores moderno y tradicional de la economía peruana, proceso que seguramente sigue en marcha, por lo que se puede afirmar que la economía peruana está aún en formación. En este esfuerzo, se identifican asuntos que no fueron debidamente abordados por el autor, tales como el análisis del tema tributario (brilla por su ausencia en todos los textos agrupados en el libro) y el análisis del proceso de privatización de las últimas décadas.
Para terminar, no se puede transmitir grandes felicitaciones al autor por haber logrado cerrar de manera brillante una carrera ejemplar de investigación en historia económica, ejemplo por seguir y superar en un contexto donde comenzamos a conmemorar el bicentenario del nacimiento de la república peruana, sin hacer extensivas estas felicitaciones al esfuerzo editorial conjunto del Instituto de Estudios Peruanos, del Banco Central de Reserva y del Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y, detrás de ellos y del autor, al gestor de la obra, el profesor Carlos Contreras, quien continúa batallando por mantener una línea editorial en historia económica en el país. De manera indirecta, todos ellos deberían agradecer a alguien más: el profesor Hunt recordaba hace poco tiempo cómo, en sus tiempos de estudiante de doctorado en la Universidad de Princeton, acudió al principal investigador de estudios peruanos en la costa este de los Estados Unidos de América, el antropólogo John Murra. Cuando el joven Hunt tocó la puerta del profesor Murra para conversar acerca de su proyecto de investigación, Murra le comentó que era inútil hacer investigación en historia económica en el Perú moderno, ya que allí la información estadística no era de buena calidad (mejores datos se pueden obtener en las visitas coloniales del siglo XVI, le habría dicho). A lo largo de la carrera del profesor Hunt, la sombra de esta afirmación de Murra lo ha perseguido, por lo que estamos eternamente agradecidos al gran etnohistoriador.
* Investigador principal del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE). Profesor asociado del Departamento de Economía de la PUCP.
Muchas gracias, justo lo que necesitaba para mi tesis