“Todos tienen celular” es una frase que describe la percepción generalizada sobre la difusión del uso del teléfono móvil en el mundo. Hoy, en Argentina, la penetración del móvil, es decir, el número de líneas activas por cada cien habitantes, llega a 120. En el Perú, que es uno de los países más rezagados de la región, la penetración del celular alcanza la cifra de 80 por cada 100 habitantes. En contraste a los “ladrillos” que cargaban los ejecutivos a principios de los años noventa, hoy disponemos de terminales móviles que cumplen un conjunto de funcionalidades y que cada vez son más pequeños.

Al ser una tecnología de propósito generalista, el uso de los teléfonos móviles constituye un fenómeno por sí mismo. Inicialmente utilizados como un medio para la comunicación de voz, se han convertido ahora en una herramienta usada para diferentes fines. De cara a la utilización masiva del celular, surge la pregunta sobre cuál es el impacto del teléfono móvil sobre el desarrollo socioeconómico en América Latina. Responderla comprende el estudio de un conjunto de dimensiones, ya que el desarrollo socioeconómico no se refleja únicamente en aspectos medibles, como son los aumentos en los ingresos de los hogares o del país (PBI), sino que contempla dimensiones de realización personal, aumento de la percepción de seguridad y confianza, empoderamiento, ejercicio de derechos, aumento de oportunidades y otras más. Para buscar la respuesta sobre el impacto de la telefonía móvil en el desarrollo económico y social, se constituyó un equipo liderado por Manuel Castells, que llevó adelante sendos proyectos de investigación enfocados en América Latina, con el apoyo financiero de la Fundación Telefónica. 1 En este artículo, presento los principales resultados de un intenso esfuerzo de investigación y trabajo colaborativo.

Nuestra región presenta una particularidad comparada con el resto de países de ingresos medios o bajos: el uso de la telefonía móvil es diferente de la suscripción y, claro, bastante mayor.

En tanto el desarrollo es un fenómeno multidimensional, era necesario abordar el tema a partir de diferentes disciplinas y entradas metodológicas. Desde la economía, se examinaron las relaciones entre el uso del móvil y el crecimiento y desarrollo económicos, tanto desde la macroeconomía (cuentas nacionales y otras variables agregadas) como desde la microeconomía (el comportamiento de los agentes económicos). Desde la sociología, antropología y las comunicaciones, se estudiaron casos de uso y apropiación del teléfono móvil en varias ciudades de América Latina y para diferentes comunidades. Mientras que los resultados confirman tendencias encontradas en otras latitudes, también se encuentran fenómenos únicos en América Latina.

Nuestra región presenta una particularidad comparada con el resto de países de ingresos medios o bajos: el uso de la telefonía móvil es diferente de la suscripción y, claro, bastante mayor. Usar el celular es un fenómeno más amplio que ser suscriptor del servicio y ser propietario de un terminal. Los terminales se prestan entre amigos y familiares o se alquilan llamadas, en el mejor estilo de un teléfono público, en la calle. La comprensión del impacto económico y social en este contexto y la consiguiente búsqueda de evidencia empírica que pudiera ilustrarlo y probar las hipótesis, constituyó uno de los retos de la investigación. ¿Qué impactos genera el uso de teléfonos móviles sobre el desarrollo socioeconómico en América Latina? ¿Cuáles son las tendencias del uso y apropiación por parte de los sectores de bajos ingresos y más desfavorecidos de la región? ¿Cuáles de estos aspectos son propios de la región? Una visión general de las respuestas a las que arribamos se presenta a continuación.

La evidencia económica

Cuando se habla de desarrollo socioeconómico, generalmente se comienza discutiendo los aspectos económicos que son más fáciles de ser medidos. Este estudio no fue una excepción. El reto fue mostrar la causalidad, es decir, que el fenómeno del uso del móvil es el que incrementa el bienestar y no al revés, es decir, que quienes incrementan sus ingresos también aumentan el uso de celulares. Junto a una buena teoría, son varios los métodos econométricos que permiten probar la causalidad. Con datos macroeconómicos, las técnicas utilizan datos de panel, es decir, aquellos de corte transversal combinados con series de tiempo, y con datos microeconómicos, las técnicas de emparejamiento, y aquellas de variables instrumentales, son las más utilizadas.

La relación positiva entre el uso de los teléfonos móviles y el crecimiento del Producto Bruto Interno fue encontrada por Waverman et. al. (2005). Este resultado es confirmado en el estudio utilizando información para un periodo de tiempo entre 1996 y 2007, y para 153 países, 18 de ellos de América Latina. 2  Los resultados dan un paso adelante al encontrar un impacto mayor para aquellos países más pobres, donde probablemente la telefonía móvil sea el primer medio efectivo para que los pobres utilicen servicios de telecomunicaciones. Este impacto decrece a medida que la penetración de la telefonía móvil aumenta, indicando retornos decrecientes: no es lo mismo aumentar la penetración de la telefonía móvil cuando esta es de 20% que cuando ya alcanzó niveles de universalización.

