Luego de varias décadas de expansión de las escuelas primarias en el campo y de la subsiguiente mejora de los índices de acceso, permanencia y culminación de la primaria de los/las estudiantes de zonas rurales, se viene produciendo un notable incremento en la demanda social por acceder al siguiente nivel de la educación básica: la secundaria.
En efecto, la incorporación de cientos de miles de adolescentes a la secundaria rural es un fenómeno relativamente nuevo en el escenario de la educación peruana, como lo es el reconocimiento de la educación básica completa y universal como un derecho que asiste a todos los jóvenes del país. Al respecto es interesante destacar que recién en la Constitución de 1993 (actualmente vigente) se declara la obligatoriedad de la educación secundaria 1 y que el establecimiento de la educación básica completa como una meta educativa nacional tiene todavía una historia breve, que nos remite principalmente a la Ley general de educación 28044 de 2003 2 y al Proyecto Educativo Nacional de 2007. Este último plantea como resultado a alcanzar para 2021 “Trece años de buena educación sin exclusiones”, 3 lo que implica —entre otras políticas— “universalizar el acceso a una educación secundaria de calidad”. 4
En todo caso, lo que tradicionalmente constituía para los adolescentes rurales un motivo de frustración personal y familiar —el bloqueo de sus posibilidades de culminar la escolaridad básica o el desplazamiento forzoso de los egresados de primaria que pudieran hacerlo hacia colegios ubicados en centros urbanos distantes de sus hogares— estaría siendo progresivamente reemplazado por un cierto acercamiento del servicio escolar secundario al campo. Como sucediera con las escuelas primarias años atrás, en la creación de colegios rurales confluyen tanto la iniciativa estatal como la de los padres de familia y miembros de la comunidad,los que —haciendo política educativa “con sus propias manos”— han formado numerosos colegios de gestión comunal para ampliar las oportunidades educativas de sus hijos e hijas. 5 Por otro lado, a la modalidad de atención de la secundaria presencial (convencional, predominante) se añaden en el caso de las zonas rurales la educación secundaria a distancia (con recursos tecnológicos) y la educación en alternancia (que combina sistemas de internado rural con la permanencia de los alumnos y alumnas en sus propios hogares).
A la modalidad de atención de la secundaria presencial (convencional, predominante) se añaden en el caso de las zonas rurales la educación secundaria a distancia (con recursos tecnológicos) y la educación en alternancia (que combina sistemas de internado rural con la permanencia de los alumnos y alumnas en sus propios hogares).
Tomando como referente central la expansión de la secundaria rural en el agregado nacional, el propósito de este artículo es alertar sobre el riesgo de replicar lo que fue el crecimiento de una educación primaria rural improvisada, carente de recursos y de baja calidad, cuyos efectos todavía se dejan sentir, y llamar la atención sobre la necesidad de diseñar y ejecutar políticas y programas dirigidos a hacer de este proceso una oportunidad provechosa para los adolescentes y jóvenes del campo.
¿Qué viene pasando? En años recientes, entre 1998 y 2008, se ha registrado un proceso destacado de expansión del número de colegios y programas educativos de nivel secundario que operan en áreas rurales, del número de docentes que trabajan en esas instituciones educativas y de la cantidad de alumnos y alumnas que estudian en dichas instituciones.
En el período de referencia, el número de colegios pasó de 2.930 a 4.108, registrando un incremento de 40% y creándose un número promedio de 118 nuevos colegios secundarios rurales por año. El número de docentes pasó de 22 mil en 1998 a 35.700 en 2008, registrando un incremento de 60,6%. Este aumento en la oferta de centros educativos y docentes se vio correspondido con la expansión de la matrícula en colegios secundarios rurales, la cual pasó de 311 mil en 1998 a 506 mil alumnos en 2008, registrando un crecimiento de 62,6% (ver Cuadro 1).
Cuadro 1. PERÚ 1998-2008: Matrícula, instituciones educativas y docentes en secundaria rural
Como consecuencia del proceso descrito, la proporción de adolescentes rurales que cursa estudios de secundaria se incrementó en más de veinte puntos porcentuales, pasando de 42,1% en 1998 a 63,5% en 2007 (ver Gráfico 1). Si bien persisten las brechas de cobertura entre las zonas urbanas y rurales (con tendencia a disminuir) y existe todavía un amplio margen de demanda por educación secundaria rural no satisfecha, la dimensión y velocidad de crecimiento de este segmento educativo indican que se habría abierto una ruta de oportunidad para que los adolescentes históricamente excluidos de la posibilidad de completar su educación básica logren hacerlo.
Gráfico 1. Perú 1998-2007: Tasa de cobertura neta en secundaria por área
(población de 12 a 16 años)
Cuadro 2. Perú 1998-2007: Tasa de cobertura neta en secundaria por área y sexo
(población de 12 a 16 años)
¿Será verdad tanta belleza?, ¿asistimos realmente al proceso de “universalización del acceso a una educación secundaria de calidad”? Al parecer la calidad de la educación impartida es otro tema. Los pocos estudios realizados en el Perú sobre la secundaria rural y la información estadística disponible reportan una situación preocupante, bastante alejada del modelo que viene poniéndose en marcha en los colegios emblemáticos y en el Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú, recientemente inaugurado en Lima.
¿Será verdad tanta belleza?, ¿asistimos realmente al proceso de “universalización del acceso a una educación secundaria de calidad”? Al parecer la calidad de la educación impartida es otro tema.
