La desnutrición crónica ha sido reconocida como un problema muy serio tanto para las personas afectadas por esta condición como para el país en su conjunto. Su gravedad radica, en gran medida, en el impacto que tiene sobre el desarrollo de las habilidades cognitivas del individuo (Martorell 1999), lo que afecta negativamente su nivel de vida y la productividad laboral de un país. La desnutrición crónica es, además, un mecanismo de transmisión intergeneracional de la pobreza. Esto se debe a que la probabilidad de que un niño tenga desnutrición crónica es mucho más alta para los hogares de menores recursos.
La encuesta Cenan-Enaho 2007-2008 muestra la relación entre la tasa de desnutrición crónica y el nivel socioeconómico de los hogares. Según esta encuesta, en el área urbana el porcentaje de niños con desnutrición crónica era de 22% en el quintil de gastos más bajo y descendía a 7% para los dos quintiles más altos (Aldana 2012b). En Lima Metropolitana, la relación entre nivel socioeconómico y desnutrición crónica es más estrecha aún. Según la misma encuesta, el porcentaje de niños menores a cinco años con desnutrición crónica es de 17% en el primer quintil de gasto y de 3% en los otros quintiles (Aldana 2012a).
La desnutrición crónica ha recibido considerable atención por parte del Gobierno nacional. Entre los programas destinados a la superación de la desnutrición crónica tenemos al programa de transferencias condicionadas Juntos y al Programa Articulado Nutricional (PAN). Este último incluye actividades como la provisión de vacunas y el tratamiento de enfermedades diarreicas y de infecciones respiratorias. El PAN incorporaba el Programa Integral de Nutrición (PIN), manejado por el PRONAA, y como parte del PIN existía el subprograma infantil, que comprendía la distribución de alimentos para madres gestantes y niños menores de tres años, así como la entrega de papilla para niños en ese rango de edad.
El Gráfico 1 nos muestra la evolución de la desnutrición crónica tanto para el área urbana y el área rural como para Lima Metropolitana. Según podemos ver en él, la tasa de desnutrición es significativamente menor en Lima Metropolitana que en el resto del país. Para el año 2011, la tasa de desnutrición crónica en Lima Metropolitana fue de 6,8%, mientras que en el área rural fue de 37% y en el área urbana, de 10%. Sin embargo, esta tasa de desnutrición relativamente baja implica un alto número de niños con desnutrición crónica. Usando las proyecciones poblacionales del INEI tenemos que esta tasa se encuentra asociada a un total de 71.000 niños con desnutrición crónica en Lima Metropolitana.
Gráfico 1. Evolución de la Desnutrición Crónica Infantil. En niños menores de 5
Fuente: Informes ENDES
Por otro lado, es interesante notar que la desnutrición crónica en Lima Metropolitana tiene características que la hacen distinta a la desnutrición en el resto del país. En Lima Metropolitana, el 85% de los niños con desnutrición crónica viven en hogares en los que hay al menos un adulto con sobrepeso. Esta tasa es de 70% en el área urbana y de 40% en el área rural. Es así que en Lima Metropolitana la convivencia entre la desnutrición crónica y el sobrepeso se da con mayor frecuencia que en el resto del país, en especial en comparación con el área rural.
El Gráfico 2 muestra la evolución de la tasa de pobreza. Comparando los Gráficos 1 y 2, podemos ver que mientras la pobreza ha disminuido considerablemente en Lima Metropolitana, la tasa de desnutrición ha bajado muy poco. Tenemos entonces que las cifras de pobreza nos dan una idea muy incompleta de la evolución del nivel de vida de los hogares. Estos datos apoyan la noción de que es útil usar índices de pobreza más complejos que la pobreza monetaria, como son los índices de pobreza multidimensionales (Escobal 2012 y Vásquez 2012).
Gráfico 2. Evolución de la Tasa de Pobreza
Fuente: INEI (2011) Evolución de la Pobreza al 2011
Por otro lado, el Gráfico 1 muestra una disparidad importante entre la evolución de la desnutrición crónica en Lima Metropolitana y el resto del país. Mientras que para el área rural la desnutrición ha caído desde 47% en 2000 hasta 37% en 2011, en Lima la desnutrición ha pasado de 9.9 en 2000 a 6.8 en 2011, y esta última tasa es la misma que tuvo Lima en el año 2005. De la misma manera, y como se puede observar en el Gráfico 1, la brecha entre Lima Metropolitana y el área urbana se está cerrando, lo que significa que la tasa de desnutrición está cayendo más rápido en las otras áreas urbanas.
Esta divergencia entre la evolución de la desnutrición en Lima y el resto del país podría explicarse por el énfasis que han puesto algunos programas sociales en los distritos con altas tasas de pobreza. Así, tenemos programas como Juntos y el subprograma infantil del PIN, que se han dado fuera de Lima Metropolitana, y que podrían explicar la caída en la tasa de desnutrición en el resto del país.
Los datos analizados nos muestran que Lima Metropolitana enfrenta un problema de desnutrición crónica muy importante en términos cuantitativos. Sin embargo, Lima no ha estado en el radar de los programas sociales destinados a luchar contra esta condición. Esto se debería a las bajas tasas de pobreza, que ocultarían la presencia de miles de niños con desnutrición crónica.
* Economista, Investigadora del Instituto de Estudios Peruanos.
Referencias bibliográficas
Aldana, Ursula (2012a). Bases para crear un programa de seguridad alimentaria y nutricional en Lima Metropolitana. Mimeo.
Aldana, Ursula (2012b). Indicadores nutricionales y de calidad de la dieta en el Perú. Informe de consultoría. Mimeo.
Escobal, Javier (2012). Multidimensional Poverty and Inequality of Opportunity in Peru: Taking Advantage of the Longitudinal Dimension of “Young Lives”. Documento de Trabajo n.° 79. Niños del Milenio, Universidad de Oxford.
INEI (2010). Perú: Estimaciones y proyecciones de población Total y edades quinquenales según departamento, provincia y distrito 2005-2015. Lima: INEI.
Martorell, Reynaldo (1999). “The Nature of Child Malnutrition and Its Long Term Implications”. En Food and Nutrition Bulletin, vol. 20, n.° 3: 288-295.
Vásquez Huamán, Enrique (2012). El Perú de los pobres no visibles para el Estado: La inclusión social pendiente a julio del 2012. Documento de Discusión. Universidad del Pacífico.
Este artículo debe citarse de la siguiente manera:
Los indicadores de reducción de la pobreza no se relaciona con los indicadores y tendencias de la desnutrición. Se requiere intervenir, niño por niño, un seguimiento más fino de los niños con desnutrición; se requiere mayor entendimiento de nuestro territorio, indicadores a nivel de distritos y asentamientos humanos.
La desnutrición crónica es una construcción social, son hábitos alimentarios mal manejados por las mismas familias, en el ande, los productos andinos más nutritivos hoy se venden al mercado, por tanto, es cuestión de seguridad alimentaria, pero también de distribución del poder a las provincias.