Claro, ante evidencia econométrica de este estilo, una pregunta que surge es ¿cómo funciona este impacto positivo? ¿Qué es lo que pasa a nivel de los agentes económicos individuales para que el uso de celulares aumente los ingresos? Parte de la respuesta a estas inquietudes puede encontrarse en los dos casos de estudio microeconómico: el proyecto SUMA en Buenos Aires, y los resultados económicos de hogares en las áreas de influencia de dos ferias rurales de Puno.

El proyecto SUMA en Buenos Aires busca ofrecer alternativas de generación de ingresos a microempresarios. Estos reciben el denominado kit Suma, que consiste en un terminal reciclado y una conexión telefónica. Los microempresarios obtienen crédito de una ONG para la compra de estos kits y obtienen ingresos por la venta de estos y por las recargas y venta de tarjetas. La investigación muestra que los microempresarios se han convertido en un canal efectivo de ventas de teléfonos móviles en sectores de bajos ingresos.

En Puno, se estimó el efecto sobre el bienestar de los hogares ubicados en el área de influencia de las ferias de Asillo (Azángaro) y Taraco (Huancané). El bienestar fue aproximado por la medición del nivel de los gastos per cápita del hogar. Tanto la posición del usuario en la jerarquía de la toma de decisiones del hogar como la antigüedad de uso son factores fundamentales para explicar el impacto positivo que tiene el uso de la telefonía móvil sobre el bienestar de los hogares: puede aumentar en hasta 38% cuando se considera a los usuarios con más de dos años y aquellos quienes no usan el móvil. Por otro lado, utilizando el método de emparejamiento (o Propensity Score Matching), se encontró que usar el móvil incrementa en por lo menos 30% el bienestar, si el usuario es el jefe del hogar.

Tanto la evidencia económica micro como la macro confirman el impacto positivo de la telefonía móvil sobre el bienestar. Lo cierto es que los números no cuentan historias y, por lo tanto, necesitan nutrirse de casos estudiados en profundidad sobre la manera como acceder a información y lograr comunicación por medio de un teléfono móvil aumenta las oportunidades de las personas, así como sus percepciones sobre la seguridad y la confianza, que les permiten transformar las mejoras de ingresos en bienestar y desarrollo social.

Evidencia social

Comprender los impactos sociales del uso de la telefonía móvil ha sido uno de los trabajos más interesantes en este proyecto. Para llevarlo a cabo, se hizo énfasis en el estudio del uso y la apropiación de la tecnología móvil en los sectores marginados y de bajos ingresos, así como en comunidades específicas pertenecientes a estos grupos socioeconómicos, como las de niños y jóvenes.

Junto al primer móvil recibido, el adolescente […] personaliza el terminal —con stickers, ringtones, colores, etc.—, transformándose así en un objeto propio y una extensión del joven.

El fenómeno de apropiación de la tecnología es específico a un contexto determinado, por lo que las tendencias comunes encontradas en los casos de estudio muestran evidencia interesante sobre los alcances humanos de una tecnología de propósito generalista, como el teléfono celular. Para jóvenes y niños en Santiago de Chile, por ejemplo, el móvil está asociado a un rito de pasaje hacia otras etapas de la vida: de la niñez dependiente a la juventud en búsqueda de afirmación personal e independencia. Junto al primer móvil recibido, el adolescente de bajos ingresos de Santiago personaliza el terminal —con stickers, ringtones, colores, etc.—, transformándose así en un objeto propio y una extensión del joven. Tanto los jóvenes santiaguinos como los puneños comparten la preferencia por aparatos de última generación, que son utilizados más en sus funcionalidades de escuchar música, tomar fotos, guardar información sobre contactos que hacer llamadas a los pares o a los padres. Reciben llamadas de sus padres y se comunican con sus amigos a través de mensajes de texto, que se originan en aquellos que tienen saldo en el celular. El celular les sirve para tomar fotos que luego comparten en Internet. Los usos conjuntos o complementarios, de tecnologías que tienen el mismo propósito, pero diferentes medios de utilización y costos, son muy importantes para estos jóvenes.

Para los agricultores de Puno, el móvil es un medio de comunicación con hijos migrados y con los familiares y amigos, de quienes obtienen información para tomar decisiones de compra y venta, fortaleciendo las redes sociales. De manera similar que para los jóvenes, el móvil es parte de una estrategia de comunicación que combina el uso de mensajes radiales y los teléfonos públicos. Se reciben llamadas en el celular o mensajes desde las radios locales, y se realizan llamadas desde teléfonos públicos o desde los móviles, pero a través de los chalequeros. 3 Luego de la radio y la televisión, el teléfono móvil es el activo que se encuentra con más frecuencia en los hogares encuestados (3 de cada 4). En Puno, donde la actividad pecuaria es una de las más importantes, los técnicos agropecuarios del municipio de Asillo pueden ser encontrados por medio del móvil por los productores, lo que es particularmente importante para tareas urgentes asociadas al aumento de la productividad pecuaria, como la inseminación artificial. Los técnicos, por su parte, adelantan instrucciones a través del uso de mensajes de texto.