Se trata de instituciones educativas que atienden a un alumnado distinto del que regularmente incluyó la educación secundaria urbana; una tercera parte de los estudiantes tiene atraso escolar o extra-edad (31,9% en 2007). Su experiencia educativa previa (en una escuela primaria unidocente o multigrado de baja calidad), su condición socioeconómica, su experiencia de trabajo y sus responsabilidades domésticas y productivas, así como la diversidad de lenguas y culturas a las que pertenecen, son factores que reclaman un esfuerzo de adecuación.
Muchos de los colegios secundarios existentes en zonas rurales carecen de las condiciones básicas para ofrecer una educación de calidad; comparten con las escuelas primarias del campo las dificultades del aislamiento y la distancia, las carencias materiales de las familias y comunidades, la insuficiencia de servicios básicos de agua, electricidad y desagüe para uso de docentes y alumnos, y la limitada disponibilidad de instalaciones y recursos pedagógicos que faciliten el trabajo educativo en este nivel.
Finalmente, si de resultados se trata, los jóvenes de 17 a 19 años de zonas rurales que lograron culminar la secundaria aumentaron de 21,3% a 36% entre 1998 y 2007, pero cabe la duda de cuánto han aprendido en su paso por la secundaria. En la evaluación de rendimiento escolar realizada en 2004 se encontró que apenas un 3,3% de los estudiantes de 3° grado de secundaria y 2,1% de los estudiantes de 5° grado habían logrado los aprendizajes previstos en el área de comprensión de textos, mientras los logros en matemática fueron cercanos a cero.
Cuadro 3. Alumnos que logran los aprendizajes previstos en secundaria
En tales condiciones, parece de urgente necesidad la puesta en funcionamiento de políticas y acciones educativas dirigidas a responder con pertinencia y calidad a lo que es a estas alturas una tendencia imparable. El problema es complejo y requerirá de estudios, análisis y propuestas que miren detenidamente la diversidad de lo rural, las particularidades regionales y las condiciones del alumnado. Sin embargo, si se complementara el esfuerzo que se viene realizando en el campo del logro de aprendizajes en los primeros grados de primaria con un programa estratégico orientado simultáneamente a promover una secundaria con calidad y equidad, a lo mejor podría evitarse el riesgo de reeditar una experiencia de crecimiento educativo que en nombre de la ampliación de cobertura descuida la calidad de la educación que ofrece y utiliza los escasos recursos económicos sin garantía de su debido aprovechamiento.
*Socióloga, investigadora del IEP.
Referencias bibliográficas
Jaramillo, Miguel. “El colegio: características, recursos y el entorno de la comunidad”. En PEAR, Estudio de la oferta y demanda de educación secundaria en zonas rurales. Lima: Ministerio de Educación, pp. 29-78, 2007.
PEAR. Estudio de la oferta y demanda de educación secundaria en zonas rurales. Lima: Ministerio de Educación, 2007.
- La Constitución de 1933 establecía que: “La enseñanza primaria es obligatoria y gratuita” (Artículo 72). Asimismo, la Constitución de 1979 estableció en su Artículo 25 que: “La educación primaria, en todas sus modalidades, es obligatoria.” Es con la Constitución de 1993 que se declara que: “La educación inicial educación inicial, primaria y secundaria son obligatorias” (Artículo 17). ↩
- El Artículo 3°, sobre la educación como derecho, establece que: “La educación es un derecho fundamental de la persona y la sociedad. El Estado garantiza el ejercicio del derecho a una educación integral y de calidad para todos y la universalización de la educación básica”. El Artículo 12°, sobre la universalización de la educación básica, establece que: “Para asegurar la universalización de la educación básica en todo el país como sustento del desarrollo humano, la educación es obligatoria para los estudiantes de los niveles de inicial, primaria y secundaria. El Estado provee los servicios públicos necesarios para lograr este objetivo y garantiza que el tiempo educativo se equipare a los estándares internacionales […]”. ↩
- Resultado 2 del primer objetivo estratégico: oportunidades y resultados educativos de igual calidad para todos. ↩
- Por su parte, el Plan Nacional de Educación para Todos 2005- 2015 (2005) plantea: “Garantizar la continuidad educativa, la calidad y conclusión de los estudios de los estudiantes a nivel primario y secundario de instituciones educativas públicas de áreas rurales y en situación de pobreza; y el Plan Estratégico Sectorial Multianual 2007-2011 (PESEM) de 2006 formula como objetivo estratégico “ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la educación secundaria”. ↩
- Muchos de estos colegios, una vez creados, suelen demandar al ministerio o a las instancias subnacionales del sector que asuman responsabilidad en la gestión, el pago de remuneraciones a los docentes, la construcción de nuevas aulas o los gastos de mantenimiento. Ver Jaramillo 2007: 29-78. ↩
Buenas tardes, estos artículos publicados son muy importantes para realizar un trabajo de investigación sobre el impacto que tienen la educación rural en los jóvenes egresados del nivel secundario, pues si bien fue un paso importante atendiendo a las necesidades de estudiantes de la población rural, también es necesario analizar si la política educativa es pertinente para resolver los problemas sociales de esta población y la diferencia de estudiantes urbanos y rurales, y si se logran o no las competencias requeridas al culminar la secundaria de acuerdo al perfil de egreso de los estudiantes de la EBR.
Ahora bien necesito fuentes de informacion desde cuando y con que norma inicia la educación secundaria rural.
Gracias.