En Sao Paulo, se estudiaron tres grupos de usuarios: el grupo de teatro de la calle, la red de jóvenes (Rede Jovem) y los trabajadores del sexo. Los profesionales del sexo tienden a tener dos terminales: uno para el negocio y otro para la familia y amigos, logrando así separar las comunicaciones entre redes sociales claramente diferenciadas y a las que valoran de manera diferente. El móvil les ha permitido fortalecer los lazos directos con los clientes y superar al intermediario. El grupo del teatro de la calle, reacio inicialmente a utilizar el celular al percibirlo como parte de la sociedad de consumo y opuesta a sus valores, ha encontrado que es el principal medio de microcoordinación de sus actividades: han reducido sus costos de coordinación y facilitado la difusión de su trabajo artístico. Para el proyecto que buscó que el móvil sea usado como mecanismo de obtención de información oportuna sobre opciones laborales (Rede Jovem), cumpliendo un rol intermediador entre oferta y demanda laboral, el móvil fue usado para crear y fortalecer redes sociales, en tanto el problema del empleo para los jóvenes descansa menos en la obtención de información sobre oportunidades laborales que en la falta de habilidades para responder adecuadamente al mercado laboral cambiante. El celular no sustituye a una educación formal deficiente.

La numeración del celular identifica a una empresa telefónica, pero no el lugar de residencia, lo que permite superar una barrera para el poblador de barrios marginales.

Aparte de las conocidas anécdotas sobre las posibilidades de contactar a trabajadores informales de manera rápida y directa a través del celular, como el gasfitero o carpintero, para quienes obtener un trabajo en un determinado día es fundamental para la estabilidad del ingreso familiar, en nuestra investigación se ha constatado un aspecto valorado positivamente por los usuarios de telefonía móvil. La numeración del celular identifica a una empresa telefónica, pero no el lugar de residencia, lo que permite superar una barrera para el poblador de barrios marginales, que pueden verse limitados en sus oportunidades por los prejuicios asociados a ciertos barrios por parte de los potenciales contratantes.

 El estudio de hogares pertenecientes a pobladores pobres o excluidos ha permitido constatar la importancia del uso del teléfono móvil en la percepción de seguridad de las personas. Los miembros de los hogares toman decisiones cotidianamente sobre quién se lleva el celular un determinado día o el único terminal es utilizado como un teléfono fijo que se deja en la casa para que los miembros que salen puedan comunicarse. La información sobre emergencias personales se obtiene inmediatamente, así como la localización de seres queridos.

Reflexiones analíticas

Estos resultados permiten mirar el fenómeno del uso de los móviles por parte de los sectores pobres y marginales de América Latina desde una perspectiva de uso pasivo que denominamos “conectibilidad”. El efecto positivo sobre el bienestar es mediado por este uso pasivo, que permite al pobre el poder ser conectado si otro, desde un teléfono de uso público o desde otros teléfonos, lo busca. Este es un efecto inclusivo, pero todavía subsiste la pregunta de si este tipo de uso de la tecnología empodera.

Los pobres desarrollan un conjunto de estrategias para el uso del móvil que lo tienden a colocar como un receptor neto de comunicación móvil, que sería imposible sin el aparato —sea de propiedad personal o de uso público—. Estar conectable es valorado por los pobres.

Los pobres desarrollan un conjunto de estrategias para el uso del móvil que lo tienden a colocar como un receptor neto de comunicación móvil, que sería imposible sin el aparato —sea de propiedad personal o de uso público—. Estar conectable es valorado por los pobres. Los suscriptores prefieren masivamente el esquema prepago, que les permite la “conectibilidad”, aun cuando represente una tarifa por minuto de comunicación bastante más alta que la de postpago. Surgen así los usos complementarios de tecnologías, donde el móvil se inscribe en un portafolio de medios que incluyen el Internet, los teléfonos públicos y hasta los mensajes radiales, en las zonas rurales más aisladas.

En concordancia con otros estudios sobre adopción de tecnologías, los efectos positivos o negativos que puede tener el uso del celular tienden a ser mediatos, es decir, necesitar tiempo para adaptar los usos y costumbres a las necesidades y preferencias de las personas. La contribución de esta revolución tecnológica al desarrollo socioeconómico en América Latina podrá ser comprendida en su totalidad en el futuro.


* Economista, Investigadora del IEP.

Referencias Bibliográficas

Waverman, L.; Meschi, M.; Fuss, M., “The impact of telecoms on economic growth in developing countries”, Africa: the impact of mobile phones. The Vodafone Policy Paper Series 2, marzo: 10-23,http://www.vodafone.com/etc/medialib/publicpolicyseries.Par.77697.File.dat/public_policy_series_2.pdf


  1. El equipo estuvo conformado por François Bar (USC), Mireia Fernández Ardèvol, (UOC), Hernán Galperin (UDESA), Alejandro Artopoulos (UDESA), Roxana Barrantes (IEP) y Sebastián Ureta (PUC-Chile).
  2.  Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela
  3. Se denomina “chalequeros” a los vendedores ambulantes de llamadas por teléfono móvil. El término proviene del uso de un chaleco que los identifica.